24 abril 2024
PERSONALIDADES

El final del Graf Spee

El Almirante Graf Spee entró con las luces apagadas al puerto de Montevideo, después del jaleo que había tenido con los barcos ingleses en la batalla de Punta del Este o batalla del Río de la Plata.

Hubo muchos cabildeos, entre el Ministro de Relaciones Exteriores de la época, Guani y el embajador inglés Eugen Millington Drake.

La presión inglesa era muy fuerte.

Hay una historia que la conocen pocos y es que hubo una reunión entre el comandante del Graf Spee y el dueño del dique Regusci y Voulminot.

El Capitán Langsdorff tuvo una concreta conversación el Sr. Alberto Voulminot, ambos en francés, lengua que ambos dominaban.

El capitán pidió precio por reparar el acorazado del bolsillo mostrando sus medios de pago a los que Voulminot se negó.
Le pidió que le vendiera los materiales para la tarea a lo que Voulminot se negó, no por el precio, sino por dignidad.

El capitán Langsdorff amenazó con la potencia de fuego del Graf Spee que podía volar todo Montevideo.

Voulminot le manifestó que a pesar de que Montevideo era una ciudad abierta (no objetivo de guerra) confiaba en que por su honor no lo haría.

Se terminó la reunión a la tarde del 15 de diciembre de 1939 en oficinas de la empresa.

La batalla del Río de la Plata había convulsionado todo Montevideo, pero también estaba apretado un súper acorazado de bolsillo del Tercer Reich Almirante Graf Spee, que se tuvo que refugiar acosado por buques de guerra de mucho menos porte como eran el Ayax, el Exeter y el Achilles, los cuales también se encontraban maltrechos.

Voulminot ante las perspectivas de tener los alemanes en pie de guerra en la puerta de casa, hizo lo máximo posible a su alcance, para evitar que le robaran las piezas que necesitaban para reparar el acorazado.

Mandó a sus empleados a custodiar el dique para evitar el robo, tarea que él también asumió, claro está que si los alemanes, a pesar de las bajas en combate y todos las contras que tenían, se lo proponían tenían muchas posibilidades de salirse con la de ellos.

Esos restos que están a unas millas de la entrada del puerto de Montevideo, objeto de disputa entre buscadores de tesoros, Alemania por recuerdos de su historia y hasta Israel debe estar interesada en contar en su museo con el águila con la esvástica entre sus garras.

Esta historia vale por la palabra de quienes participaron en la misma y que ya no están con nosotros y su trasmisión oral familiar y algo publicado en el libro de Sir Eugen Millington Drake sobre la batalla de referencia.

En 1870 Alemania, como otras veces, invadió Alsacia, lugar de eternas disputas con Francia y en una población llamada Colmar, el ejército alemán mató al padre de Albert Adolf Voulminot Sutter, hecho que es recordado en una tumba y Voulminot primera víctima de esa guerra es recordado como héroe de Colmar.

Su hijo, siendo un niño, con otros sobrevivientes de la masacre de Alsacia, emigraron al Río de la Plata.

Se radicó en Buenos Aires y puso un negocio cervecero y con posterioridad pasó a Montevideo donde fundó el dique.

Aquel niño en 1939 vivía, pero el que estaba al frente de la empresa era su hijo Alberto Voulminot, su nieto Carlos Alberto Voulminot Bonomi y el ingeniero Armando Regusci, nieto del otro fundador de la empresa.

De haber sabido los antecedentes hubiera comprendido el Comandante del Graf Spee en qué consistía el término dignidad que le antepuso en todo momento Voulminot.

Habían pasado 70 años para saldarse una cuenta imprescriptible.

Un comentario en «El final del Graf Spee»

  • que huevitos los de Voulminot !!!!!!!! como le hizo frente al nazi!!!!!!!!!!!
    buena historia

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