23 abril 2024
PERSONALIDADES

El gran destape

Por Nico Medes
Documentos oficiales argentinos confirman que Videla y Fidel Castro se apoyaron mutuamente
La Habana ofreció material bélico y tropas a Buenos Aires para la Guerra de las Malvinas
Jorge Rafael Videla ingresó en el ejército siendo muy joven, y a los diecinueve años era oficial de infantería. Formó parte de la Secretaría de Defensa (1958-1960), dirigió la Academia Militar hasta 1962, y en 1971 ascendió a general.

Nombrado jefe de Estado Mayor en 1973, y comandante en jefe del ejército un año más tarde, en marzo de 1976 dirigió el golpe de Estado que derrocó a la viuda del general Perón, María Estela Martínez, y se convirtió en presidente de la Junta Militar que pasó a detentar el poder.

Videla disolvió el congreso y prohibió toda actividad política y sindical, además de establecer un férreo control militar de la central obrera (CGT). El nuevo régimen favoreció las inversiones mdestape-321-2_435x450ultinacionales e impulsó el comercio exterior a costa del desmantelamiento de la industria nacional, y no pudo controlar una galopante inflación ni el abrumador incremento de la deuda exterior.

Las Fuerzas Armadas eliminaron a las guerrillas izquierdistas y peronistas y a todo tipo de oposición política mediante una feroz e indiscriminada represión, que supuso uno de los períodos más tenebrosos de la historia argentina, con miles de muertos, desaparecidos y exiliados. Nombrado presidente de la República en 1980, cesó en el cargo al año siguiente, sustituido por el general Roberto Viola.
Ya se conocía que la ultraderechista dictadura argentina (1976-1983) y el régimen socialista cubano se llevaron de maravilla.
Pero ahora por primera vez han salido a la luz los documentos oficiales y secretos que certifican ese ‘romance’.

La web Desclasificación del ministerio argentino de Exteriores ha publicado 70 oficios de la embajada en La Habana que prueban el apoyo recíproco entre dos regímenes en teoría opuestos en lo ideológico.
La mayoría están firmados por el embajador argentino Raúl Medina Muñoz.
Se refieren, por ejemplo, al apoyo de Jorge Videla a Fidel Castro en la ONU para que Cuba ingrese al Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A cambio, La Habana apoyó a Argentina para que fuese reelegida en el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC).
Pese a que Cuba impulsó la guerrilla en Argentina desde los años 60, con el ‘Che’ Guevara entre otros, nunca alzó su voz contra la guerra sucia con que la dictadura de Videla secuestró e hizo desaparecer a esos guerrilleros, arrojándolos vivos al mar en los denominados ‘vuelos de la muerte’.
carta-321-1Los representantes de Castro en el Comité de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, jamás votaron las resoluciones de denuncia a la dictadura de Videla.
Y los argentinos devolvieron la gentileza absteniéndose de votar contra Cuba.
Incluso Fidel Castro ofreció a los militares argentinos material bélico y tropas para sumarse a la delirante Guerra de las Malvinas que Argentina perdió contra Gran Bretaña por la posesión del archipiélago austral.

Gadafi sí entregó armas.
La ‘realpolitik’ de Cuba se explica que actuaba en Latinoamérica como satélite de la URSS.
Y seguía en las relaciones diplomáticas a los soviéticos, que se entendían con Buenos Aires y eran el primer comprador de cereales.
Desde 2003 los Kirchner mantienen relaciones cordiales con Cuba.
La presidente Cristina Fernández visitó La Habana en 2009 y pidió ser recibida por Castro.

videla-321-1_435x450“Lo considero una distinción a todo el pueblo argentino.
Él ama profundamente a la Argentina y a los argentinos”, declaró entonces.
Para el ministro argentino de Exteriores, Héctor Timerman, el régimen del país caribeño debía incluirse entre “los países dictatoriales” e incluso definió como “presos políticos” a los disidentes apresados.

Esa al menos era su opinión hasta 2010, cuando aún no era funcionario y trabajaba de periodista.
Los chinos y los coreanos que aparecían en las playas de Rocha, no eran tales y muchos enterrados como NN ya tienen nombre después de tantos años de muertos.
Ruedecindo Pereyra, una carrero de la carretera al cabo Polonio, al que tuve el gusto de conocer y disfrutar de su forma de decir tan rochense, como pintoresca, decía desde lejos al ver a las gaviotas cocineras picoteando en algo que habían sacadado la olas la noche anterior, esto “lobo no es” (por lobo marino muerto) y en realidad era “un cristiano”, “víctima de los vuelos de la muerte”, como les llamaban los asesinos de turno que los sedaban esposados en los aviones y los tiraban al río de la Plata o al Océano y los médicos locales (de Rocha) devenidos en forenses por la dictadura de acá, terminaban la tarea de encubrimiento diciendo “coreano”.
La historia tarda pero cuenta y algunos recibieron sepultura en su tierra y con su nombre y otros seguirán siendo “NN” aunque nadie dirá coreano.

2 comentarios en «El gran destape»

  • Videla tomaba ron y fumaba abanos caros traidos de cuba y alguien le tenia que traer la merca asi que el muy sabandija era bolche.

  • Me parece que en esa fecha estaban todos los gobiernos de facto de América sentados en la ONU incluyendo a Cuba porque se estaba estudiando si correspondía llamarlos dictaduras o gobiernos civicos-militares que sería algo como la constitución de los paises con algunas restricciones y tutoriadas por los militares.
    Luego los organismos internacionales se dieron cuenta que las familia beneficiadas con las dictaduras no asumían el compromiso que se les pidio, usaron la viveza criolla y se rajaban con la plata fuera del país. A esa altura era notorio quenadie se haría cargo de la deudas contraidas por los militares. Entonces empezaron a llamarlas dictaduras, igual que a la de Cuba para que sus sociedades pidieran volver a las democracias que hasta esos momentos a la mayoría de la gente le daba igual.
    Buen artículo El gran destape!

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