18 abril 2024
PERSONALIDADES

Héroes de la humanidad 1

Sobre el mismo tema intervinieron unos más famosos que otros.

Pero todos cumplieron con la función invalorable, porque una vida no tiene precio, de salvar a cientos de miles de personas del holocausto judío (shoá) y en Israel, hay un parque en honor a los exterminados en los hornos del monstruoso nacional socialismo de la bestia Adolfo Hitler, y en dicho lugar geográfico, lo atraviesa una “Avenida de los Justos entre las Naciones”, a cuyo costado se han plantado un número importante de árboles y en casa uno de ellos se colocó al pie una plaqueta del héroe que a riesgo de su vida o no algunos no arriesgaron la suya pero salvaron vidas inocentes y qué mejor homenaje que un árbol a la memoria de tan honorables ciudadanos del mundo y de la libertad.

Con motivo del fallecimiento de Irena Sendler, a los 97 años de edad, comenzaremos nuestra historia con ella y seguirán otros más, en actitudes inverosímiles.

Irena Sendler o Sendlerowa (Otwock, Varsovia, 15 de febrero de 1910 – Varsovia, 12 de mayo de 2008), conocida como «El Ángel del Gueto de Varsovia», fue una enfermera y trabajadora social polacacatólica, que durante la Segunda Guerra Mundial ayudó y salvó a más de dos mil quinientos niños judíos prácticamente condenados a ser víctimas del Holocausto, arriesgando su propia vida. Fue candidata al Premio Nobel de la Paz en 2007, aunque finalmente no resultó elegida. Sin embargo, fue reconocida como Justa entre las naciones y se le otorgó la más alta distinción civil de Polonia: la Orden del Águila Blanca.

La madre de los niños del Holocausto

«La razón por la cual rescaté a los niños tiene su origen en mi hogar, en mi infancia. Fui educada en la creencia de que una persona necesitada debe ser ayudada de corazón, sin mirar su religión o su nacionalidad.»
Irena Sendler, quien salvó a 2 500 niños del Gueto de Varsovia.

Primeros años

Irena Sendler nació como Irena Krzyzanowska el 15 de febrero de 1910, en Varsovia. Su padre, Stanisław Krzyżanowski, era un médico reconocido. Desde su infancia, Irena sintió simpatía por los judíos. Su padre falleció en 1917 a causa de un tifus contraído al tratar a varios pacientes rechazados por sus colegas: muchos de esos pacientes eran judíos. Tras su muerte, los líderes de la comunidad judía ofrecieron pagar los estudios de Irena. En la Polonia de pre-guerra, Irena se opuso al sistema de discriminación adoptado por algunas universidades, como resultado de lo cual fue suspendida en la Universidad de Varsovia durante tres años.
Segunda Guerra Mundial

Irena Sendler en 1942

Cuando Alemania invadió el país en 1939, Irena era enfermera en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia, el cual llevaba los comedores comunitarios de la ciudad. Allí trabajó incansablemente para aliviar el sufrimiento de miles de personas tanto judías como católicas.

Gracias a ella, estos comedores no sólo proporcionaban comida para huérfanos, ancianos y pobres sino que además entregaban ropa, medicinas y dinero.

En 1942 los nazis crearon un gueto en Varsovia, e Irena, horrorizada por las condiciones en que se vivía allí, se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos, Zegota. Ella misma lo cuenta:

Conseguí, para mí y mi compañera Irena Schultz, identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas. Más tarde tuve éxito en conseguir pases para otras colaboradoras. Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controláramos el recinto.

Niños judíos en el Gueto de Varsovia.

Cuando Irena caminaba por las calles del gueto, llevaba un brazalete con la estrella de David, como signo de solidaridad y para no llamar la atención sobre sí misma. Pronto se puso en contacto con familias a las que ofreció llevar a sus hijos fuera del gueto. Pero no les podía dar garantías de éxito. Lo único seguro era que los niños morirían si permanecían en él. Muchas madres y abuelas eran reticentes a entregar a sus niños, algo absolutamente comprensible pero que resultó fatal para ellos. Algunas veces, cuando Irena o sus chicas volvían a visitar a las familias para intentar hacerles cambiar de opinión, se encontraban con que todos habían sido llevados al tren que los conduciría a los campos de la muerte.
A lo largo de un año y medio, hasta la evacuación del gueto en el verano de 1942, consiguió rescatar a más de 2 500 niños por distintos caminos: comenzó a sacarlos en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo tipo de subterfugios que sirvieran para esconderlos: sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de patatas, ataúdes… en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape.

Entre los miles de niños y bebés rescatados, uno de los ejemplos que pasó a la posteridad fue el de Elzbieta Ficowska. Ella tenía cinco meses cuando una colaboradora de Sendler le suministró un narcótico y la colocó en una caja de madera con agujeros para que entrara el aire. Fue sacada del gueto junto con un cargamento de ladrillos, en un vagón tirado por un caballo, en julio de 1942. La madre de Elzbieta escondió una cuchara de plata entre las ropas de su bebé. La cuchara llevaba grabado su apodo, Elzunia, y la fecha de nacimiento: 5 de enero de 1942. Elzbieta fue criada por la ayudante de Sendler, Stanislawa Bussoldowa, una viuda católica. Ficowska dijo más tarde que la fallecida Bussoldowa fue su “madre polaca”, para distinguirla de su “madre judía”. Durante meses, la madre de Elzunia llamó por teléfono para escuchar los balbuceos de su hija. Muertos sus padres en el gueto, la joven salvada Elzbieta Ficowska fue años después conocida con el apodo de “la niña de la cuchara de plata”.

Poster nazi en alemán y en polaco (Varsovia, 1942). En él, se amenaza de muerte a cualquier polaco que prestara ayuda a los judíos.

Irena quería que un día pudieran recuperar sus verdaderos nombres, su identidad, sus historias personales y sus familias. Entonces ideó un archivo en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades.

Los nazis supieron de sus actividades. El 20 de octubre de 1943, Irena Sendler fue detenida por la Gestapo y llevada a la infame prisión de Pawiak, donde fue brutalmente torturada. En un colchón de paja encontró una estampa de Jesús Misericordioso con la leyenda: “Jesús, en ti confío”, que conservó consigo hasta el año 1979, momento en que se la obsequió a Juan Pablo II.

Ella era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos. Soportó la tortura y se negó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos. Fue sentenciada a muerte. Mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán se la llevó para un “interrogatorio adicional”. Al salir, le gritó en polaco “¡Corra!”. Al día siguiente halló su propio nombre en la lista de los polacos ejecutados. Los miembros de Zegota habían logrado detener la ejecución sobornando a los alemanes, e Irena continuó trabajando con una identidad falsa.

En 1943, durante el Levantamiento de Varsovia, colocó sus listas en dos frascos de vidrio y los enterró en el jardín de su vecina para asegurarse de que llegarían a las manos indicadas si ella moría. Al finalizar la guerra, Irena misma los desenterró y le entregó las notas al doctor Adolfo Berman, el primer presidente del Comité de salvamento de los judíos supervivientes. Lamentablemente la mayor parte de las familias de los niños había muerto en los campos de concentración nazis. En un principio los chicos que no tenían una familia adoptiva fueron cuidados en diferentes orfanatos y poco a poco se los envió a Palestina.

Bajo el régimen comunista

Michal Glowinski, a quien Sendler ocultó en un convento en enero de 1943, declaró que el régimen comunista hizo de la historia judía un tema vedado. A eso se sumó que Sendler fue integrante del Partido Socialista, lo cual le ocasionó problemas con los comunistas. Según Glowinski, los interrogatorios y el hostigamiento de la policía secreta a Sendler provocaron el nacimiento prematuro de su hijo Andrzej, quien murió dos semanas después. Asimismo, su hija Janina y Adam enfrentaron obstáculos para recibir educación.

Reconocimientos

Irena Sendler fue distinguida con la Orden del Águila Blanca, la condecoración más elevada concedida por Polonia.

Los niños sólo conocían a Irena por su nombre clave “Jolanta”. Pero años más tarde, cuando su foto salió en un periódico luego de ser premiada por sus acciones humanitarias durante la guerra, un hombre la llamó por teléfono y le dijo: “Recuerdo su cara, usted es quien me sacó del Gueto.” Y así comenzó a recibir muchas llamadas y reconocimientos.

Arriba y a la izquierda de la fotografía, IrenaSendler, al cumplir 95 años de edad, el 15 de febrero de 2005. En la imagen se encuentran también Janina Zgrzembska y ElzbietaFicowska, la niña de la cuchara de plata. Abajo, fotografía del funeral de IrenaSendler, el 15 de mayo de 2008.

A la izquierda, placa conmemorativa dedicada a Irena Sendler. La placa se sitúa en Pawińskiego 2, Varsovia. A la derecha, árbol conmemorativo de Irena Sendler, ubicado en la Avenida de los Justos entre las Naciones, en Yad Vashem, Jerusalén. Al pie del árbol se encuentra la placa con su nombre.

En 1965 la organización Yad Vashem de Jerusalén le otorgó el título de Justa entre las naciones y se la nombró ciudadana honoraria de Israel.
En noviembre de 2003 el presidente de la República, Aleksander Kwasniewski, le otorgó la más alta distinción civil de Polonia: la Orden del Águila Blanca (OrderOrłaBiałego). Irena fue acompañada por sus familiares y por Elzbieta Ficowska, “la niña de la cuchara de plata”.

Pero Irena Sendler nunca pensó que recibiría homenaje alguno por sacar subrepticiamente a los 2 500 niños judíos del gueto de Varsovia, ni por soportar las torturas de los nazis o pasar décadas hostigada por el régimen comunista que siguió a la guerra. Según ella lo expresó, “esos actos fueron la justificación de mi existencia en la tierra, y no un título para recibir la gloria”. En referencia a las visitas incesantes que recibía, expresó: “Estoy muy cansada; esto es demasiado para mí”.

En el año 2007 el gobierno de Polonia la presentó como candidata para el premio Nobel de la Paz. Esta iniciativa fue del Presidente Lech Kaczynski y contó con el apoyo oficial del Estado de Israel —a través de su primer ministro, EhudÓlmert— y de la Organización de Supervivientes del Holocausto residentes en Israel. Las autoridades de Oświęcim (Auschwitz en alemán) expresaron su apoyo a esta candidatura, ya que consideraron que IrenaSendler fue uno de los últimos héroes vivos de su generación, y que demostró una fuerza, una convicción y un valor extraordinarios frente a un mal de una naturaleza extraordinaria. Finalmente el galardón fue concedido a Al Gore.

Irena Sendler falleció en Varsovia (Polonia), el 12 de mayo de 2008, a los 98 años de edad.

El Reporte. Los mitos y la historia. Héroes de la humanidad 1

2 comentarios en «Héroes de la humanidad 1»

  • Muy bueno che! si todos los periodistas se pusieran de acuerdo de llenar sus portadas de gente que solo hizo el bien a los demas creo quel mundo sería otro. Mujeres como Irena ayudan a quel ser humano encuentre su lugar en la vida y ojo, muy respetable los que formaban la cruz roja porque ellos socorrían a todo ser desvalido en la guerra sin importar la bandera que defendieran.

  • Admirable mujer. Hace mucha falta gente asi para que el mundo cambie.

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