Alemania ya votó el apagón

Además de cerrar sus ocho reactores atómicos, aprobó el desarrollar energía renovable. Luego de un amplio debate, los votos a favor fueron 513 en 600 y cierre de las plantas nucleares quedará implementado en el año 2022.

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Alguien se preguntará con o sin razón; ¿Qué tiene de interesante hoy esta decisión del Gobierno alemán?.

Bien. Hay dos opciones totalmente diferentes para dar satisfactoriamente esta respuesta. Lo podemos responder como personas del primer mundo o como personas del tercer mundo.

Para el primer mundo, encontrar soluciones de energía que reemplacen las ya comprobadamente inseguras y contaminantes, es algo muy importante en su agenda. Ya tienen decidido deshacerse de la energía nuclear, por lo tanto le ponen una fecha y nombran a un equipo de trabajo para encargarse de cumplir lo ya promulgado a nivel del Gobierno. Los alemanes saben que va hacer en materia de energía en once años. Por amplia mayoría el parlamento alemán, prohíbe el desarrollo tanto energético como el armamento a base de la tecnología nuclear. En cambio, le da la bienvenida de cara al futuro al desarrollo de la energía renovable. Y ese es el camino decidido que transita desde ya Alemania para estos once años siguientes.

Para el tercer mundo, lo importante es como vamos a mejorar el tema energético, al menor costo económico la semana que viene o el mes que viene. ¡No me vengan con que el año que viene! ¿A quien le importa? ¡Porque capaz que ni estamos! Reconozcamos de una buena vez que éste es el razonamiento que llevó a estudiar poner una planta nuclear en el Uruguay.

Por estas latitudes, ya estamos medios convencidos que la energía nuclear no es tan mala, después de todo. Aunque para generar la ‘reacción en cadena’, principio del generador nuclear, se necesite un presupuesto para la seguridad de no contaminación de una diez veces más que la energía que brinda, confiamos que después de todo nada malo va a pasar.

Supongamos que uno se preocupa, de tonto quizás. Cuando los nacidos por estas latitudes, vemos un cable pelado y lo sujetamos con cinta scotch, cuando tenemos mal el freno de la bici o el embriague de la moto y lo atamos con alambre; ¿le daremos tanta bolilla para invertir en tantos cuidados de seguridad?. Si salta un fusible que sugiere un sistema que funciona mal; ¿Apagaremos todo o lo puenteamos para que no joda más?. Después de todo, a nosotros nos gusta hacer nuestra propia experiencia en el tema nuclear, a la uruguaya.

¿Alguna vez escuchó algo parecido a esto?
¡Que me vienen con manuales y cosas difíciles!
¡Lo arrancamos nomás y sobre la marcha vemos!
Apretamos todas las teclas del control remoto y si no se gastan las pilas; ¡Alguna va andar!

De verdad me gustaría hacer ver como uruguayo, que el primer mundo está totalmente equivocado en este cambio. Lo malo es, que para demostrar eso, las centrales tienen que estar instaladas dentro del Uruguay, donde vivirán nuestros seres queridos.

Los de pegar el cable con cinta scotch y atar los frenos con alambre, obviamente es una broma y creo sinceramente que queda en el folklore del pasado. Sin embargo apuntemos en nuestro actual análisis, que gente que ya probó la energía nuclear, con mas recursos que nosotros y que en la practica tienen científicos mas preparados que los nuestros, dieron una vuelta de timón.

Mmmmm, dijera Don Eduardo D’angelo; ¿Usted, no desconfiaría señora?