20 abril 2024
CRÓNICASPERSONALIDADES

Artigas y los indios

Guardo con profundo cariño las clases que tuve sobre la materia en el IAVA.

La enseñanzas de los Prfs. Narancio, Dr. José Claudio Williman y las extracurriculares, del Dr. Eugenio Petit Muñoz, Dr. Carlos Maggi, Eduardo Acosta y Lara y Renzo Pi Hugarte, y en lo que me es personal omití todo hecho de política partidaria, porque mi tarea es evocar hechos históricos y no llevar agua para ningún molino.

El Hermano Damasceno (H.D.) omitió por su condición de cura, la etapa de la juventud de don José Artigas.

En mi concepto Artigas fue uno solo y debemos conocerlo desde todas sus actividades, fue un gaucho que vivió a lo tal y de acuerdo a las costumbres de la época.

Artigas, nacido el 19 de junio de 1764, con solo 16 años ya sale a hacer vida de gaucho.

Cuando Artigas tenía 21 años nace Manuel Artigas, El Caciquillo, uno de sus hijos segun Carlos Maggi.

Se lo verá actuando como uno de los jefes charrúas a sus 26 años, desde las primeras movilizaciones artiguistas en 1811.

En 1805 Artigas solicitó y logra en el territorio de Arerunguá 105 mil hectáreas donde mueven sus tolderías los charrúas, se accedía por Paso de los Toros y de ahí en adelante monte y sierra, todo territorio charrúa.

En 1811, desde el mismo “Grito de Asencio” los Charrúas acuden al llamado de Artigas.

Su “Caciquillo” Manuel Artigas el 8 de octubre al frente de 28 charrúas se une a los vecinos al mando de Baltazar Ojeda y desalojan a los portugueses de Paysandú.

Una demostración clara de la fidelidad de los charrúas a Artigas es que no sólo no atacan sino que protegen el Exodo del Pueblo Oriental que acompañan con 400 guerreros, luego que Artigas escribiera, desde un alto en el Arroyo Perdido, al comandante porteño enviado a Paysandú José Ambrosio Carranza, ordenándole: “Auxiliará Ud. la mayor brevedad a mi Caciquillo dándole órdenes de partir para los indios bravos a fin de que estos nos auxilien con sus brazos en una causa que también lo es suya; para ello aconsejará Ud. de mi parte al Caciquillo para que emplée cuantos medios razonables estén a su alcance” (2 de noviembre).

Otro oficio, ampliando el punto: “La reunión de los indios bravos es de la primera necesidad y yo espero que Ud. de cualquier modo me envíe algún Cacique acompañado de diez o doce indios para que trate conmigo.

Apuremos todos los recursos para que los portugueses no se hagan dueños de esta banda.”

En 1812 los porteños y portugueses unifican esfuerzos para combatir a los charrúas y debilitar Artigas.

El gobernador de Montevideo Vigodet rompe el armisticio con Buenos Aires.

El Triunvirato porteño hace un convenio con los portugueses para la evacuación de la Banda Oriental.

“Cuatrocientos indios charrúas armados con flechas y bolas…” están presentes en el campamento del Salto Chico en pleno Exodo, según descripción del comisionado paraguayo Bartolomé Laguardia (9 de marzo).

“Y estoy persuadido -anoto Laguardia- que aún en los pueblos de indios ha dispuesto formar sus compañías, porque he visto algunos Corregidores uniformados: en el departamento de Yapeyú 500 indios sin armas en compañías formadas”.

Confirman la adhesión completa a Artigas: “Están subordinados al General y están tan endiosados en él que estoy convencido en que no han de admitir al otro jefe”.

Las tropas portuguesas al mando de Joaquín d´Oliveira desangran a los charrúas en el Daymán, junto al arroyo Laureles, después de un combate de cuatro horas, dando muerte a cuatro de sus caciques y numerosos guerreros, tomándoles miles de caballos. (12 de julio)

Manuel de Sarratea -nombrado por el Triunvirato generalísimo de la Banda Oriental- prosigue el plan de exterminio de los charrúas artiguistas.

Empero los charrúas quitan de las narices, a Sarratea y sus tropas, sin dejar rastros, 2.700 caballlos y 700 bueyes, impidiéndole actuar, sin derramar en ello una gota de sangre.

Las tolderías se establecen sobre el Río Santa Lucía integrando con su propio perfil las fuerzas artiguistas en el segundo sitio a Montevideo.

Acciones de charrúas al mando del Caciquillo en Pintado y Porongos (30 de agosto y 29 de setiembre) donde se unieron a las fuerzas de Eugenio Culta.

En 1813 Artigas vuelto del Ayuí acampa cerca de Montevideo (Paso de la Arena) con 5.000 soldados y 100 charrúas (20 de enero).

Cien charrúas cierran la retaguardia de la columna de 5 mil hombres que encabeza Artigas a su regreso del Éxodo para incorporarse a las fuerzas comandadas por José Rondeau en el Segundo Sitio a Montevideo.

La multitud de carretas, familias, bagajes no terminaron de llegar hasta dos días después, anota el Pbro. Bartolomé Muñoz (26 de febrero).

Los charrúas desafían ante las murallas a los defensores de Montevideo (27 de febrero).

Los charrúas por la noche, sin un ruido ni nada que los delate se llevan las caballadas, no dejando huella alguna, a la noche siguiente les secuestran los 700 vacunos.

Se tienen que retirar los porteños caminando por falta de caballadas y sin comida, por habérselas secuestrado y a pie difícil era agarrar el ganado cerril.

Sumados al sitio, ya con Artigas como presidente del Gobierno Provincial desde el Primer Congreso Nacional de Tres Cruces (4 de abril), los charrúas acampan a 3 leguas de Montevieo (18 de agosto), comandados por “..su jefe caciquillo Don Manuel Artigas muy tratable” .

Desde los artículos de las Instrucciones del Año XIII en adelante se plasman los principios distintivos del artiguismo: “la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable”; los derechos naturales de la criatura humana bajo formas múltiples en dichos artículos y en los proyectos constitucionales surgidos del núcleo artiguista (el destinado a la Provincia Oriental o el formulado para las “provincias Unidas de la América del Sud”) especialmente en cuanto reconocen, implícita o explícitamente, el derecho a la felicidad, el igual derecho electoral sin exclusiones, el de exigir la responsabilidad de los gobernantes y funcionarios, el derecho a la justicia recta y el derecho de los pueblos al uso de su soberanía particular.
En el caso de los Charrúas su soberanía natural propia de ellos.

En 1814 Artigas se retira del sitio de Montevideo, de paisano y con una lanza, ubicándose “en el corazón de mis recursos”, sobre el Arroyo Mataojo, no lejos del Cerro Catedral Charrúa, vale decir, en pleno territorio charrúa (20 de enero).

Actúa como enlace el Caciquillo Manuel Artigas.

Caballería de cien charrúas sumada a 300 paisanos es decisiva en la acción artiguista al mando de Rivera en la Capilla de don Diego González ,en las nacientes del Villasboas sobre la Cuchilla Grande, a 40 km de Durazno, donde derrotan a igual número de porteños (noviembre).

Artigas en carta a Barreiro, indica que “por nuestra parte no hubo ningún herido.

Algunos enemigos (60, entre ellos seis oficiales, según Rivera) pagaron su obstinación con su muerte a la intrepidez de la caballería charrúa; y los demás rindieron sus armas a nuestro valiente y generoso Rivera.”

Seamos sinceros eran guerras sin heridos, porque a los heridos se los despenaba.

En 1815 Fuerzas artiguistas integradas por similar caballería charrúa al mando de Rivera destrozan en Guayabo las tropas porteñas de Dorrego (10 de enero).

Aquí además los charrúas posibilitan el triunfo impidiendo proveerse de ganado al ejército porteño y aislándolo al cerrar los pasos en ríos y arroyos.

En su diario el general porteño documentó elocuente: “ En el momento que nuestras tropas dieron vueltas, los enemigos se mezclaron en nuestras filas, a lanza y sable en mano, y como por lo general la mayor parte venían desnudos, la tropa los conceptuaba indios, habiendo a éstos cobrado, aunque sin motivo, un gran temor (…) era tal el pavor que en los últimos momentos se había apoderado de la tropa que de la algazara sólo del enemigo disparaban, sin que las espadas de los oficiales pudieran contenerlos, yo mismo, he visto de cerca sesenta hombres corridos por solo cinco, quienes los acuchillaban sin que siquiera se defendieran no obstante mis amonestaciones y de otros tantos oficiales.

Andresito Artigas es ascendido como nuevo Comandante General misionero, gobernante de Misiones y Corrientes. Oriental de nacimiento (su partida está en los archivos de la Iglesia de Tacuarembó) fue educado en la tradiciones jesuíticas-guaraniticas.

De fe cristiana, será Andrés Guacaraí el primer jefe indio ascendido a General en el ejército multiétnico artiguista, único caso en los ejércitos emancipadores americanos, quien pagará cara su fidelidad cuando lo tuvieron preso en la Isla das Cobras en las peores condiciones de reclusión y cuando lo soltaron, lo hicieron sin ropa y con cuarenta pesos.
Fue la última oportunidad en que se lo vio con vida, desapareció sin dejar rastro.

En las Misiones se le considera un héroe nacional.

Desde el campamento multiétnico de Purificación, al Norte de Paysandú, se promulga el Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el fomento de su campaña y seguridad de sus hacendados”, cuyo célebre Art. 6to. establece que “los más infelices sean los más privilegiados”, extendiendo por primera vez no sólo a los criollos pobres sino por igual a “los negros libres, los zambos de toda clase, los indios” el derecho a agraciarse con suerte de estancia “si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad y a la de la Provincia”.

Sin hacer distingo entre clases, razas ni creencias, como por ejemplo lo habían hecho, entre otros, Azara en su Memoria Rural sobre el Río de la Plata, donde propuso “dar libertad y tierras a los indios cristianos”.
En cambio, para la región de los “indios infieles”, entre los ríos Uruguay, Negro, Ibicuy y frontera con Brasil, sugirió se edificasen capillas.

En 1816 de inmediato Artigas propulsa y ampara la ejecución de la avanzada ley agraria.

Abre un espacio cerca mismo de Purificación para una colonia agrícola que combine las tradiciones comunitarias de las culturas de indios abipones y guaycurúes del Chaco, tan combativos y tenaces artiguistas como los charrúas.

Los charrúas ya tenían destinada el área de Arerunguá para su organización tribal y forma de subsistencia, que no era la de indios con una simbiosis de cultura guaranítica y socialismo cristiano jesuítico.
Artigas insiste en enero con tres comunicaciones al Cabildo de Corrientes (el 2, 9 y 31 ) para que a la gente del cacique Juan Benavides se les otorgue tierras o se les apoye para que vengan con sus familias junto a Artigas, lo que finalmente se concreta en junio de ese año, con la llegada de más de 400 indios abipones con cuatro caciques, que se sumaron a un contingente de guaycuruses llegados poco antes.

“Es preciso que a los Indios se trate con más consideración -reclama Artigas al Cabildo de Corrientes – pues no es dable cuando sostenemos nuestros derechos excluirlos del que justamente le corresponde.

Su ignorancia e incivilización no es un delito reprensible.

Ellos deben ser condolidos más bien de esta desgracia, pues no ignora V.S. quien ha sido su causante, ¿y nosotros habremos de perpetuarla? ¿Y nos preciaremos de patriotas siendo indiferentes a ese mal ?

Por lo mismo es preciso que los magistrados velen por atraerlos, persuadirlos y convencerlos y que con obras mejor que con palabras acrediten su compasión y amor filial”.

Reclamará asimismo al Cabildo de Montevideo -que miraba la aplicación del Reglamento “con fría y afectada aprobación”, – les proveyese “de algunos útiles de labranza, arados, azadas, picos, palas, hachas, las semillas (…) para que empiecen estos infelices a formar sus poblaciones y emprender sus Tareas”.

¿Cómo no explicar por qué el mundo de los poderosos de entonces rápidamente acordó traicionar a Artigas y echarse encima de los ejércitos de pies descalzos?

En agosto de este mismo 1816 se inicia la segunda devastadora invasión portuguesa a la Provincia Oriental (agosto).

Se desata el cerco de las grandes potencias contra toda esa peligrosa experiencia revolucionaria americana.

La disponibilidad de 30.000 soldados portugueses si destino reavivan los apetitos sobre nuestra Banda Oriental y las Misiones Orientales.

Desde marzo 1816 había quedado secretamente acordada una acción conjunta de Buenos Aires con el Imperio portugués, para aniquilar a los descontentos, a los anarquistas, como referían a los artiguistas.

Desde agosto, como está señalado se desató la segunda invasión portuguesa.
Comienzan cuatro años de combates de las tropas multiétnicas artiguistas.
En Cerros de Carumbé, Cuchilla de Santa Ana, se pierde una batalla frente a tropas portuguesas.

El parte del brigadier Joaquim de Olivera Alvares describe que las tropas artiguistas avanzaron en semicírculo procurando cercarlos con 450 hombres de caballería que marchaban a la derecha en una sola fila y 400 más de la misma arma a la izquierda, “cubiertos de 150 charrúas, minuanes y guaicurús”, 500 plazas de infantería (blandengues y negros) ocupaban el centro, igualmente en una sola fila y con intervalos de 3 o 4 pasos.

“De declaraciones de los mismos prisioneros, consta que Artigas se retiró para una altura luego de disponer la acción, con una guardia de 25 charrúas.”

En 1817 se consignan fuerzas charrúas en una acción del 3 de enero con fuerzas portuguesas en una zona de barrancas y bosques próximos a las puntas del Arapey.

Al día siguiente se registró junto al arroyo Catalán una cruenta batalla de contención de los invasores, donde los artiguistas resistieron hasta la muerte.

Habían atacado al amanecer “apoyando los flancos con artillería y caballería, cubriendo sus movimientos con gran números de lanceros indios charrúas, minuanes y guaycurús, y en este orden atacó impetuosamente en toda la línea”, consigna el parte oficial del marqués de Alegrete, general en jefe del ejército invasor.

Francisco Bauzá describe por su parte: “Numerosos lanceros charrúas, minuanes y guaycurús cubrían este movimiento de avance, y arrollaron desde luego las guerrillas enemigas, permitiendo que la infantería oriental, no obstante su defectuosa formación, tomase a paso largo posiciones sobre la orilla izquierda del río, donde se instaló cómodamente, rompiendo un vivo fuego de fusil, secundado por la dos piezas que formaban su tren.”
Lecor ingresa con honores a Montevideo (20 de enero).

Se promueve desde entonces la traición por el soborno de caudillos artiguistas y con ello la confusión y engaño en caudillos y jefes menores y masas enteras.

Andrés Guacararí y sus fuerzas toman el pueblo Apóstoles (17 de agosto).
En 1818 se suceden encuentros de tropas artiguistas con portugueses en la Provincia Oriental, Río Grande del Sur, Entre Ríos.

Pedro Campbell, el “gaucho de pelo rojo”, célebre marino irlandés que comandó la armada artiguista y la nutrió de marinos indios guaraníes para su flotilla del Paraná y es la que logra defender Santa Fe del ataque de los porteños, en la batalla de Colastiné (20 de octubre).

Se verá a Pedro Campbell también actuar como bravo cacique al frente de destacamentos indios en tierra, como en Cepeda con tropas misioneras y chaqueña.

En 1819 se da connvivencia antiartiguista entre el general José Rondeau, director supremo de las Provincias Unidas, y el general Lecor.

Andresito cae prisionero de los portugueses el 24 de junio.

Las tropas imperiales aplican acciones de tierra quemada a todo lo que estuvo infestado de artiguismo, afectando a poblados enteros. Se trataba de una masa de cien mil indígenas que había adherido en el área a la propuesta de confederación de pueblos libres.

La oligarquía concentrada en las ciudades, que había estado jaqueada por la masa de los pies descalzos artiguistas, rápidamente acoge a los invasores.
En 1820, la traición final se concreta sembrando sangre y muerte. Los charrúas en un acto de fidelidad extrema acompañarán hasta el Río Uruguay a Artigas en su retirada, escoltado por unos 200 negros y negras lanceras.

Los charrúas se resguardaran en los profundos montes del Arapey y Cuareim y sus tolderías acogen a dignatarios artiguistas, negros fugados del persistente esclavismo portugués y largo tiempo aún brasileño que con la invasión reavivo el tráfico negrero por Montevideo.
Tratado del Pilar (23 de febrero): triunfo de la idea federalista en Argentina.

Artigas es vencido en combate por un traidor que fue su antiguo subordinado Pancho Ramírez en territorio de Entre Ríos (23 de febrero) pero su idea sigue viva en el Pueblo Oriental hasta el día de hoy.

Un comentario en «Artigas y los indios»

  • Muy enriquecedor el artículo sobre Artigas y los Indios. Son páginas de la historia , olvidadas, por unos y negadas por otros. Artigas tuvo siempre a su lado a su guardia de hierro . Estaba compuesta por sus indios bravos. En ellos confiaba su seguridad personal. Desde sus 14 años se fue al Lejano Norte a convivir con ellos, escapando de la voluntad de su familia que lo obligaba a entrar al Seminario para tomar los hábitos. Allí aprendió de la horizontalidad Charrúa, de la palabra empeñada, y donde dio forma al federalismo Artiguista, con su sueño de las Provincias Unidas. Es tal la magnitud de grandeza de este ser único y la fidelidad de los que lo siguieron en alas de su sueño, siendo fieles a sus ideales de libertad, igualdad, hasta las últimas consecuencias. La traición los rodeó. Pusieron precio a la cabeza de Artigas. tuvo que abandonar su territorio, sus sueños y su gente. Y como bien dijo muchos años después vivió de limosnas hasta su muerte. De los naturales, se los corrió de del Arerunguá . Era mucha tierra la que el Prócer dejó para sus indios bravos. Artigas al pedir esas tierras en 1804 sabía que era tierra sagrada Charrúa. La codicia y la leyenda negra creada para desprestigiarlos , provocó que en un acto de traición infame, se les condujera hacia la muerte el lunes 11 de abril de 1831, en el potrero entre el Salsipuedes y el Tiatucura. Alli cae como Nación aquella gente que defendió a la patria en un sin fin de oportunidades. Pero los que fueron seleccionados para servicio de las familias adineradas de Montevideo, convirtieron en esclavas a aquellas mujeres y niños que fueron parte de la repartija donde la brillante mente perversa de los Rivera, separó a las madres de sus pequeños hijos. El etnocidio se hizo carne en los sobrevivientes. Ya no se hablaría en su lengua. Ya sus costumbres y mitos quedarían ocultos en la neblina del olvido.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *