19 abril 2024
UNIVERSO

Bólido amenaza a la Tierra para el 2016

Científicos en alerta ante la posible amenaza de un cometa que podría encontrarse en el 2016 con la órbita terrestre ocupa las siguientes líneas publicadas en el blog de Ciencia y Tecnología del diario español ABC.

El pasado 4 de febrero y ante la mirada atónita de muchos astrónomos, se produjo una pequeña “lluvia de estrellas” (en la imagen) que nadie esperaba ver. No fue gran cosa, pero constituyó igualmente una sorpresa mayúscula, ya que no estaba prevista.

Ese tipo de fenómenos suele producirse cuando la Tierra se cruza con el rastro de polvo y pequeñas piedras dejado por la cola de un cometa, cosa que sucede periódicamente y en fechas muy concretas y conocidas.

Pero no hay ningún cometa, que se sepa, cuyo rastro crucemos el 4 de febrero: ¿De dónde procedían entonces las partículas de polvo que causaron la lluvia de estrellas del 4 de febrero? Hace apenas unas horas, investigadores del Instituto SETI y el centro Ames de Investigación Espacial de la NASA han anunciado que puede tratarse del rastro de un cometa hasta ahora desconocido. Un cometa que, además, podría constituir una seria amenaza para la Tierra.

Las estrellas fugaces del pasado 4 de febrero llegaron hasta nosotros desde la dirección en la que se encuentra la estrella Eta Draconis, por lo que la lluvia fue llamada FEDs (February Eta Draconis). Los fragmentos con los que se cruzó ese día nuestro planeta tienen todo el aspecto, según los investigadores, de haber sido “sembrados” por un cometa de periodo largo, es decir, con una órbita tan excéntrica que sólo pasa cerca del Sol cada mucho tiempo.

Esta clase de objetos son muy difíciles de detectar, a no ser que se divisen cuando se encuentran cerca del astro rey, cuya radiación provoca un deshielo parcial de su superficie que a veces se aprecia como una larga cola. Sin embargo, durante la mayor parte de sus largas órbitas, los cometas, rocas heladas y oscuras, son prácticamente indetectables. Y eso es algo que en este caso concreto preocupa mucho a los astrónomos.

“Si los meteoroides (las partículas de polvo de su cola) han podido alcanzarnos, también puede hacerlo el cometa”, asegura el descubridor de la lluvia de meteoritos del 4 de febrero, Peter Jenniskens, del Centro Ames, de la NASA. “No sabemos si el cometa ha pasado ya o si se está aún aproximando a nosotros”. Dicho lo cual, Jenniskens se apresura a decir que, de todas formas, las probabilidades de una colisión son “muy remotas”.

Seguiremos de cerca toda la información que tenga que ver con la llegada de éste bólido a las cercanías de la Tierra.

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