19 abril 2024
MUNDO

Cara de piedra

La cosa es tal, que me siento como el del cuento aquel, que a un sultán cuando cumplió veinte años le regalaron cincuenta hermosas muchachas, es decir, sé lo que tengo que hacer, pero no sé por donde empezar.

Lo de cara de piedra viene porque el personaje motivo de mis desvelos que era tal cual a Búster Keaton, por no reírse, por su humor, por ser menudo y con una cara sin músculos. Me pasa como aquel que le había enseñado al perro a jugar al truco, pero no podía jugar de compañero con él porque cuando ligaba buenas cartas movía la cola.

El personaje de marras, al igual que Búster Keaton, no se le movía absolutamente nada, sería un perfecto compañero de truco, con paquetes incluidos.

Juan Verdaguer en Canal 13

Vestía de etiqueta y gozaba del humor más fino, sencillo y pleno de sutilezas.

Los blancos del humor de Juan Verdaguer, eran blancos comunes, como los que tenemos todos y bien a mano por cierto, la esposa y la suegra. En una palabra nos hacía reír, en carne propia.

Es difícil hablar de este uruguayo, dado que nosotros no somos egoístas ni patrioteros, lo podemos catalogar como personaje del humor universal y de una época.

Aunque el humor no tiene límites de tiempo y espacio, si lo tiene el público que lo interpreta y las modas que impone el jet set de la mediocridad.

Hizo gala de su humor en lugares humildes y en lugares no tan humildes. En Uruguay, preferentemente en Argentina, Chile, Brasil, EEUU, Australia, y podemos seguir por el Pacífico hacia el norte.

El podía ir con su humor a todos lados, por la elemental razón, de que todos, mal que bien, tenemos una esposa o una ex esposa o una futura esposa y una suegra en la vuelta, en el mismo orden, grado y prelación y un chiste fino sobre el tema, lo disfrutarán tanto en la China, como en New Orleáns o Pando, es un icono universal el instituto de la familia directa.

El cómico tratando de sacar algunas notas en su viejo piano.

¿Se podrá ofender a la suegra con algún chascarrillo o ya estaba ofendida de antes? Lo uno o lo otro forman parte de la humana naturaleza y las relaciones emergentes.

El nació en Montevideo, se crió en el aserrín de las pistas circenses, que, en definitiva, fue donde nació gran parte del teatro rioplatense, con los uruguayos Podestá como gran ejemplo.

El era hijo de un equilibrista y de una acróbata de apellido Queirolo, apellido que en aquellas épocas, supo tener un circo en Brasil con sus hermanos, que eran unos cuantos y también algún circo de los Queirolo anduvo por el Uruguay. Todos sabemos que las familias circenses llevan una vida de radicación incierta a tiro largo, tenían hábitos de cíngaros.

La madre de Verdaguer quedó un poco acá y luego a la Argentina con su marido.

Verdaguer, nuestro Verdaguer, debutó a los cinco años en a pista. Y de payaso o tony pasó a equilibrista, con la escalera, y por cierto, casualmente fue una escalera la que lo llevó a la fama.

Aprendía violín y estando a sus dichos, parte realidad y parte fantasía, cuando estaba apremiado económicamente lo empeñaba y el violín iba y venía de las manos del prestamista a las del dueño.

Verdaguer dice en broma, porque el es el dueño de los hechos y debemos tomarlo como lo dijo. “El hijo del prestamista había llegado a tocar el violín mejor que él”.

Con el número de la escalera de mano (de una hoja) y subido a la misma hacía equilibrio y tocaba el violín y una vez, creo que fue en el Maipo, se le reventó una cuerda y ahí nació el Verdaguer improvisador, que luego conocimos todos.

Paró de tocar y la orquesta también paró y miró al público y le dijo muy serio: “Mi madre me advirtió que un día me iba a pasar esto”. El público se tomó su tiempo, entendió y festejó. Verdaguer remató el gag: “Uds. no se reirían tanto si supieran que solamente hace tres días que estoy haciendo esta prueba”.

Tenía una habilidad, no común, en rezumar la ridiculez humana, por la vía del absurdo. Sabía perfectamente, que queda más grabado en el público lo espiritualmente íntimo, que lo superficialmente festivo. Se ve esta fórmula en: “Uds. creen que yo debo querer a mi suegra porque sólo nos visita dos veces al año… pero no es así ya que lo hace por períodos de seis meses…” o “Cuando nos casamos mi mujer me trataba como un dios pagano, quemaba cosas por mí, quemaba el desayuno, quemaba el almuerzo, quemaba la cena…”

Claro que su humor no era para todo público. No era para el público fácil, chabacano, sino para un público activo, ese que no se pierde ningún gag.

Odiaba el humor fácil, ordinario, de la palabrota, de la pornografía, el suyo era un humor cortito y muy elaborado: “Siempre salgo con mi mujer de la mano. Es que si la suelto se va de compras!…” o “Falleció un lunes… qué manera más estúpida de empezar la semana…”.

No era un humor muy explicativo, el público debía interpretarlo por sí, el que lo entendía lo seguía y el resto a otra cosa.
“Todos los años la cigüeña venía con un hermanito más, bueno, la cigüeña ya no venía, vivía con nosotros. Como sería que cuando papá llegaba a casa del trabajo, tenía miedo de preguntar ¿qué hay de nuevo?” o “Falleció un humorista amigo en la mayor indigencia y entonces con otros colegas decidimos hacer una colecta para enterrarlo Me dirigí a un señor y le pedí diez pesos para enterrar a un humorista, el hombre me dio treinta y me dijo: Tome, entierre a tres”.

Nació en 1915 en Montevideo y murió en el 2001 en Buenos Aires, 85 años de edad.

Debutó en 1932 en un circo en Córdoba y fueron 70 años haciendo humor, y en los últimos tiempos cuando le fallaba la memoria, se burlaba de la misma y salía con un gag.

No siempre anduvo de frac pero aunque no lo tuviera puesto era un gran señor, no precisaba del hábito para ser un monje.

El público que lo recuerda y los jóvenes que no lo vieron y pellizcan alguna cosa de él, se lamentan de que haya quedado tan poco material suyo en colecciones privadas y en el mercado nada.

Si se despertara algún oportunista le estoy dando una excelente idea para un par de DVD o CD.

Teatro, cine, radio, televisión, lugares nocturnos, recorriendo el mundo, no es poco para aquel hombre de cara seria, una voz engolada y una fineza sin igual.

Como broche decía: “que tenía cuarenta años de casado, sin hijos, pues su mujer se reía de todo lo que hacía”.

9 comentarios en «Cara de piedra»

  • Que tipo que te hace reir Verdaguer…….yo pense que era argentino por la manera de hablar. Pero como es uruguayo hay que reirse el doble…

  • muy bueno juan verdaguer con sus chistes sutiles!!!!

  • Que humor fino el de Verdaguer y acá nunca le dieron pa delante. Y tienen razón sobre que hay poco material de Verdaguer en internet hay solo 3 videos y uno es el que esta ahí puesto y hay mas cosas sobre un gato que lo llaman verdaguer que de nuestro uruguayo. LAMENTABLE!!!!
    Por suerte Olivera lo esta recordando como se merece un yorugua del ley….POR SIEMPRE JUAN VERDAGUER!!!!!!

  • Palabras mayores. Muy bueno el titular Cara de piedra, es que realmente el complemento del chiste era mirarlo a él. A parte aquel que tuvo la fortuna de verlo actuar, no se olvida mas de la cara y aunque lo escuches despues en un casete o en la radio…te reis igual porque te imaginas poniendo esa cara de piedra.
    Saludos

  • No tenes que disculparte Lorenzo, porque este es un foro y es para escribir lo que pensamos.
    Yo aprovecho también para decirte que soy uno de los lectores de tu columna porque estan re – buenos los personajes que ilustras. Es mas, yo tampoco sabía entre tantas cosas, que Verdaguer era uruguayo y menos que nació artísticamente en un circo, que era equilibrista y que tocaba el violín y que cuando se le rompió la cuerda nació el humorista improvisador que todos conocemos.
    ¿Qué le paso a Robbie Williams?, lo mas seguro es que tengas razón. Y también se hizo el canchero, la mayoría de los artistas, detrás de la ‘cucaracha’, que aparte es el retorno de la consola para no desafinar, hay un productor que hace eso que vos bien explicas cuando te quedas en blanco, te pasa letra. Y seguro que como era un concierto a beneficio, ese respaldo no estaba.
    Un fuerte abrazo.

  • Imperdible Juan Verdaguer. Era uno de los mejores cómicos del Rio de la Plata….hoy me entero que era todito nuestro y despues de escuchar esos chiste que me vienen con la galleguita de la otra columna de humor!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

  • Que bárbara la historia de Verdaguer y los chistes son muy graciosos sin tener la necesidad de ser boca sucia ni grosero. Verdaguer hacía los chistes como todo un caballero, se quedaba serio y te hacia largar la carcajada. Eso es muy dificil para muchos humoristas y por eso se meten en la grosería y con la gente que los va a ver. No es divertido, por lo menos para mi ese tipo de humorista que utiliza a los presentes para hacer sus bromas.
    Saludos

  • Quien puede negar que fue uno de los cómicos mas grande. Juan Verdaguer tenía un humor sutil, fino e inteligente. Se reía de si mismo, de sus defectos y le encontraba humor hasta en las cosas que podían ser polémicas en la pareja, como por ejemplo la relación con la suegra. Ultimamente, como dice en esta buena nota, le fallaba la memoria, y hasta de eso sacaba partida para hacer reir a la gente. Era verdaderamente muy disfrutable escuchar sus cuentos y hoy verlos en esta nota!!
    Saludos a todos

  • Vale la pena leer estas cosas. Cuando estaba apretado empeñaba el violin, de tantas veces que fue estaba seguro que el hijo del prestamista tocaba el violin mejor que el. Estoy seguro que donde este Verdaguer no dejara de repartir sonrisas!

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