19 abril 2024
INSÓLITOS

Comemos y no sabemos qué

Una vez estaba en el mostrador de un lugar de bebidas y comidas y estaba hablando con el dueño, el que sacó de esas heladeras de muchas puertas una carne que estaba negra y dejaba su olor mucho que desear.

Le dije pero eso está podrido y me dijo no… ahora lo paso por vinagre y se lo comen como si nada.

Otra vez estaba en un buen restaurante del este, esas noches medio pesadas y había bichos volando por todos lados.

Pido una cazuela de mariscos, tomamos un vino chileno y cuento le entro a los mariscos, veo en el caldito una cucarachita voladora ahogada.

No le hice respiración boca a boca, sino que la aparté y la dejé a un lado y me comí el resto, bah… el resto no los mariscos de verdad.

Cuando terminé la puse en caldito y llamé a la moza y le pregunté qué tipo de marisco era ese, la mujer se quería morir de vergüenza, vino el dueño, el maître, y en resumidas cuentas nos sirvieron los mejores postres y todo por cuenta de la casa.

Mi mujer me quería matar, pero una buena cena, bien vale una cucarachita de morondanga.

Pero en lo cotidiano hay algunos productos alimenticios que nos gustarían más si no supiéramos de qué están compuestos y no por accidente.

Cada día, comemos cosas que creemos inocuas.

Pero, ¿sabemos de dónde viene el aroma a vainilla de nuestras galletas preferidas o cómo se consigue que los cereales del desayuno se mantengan tan crujientes?

Veámoslo:
En las listas de ingredientes, aparece como “castoreum”.

Cómo lo consumimos: productos con sabor a vainilla.

Aunque el castoreum, un líquido que se acumula en una glándula entre el ano y el pene de los castores, no suene muy apetitoso, se usa con mucha frecuencia como sustituto del aroma natural a vainilla.

Pelo humano

En las listas de ingredientes, aparece como “L-cisteína”.

Cómo lo consumimos: bagels (unas rosquillas sabrosas de pan de origen judío), pasteles…

Lo creas o no, este componente hecho con pelo humano y/o plumas de pato se utiliza en realidad como potenciador del sabor.

La L-cisteína es bastante común, así que no te asustes si te decimos que probablemente la hayas tomado hoy.

Alquitrán

En las listas de ingredientes, aparece como “colorante alimenticio”. Cómo lo consumimos: en cualquier producto alimenticio con un color artificial.
Cuando los fabricantes empezaron a crear colorantes alimenticios sintéticos hace casi 120 años, confiaban en el alquitrán como producto seguro.
Aunque la industria de la alimentación se ha desarrollado mucho desde entonces, la alternativa que propone no es mucho mejor: el petróleo.

Anticongelante

En las listas de ingredientes, aparece como “glicol de propileno” o “propylene glicol”.

Cómo lo consumimos: vinagreta u otros condimentos de ensalada.
El glicol de propilenose usa frecuentemente como anticongelante(si bien es menos tóxico que el glicol de etileno, un producto similar) y podemos encontrarlo como espesante alimentario en salsas para condimentar ensaladas.

Productos ignífugos

En las listas de ingredientes, aparece como “aceite vegetal bromado” (BVO).
Cómo lo consumimos: refrescos con sabor a limón
A priori, el aceite vegetal no tiene nada de malo.

En cambio, la presencia de bromina debería preocuparnos más.
La bromina, que se utiliza para proteger los muebles del fuego, puede ser tóxica.

Un alto consumo de esta sustancia puede provocar problemas neurológicos y una pubertad precoz.

Biodiésel

En las listas de ingredientes, aparece como “butilhidroquinona terciaria” (TBHQ).

Cómo lo consumimos: nuggets de pollo, chicles…

Este componente no sólo es asqueroso; también puede ser muy peligroso.
Este conservante creado sintéticamente se usa para cualquier producto, desde chicles hasta esmalte de uñas, pasando por galletitas con sabor a queso.

Por desgracia, es tan tóxico que con tomar un solo gramo podrías enfermar.

Arena

En las listas de ingredientes, aparece como “dióxido de silicio”. Cómo lo consumimos: sal y sopas, entre otros.

El dióxido de silicio se puede añadir a los alimentos como componente antiaglutinante.

A menudo, se emplea para controlar el nivel de humedad.

Así que, si tu sopa tiene una textura arenosa, ahora ya sabes por qué.
Combustible para aviones

En las listas de ingredientes, aparece como “butilhidroxitolueno” (BHT).

Cómo lo consumimos: cereales.

Siempre nos han dicho que los antioxidantes son buenos para la salud, pero también es verdad que algunos son mejores que otros. El BHT entra dentro del grupo de los “otros”.

Esta propiedad antioxidante contribuye a mantener los alimentos frescos por más tiempo.

De este modo, tus cereales seguirán crujientes ¡semana tras semana!

Bórax o tetraborato de sodio

En las listas de ingredientes, aparece como “E-285”.
Cómo lo consumimos: caviar.

El bórax se utiliza en la industria nuclear y química; sirve para fabricar jabón, lejía e incluso abonos.

Además, puede estar presente en el caviar como conservante.

En casa había una empleada gallega, mala como un salado, la cual una vez que mi vieja se fue de vacaciones estaba encargada de darle de comer a los canarios, esos pájaros que tomaron su nombre de las Islas Canarias, llamadas así porque estaban llenas de canes, de ahí que el nombre de los pájaros es por los perros indirectamente.

La Manuela, flaca, seca, mala, de luto perpetuo, cumplió su tarea, tan pero tan a disgusto que cuando mi vieja volvió, notó que su canario preferido apodado “Flautín” no estaba en la jaula, al abrirla para limpiarla lo encontró apretado con el piso contra la reja.

Este excremento humano que teníamos un día, el último día que trabajó, tuvo el toupet de contarle a mi madre, que a un patrón que le tenía bronca, le escupió el churrasco y se lo pasó por la suela de los zapatos antes de llevárselo al patrón para que almorzara.

Puse el último día, porque acto continuo mi madre la despidió, pero sin necesidad de tener una Manuela en la casa, al comer por ahí, uno corre riesgos permanentemente.

Una vuelta habíamos ido a jugar al fútbol a una cancha que está en el cuartel que está al lado del cementerio del Norte y había una pista de salto largo en la que se había juntado agua del tiempo y estaba verde.

Vino un vendedor de frankfurters y llenó su tacho con esa agua y prendió el mechero de alcohol para canlentar los panchos, yo me fui y nunca más en mi vida comí algo hecho a lo bandido.

Un comentario en «Comemos y no sabemos qué»

  • TODO ESO COMEMOS????QUE ASCO!! BLAAAA..

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