19 abril 2024
CRÓNICAS

Cosas de uno

Por COMOUSTÉ
Soy tempranero, cinco y media, seis de la mañana me despierto y me levanto, verano o invierno, tanto me da, no tomo mate solo, acompañado si, solo una cafetera chica, cuatro tazas de café negro.

MICRO-250-6-435X326La casa empieza a funcionar, mi mujer desde las 5 dando vueltas, baños, pinturas, ¿qué me pongo?, cambiar las cosas de una cartera a la otra, que produce un ruidito a cucarachas o ratones en la vuelta y entre sueños, combinar la cartera con los zapatos o viceversa y a las siete empieza el programa En Perspectiva, por radio El Espectador, por ahora de Emiliano Cotelo.
Es un programa ómnibus liviano, que lo hacen el equipo de Cotelo, con los empleados de la radio, y el público y algunos visitantes.
Esa angustia de los medios la conozco, toda una semana programando y combinando quien puede y quien no puede y quien con quien y quien debe y no quiere, o quiere y no debe, y pah… Fulano avisó que no viene, eso con suerte, porque también está el queno viene sin aviso (crucificado para cualquier nota presente, o futura).
Calculo que lo escucho desde que me jubilé, en que fui agarrando otras rutinas, porque las cosas de uno van cambiando.
Antes dependía de los diarios y me iba al café, me tomaba unos cuantos cafés 3 o 4 y me leía todos los diarios de mi paladar.

Conversaba con algún parroquiano, sobre enfermedades, parientes propios o ajenos y hasta nos convidábamos con algún café.
No pierdo tiempo leyendo lo que no me importa.
Hace un tiempo cayo Jorge Zabalza, para nosotros en Facultad El Perico era Ruralista, si de la gente de Chicotazo, para los compas era “El Tambero” y ahora el “TamVero”, fue antes que le apareciera el bicho.
Al bolichero cuando se fue Perico le dije, no se te ocurra aumentar el café, ni dejar de fiar, porque hablo con el hombre y esto sabes que “fue”.
Se reía el gallego, en otras épocas no se hubiera sentado conmigo Perico, para no comprometerme, ni yo le hubiera gastado el chiste al bolichero.
Me interesa la política sobremanera, aunque nunca milité en ningún partido, pero estoy afiliado al de mi vida que anda de capa caída y todos los meses igual cotizo religiosamente lo que me viene en la tarjeta de crédito.

Política internacional también le entro y ahí leo todo, porque quienes son los buenos y quienes son los malos lo resuelvo yo, leyendo las distintas fuentes.
En la época liceal mis compañeros zurdos me criticaban porque yo leía Selecciones del ReadersDigest, pero leía un montón de cosas más, y ellos iban a una sola fuente y bueno ahí se ahogaron con el agua ponzoñosa, y cuando vino Fidel Castro y habló desde el “ayuntamiento” (pronunció “aiuntamiento”, lo que para nosotros era la explanada municipal) y lo escuché unas cuantas horas, me empezó a doler la espalda de estar parado y me fui a mi casa que era bastante cerca y l escuché por la radio, leí “La Historia me absolverá” y material de la Revolución Cubana montones de revistas y libros de Ediciones de Pueblos Unidos, pero también leí En Guardia una revista que publicaban en Estados Unidos en español, que estaba en casa de cuando yo era chico, sobre la Segunda Guerra Mundial, leía Life en Español y todo lo que caía en mis manos y sacaba mis propias conclusiones.

La norma en mi casa era que las conclusiones de las cosas las teníamos que sacar nosotros mismos de lo que leyéramos y los tres hermanos y cada cual por la suya, cuando votábamos en las elecciones sin disentir, ni influir ninguno sobre los demás, al día siguiente nos preguntábamos que habíamos votado y resulta que los tres habíamos votado lo mismo.
Mi viejo ya no estaba pero había dejado su semilla.

Cuando me regalaron mi iPad, me independicé más de los diarios, porque me despertare a la hora que me despertara, no dependía si el diario había llegado al café o no.
Le entraba a las noticias de todo el mundo y ahora con el iPhone ya no tengo lugar donde no estar informado.
A las 7 de la mañana por radio El Espectador escucho en “En Perspectiva” una audición que en lo pertinente o sea lo que me interesa la escucho y en los lugares comunes no le presto atención.
Emiliano Cotelo el conductor cumple una función que se adecua a lo que me gusta y me sirve, es una persona que no demuestra en ningún momento inclinación partidaria alguna, aunque como buen oriental, la debe de tener, pero no es tendencioso en absoluto, ni él ni los de su equipo.

Anunciaron que hubo un desacuerdo entre los nuevos dueños de las radios y el amigo Cotelo y bueno, Cotelo muy dignamente y para salvaguardar su derecho, les dio el preaviso y se irá con su música otra parte, el 31 de diciembre.
Cotelo no tiene dueño y buscará el horizonte que mejor convenga a sus intereses que no son solamente los comerciales, sino también los de un creador.
Esto me hace acordar a cuando los dueños del Canal 12 creyeron que sin el gran Néber Araujo iba todo a ser lo mismo y ahora los tres canales privados apilados son más de lo mismo.
Además los canales no tienen opinión, la opinión es de los empleados, eso con los hermanos de Feo, los Fontaina, los Solé, no pasaba.
No hay ninguno que se destaque y están gastando vagones de dinero para mantener algo que no existe y creo que este eu el último capítulo de los encuestólogos, fueron un tanto desprolijos, cambiando los números a “piacere” y por teléfono.
No existe la comunicación, ni la identificación de la video audiencia con los programas.
En especial los informativos que son los que pasan algo del país, porque en lo restante, son pura lata argentina o española o brasileña doblada en cualquier lado.
Néber Araujo tuvo la suerte de no tener que depender de los medios para sobrevivir y vive muy cómodo haciendo lo mismo que yo, lo que se le antoja sin depender de nadie.

La seriedad de Cotelo va desde la hora, en un mundo en que el tiempo le sobra a todo el mundo y por ello no respeta el tiempo de los demás.
Cuando yo trabajaba, lo hacía para un cuerpo colegiado de la actividad privada, donde éramos diez personas que teníamos que tratar los temas conjuntamente.
Cuando alguno llegaba tarde, había uno de los integrantes que levantaba presión y le reprochaba, que no sólo hacía perder el tiempo a todos los demás llegando tarde, sino que también sedaba daba el lujo de dar la vuelta a toda la mesa de la sala de juntas, dándole la mano a cada uno y preguntándole hasta por la mujer y el perro y saltaba malo y le decía: “No sólo venís tarde, sino que te das el lujo de hacerle perder el tiempo a todo el mundo saludando”.
“Como buen informal debes entrar callado sin perturbar y sentarte en tu lugar a trabajar”.

En lo que me es personal no soy puntual, porque no llego a la hora en punto, sino que llego más de quince minutos antes y cuando la otra persona llega quince minutos tarde, yo ya llevo más de media hora de espera lo que me hace agarrar una calentura de novela y eso que en ella hay parte de culpa mía por llegar antes de tiempo de puro maniático.
En la vida tenemos que tener en cuenta que uno no es dueño de nada, porque el señor Cotelo con mucho cariño empezó esta magnífica obra encarándola como propia acompañado por otros grandes en el periodismo como fueron y algunos todavía lo son, Claudio Paolillo, (Búsqueda), Enrique Alonso Fernández y Carlos Núñez (historiados y socialista en aquellos tiempos o ya en Brecha).
Leí con mucho placer un artículo de la señora Mercedes Cardona que fue productora de En Perspectiva y que lo define muy bien a Emiliano Cotelo y también a los personajes de aquella época.
Una anécdota de Luis Alberto Lacalle de Herrera en que ella lo llamo a la presidencia de la República y la atendió el propio Dr. Lacalle, identificándose por su apellido y ella no se percató que el presidente de la República atendiera su propio teléfono, en un lugar donde, digo yo, no faltaban secretarias por cierto.
Esto me trajo a la memoria cuando Lacalle asumió la presidencia, llamó al malogrado Dr. Sturla que estaba veraneando en su casita de La Coronilla (Rocha) y en aquellos tiempos ni celulares ni nada parecido, teléfono alambre 14 y a manija de la centralita de Antel.

Por supuesto como el Estado es cómplice de las carencias, al Dr. Sturla, mano derecha del Presidente, no le habían puesto teléfono en su casa de balneario y de Antel la operadora tuvo que llamar al almacén que estaba frente a la casa deSturla y la hija de la puestera le gritó por la ventana, al primer senador de la República en funciones, “Che Sturla, vení a atender que te llama el Cuqui”, cierto de total certeza, anécdota de pueblo que todavía debe estar en las ruedas del boliche de Capacho en la Coronilla y en especial esa costumbre del ansioso Dr. Lacalle, de no pedirle nada a la secretaria y llamar el mismo por teléfono.
Aquellos tiempos no volverán.
Nosotros los de entonces ya no somos los mismos, todo es inalámbrico y no existen más los chasques, sino que van en automóvil oficial a hacer los mandados de la casa a la feria.

Les deseo la mejor de las suertes al creador de muchas cosas Emiliano Cotelo, que lo suyo, ya sale parte de En Perpectiva por escrito en internet y el programa saldrá nuevamente con el mismo nombre, sin que me lo haya dicho nadie, porque el registro de la marca es propiedad de Cotelo.
Seguirá con las tertulias y ojalá siga teniendo al Dr. Prof. Carlos Maggi, muchos años más, con el ruso Rosencoff, el Polo Scrigna, y el Connie Hughes y otros que culturicen al pueblo oriental.
Excelentísima la idea que se le ocurrió creo a la esposa de Cotelo del concurso de cuentos cortísimos y su publicación, que creo que está en los primeros lugares de venta fomenta la lectura y el arte de escribir.
También le deseo mucha suerte a Álvaro Lorenzo Idiarte, que soy amigo de sus padres de la época en que eran novios y a él de niño.
Negocios son negocios y ojalá les vaya bien a todos, pero todos los que hemos vivido un tramo largo de la vida, sabemos bien, que en ellos cada paso es una aventura de la cual se espera todo y muchas veces no queda nada.
No somos dueños de nada, sino simplemente de nuestra moral, ética, buen nombre y todas esas cosas que no pesan en los balances bancarios para dar un préstamo, pero que valen mucho a la hora de acostarse a dormir de noche y no andar dándole muchas vueltas a la almohada.

Claro que todo esto es compartir cosas de uno… y que todo sea para bien…

2 comentarios en «Cosas de uno»

  • Se va a extrañar En Perspectica pero a veces nosotros generamos un cuello de botella cuando algo nos cansa. Probablemente Emiliano crea haber cumplido un ciclo y encontro una llave para cerrar esa puerta.
    Mucha suerte para Emiliano Cotelo.

  • Suena Castro para ocupar el espacio en radio El Espectador.
    Mala noticia, por suerte no sustituirá a Emiliano, porque eEn Perspectiva aparecerá en otra radio y otros mediosComparar a uno con el otro sería ofensivo. Cotelo es insustituible e incomparable. El tiempo es un gran gentilhombre y lo dirá.

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