16 abril 2024
CRÓNICAS

EL AMANTE DE…

En un supermercado muy importante hay una librería, bastante mal surtida, no por los pocos libros, sino por la falta de criterio en la selección, porque la compradora al mayorista, sabe tanto de libros, como yo, de capar canguros.

Me veo en primera fila “El amante de Lady Chatterley” de D. H. Lawrence, una novela y digo novela porque otro calificativo sería muy ridículo e inapropiado como “ensayo de una ninfómana y su cónyuge impotente contra todos los padrillos de la zona”.

Fue escrita en 1928 y produjo escándalos por doquier, en la casta sociedad de la época, claro que hoy podría ser el libro de cabecera de cualquier imberbe, sin que en la casa le dijeran nada al nene.

La vida sexual de Lawrence también fue cuestionada y no estaba bien definida, aunque muchos discutían desaforadamente que no lo era y otros apostaban todos los boletos a que era homosexual y en aquellos momentos, el cadáver, siempre se guardaba en el ropero.

A mis tiernos 14 años veraneaba con mi vieja en un balneario de Canelones y tenía una vecinita de 18 años, no muy agraciada de cara, pero físicamente bien dotada y a los 14 años no se puede andar pidiendo milagros.

Esa joven, no sé con qué aviesa intención me prestó el libro de marras y desapercibido por ignorar el tema del libro, por supuesto, estamos hablando de aquella época, lo dejé al libro de Lawrence, en la mesita de luz, junto con los de Salgari, Burroughs, Quiroga y noté algo raro.

Mi vieja lo sacó del lote donde Sandokan, se juntaba con la mona Chita y los yerbatales de las Misiones y lo puso sobre una silla de viena esterillada que yo usaba como despojador, sobre la misma esterilla, bien a la vista como diciendo “este lo vi”, “vos sabrás lo que tienes que hacer con él”, claro que sin decir absolutamente ninguna palabra, como era de estilo.
Estos temas no se trataban, se resolvían y a otra cosa.

Claro está que si me decía algo y ella sabía que era un libro de relajo, tenía que entrar en un tema en que los viejos de antes no acostumbraban y ¿cómo justificaba ella que sabía de qué tema se trataba?

Cuando le pegué el ojo al contenido del libro donde la famosa “Lady” no dejaba ser masculino, sin utilizar para fines poco altruistas, supliendo las carencias maritales, en forma excesiva a mi criterio de…

Entonces a pesar de que sobre la materia era un neófito, perdón un profano total.
Claro está que con dicha joven, por su carencia y por sus virtudes no me floreaba por el balneario frente a las otras chiquilinas mucho más apetecibles, pero ésta a mi criterio era más accesible.
No sé si he sido claro, pero mejor no aclaro.

A esta joven algo no le funcionaba bien en la cabeza o no sé dónde se regulaban en aquel entonces las hormonas, porque era como una sirena al revés, la parte superior descartable y la parte inferior no era pura espina, sino que era aprovechable.

A los bailes me iba con las otras chiquilinas y en aquel entonces empezaban a las 9 de la noche y terminaban a la 1 o 2 de la mañana.

Cuando llegaba a mi casa, la susodicha me estaba esperando escondida en los montes de pinos y me saltaba encima y como decía el versito del rioba, a oscuras y al tanteo no hay … feo.

Pero eran unas batallas campales y no lograba cumplir con mi cometido masculino, accedía a ciertas zonas y mucho jugueteo, pero entrar al área se entraba, los shorts que usaba eran endodérmicos, si por debajo de la piel, no tenían un resquicio para entrarle con nada, cuando llegaba el momento de tirar el penal el arco totalmente cerrado, clausurado a cal y canto.

No fue una vez, sino que fueron un montón de tentativas frustráneas y me iba para mi casa con una bronca de los mil demonios y total para qué tanta guerra, para absolutamente nada.
Este problema lo tuve durante unos cuantos veranos hasta que a la joven le apareció un galán al firme, de esos que calientan el sofá, chamuyan con los viejos, etc.

Pasaron los años, me motoricé, un Ford A doble faetón de 1930, que no frenaba ni tirando el ancla, viejo pero era un fierro y gastaba mucho, pero lo podía mantener, cosa que en el día de hoy me sería más peliagudo el tema.

Hice mi viea, al galán lo vi mucho tiempo después con una señora, presumo que la esposa o algo similar, en una estación de servicio del Chuy, cargando combustible en una Brasilia.
Lo saludé de lejos y la dama que lo acompañaba le dice a los gritos ¡Fulano, hacele revistar el agua!”

Se me cayó la estantería, esta era como la otra, no tenía ni la menor idea que la Brasilia, como los VW escarabajos, se refrigeran a turbina, a aire, por ende, no llevan agua, pero dejemos esa bobada de lado que no viene al caso, pero el hombre por lo visto las cazaba a todas con un sombrero por lo abombadas.

Un día hace una tropa de años rne encuentro con la ex joven, ya treintañera y estuvimos proseando de tiempos idos, y en mi caso tenía todavía una gotita se sangre en el ojo, me duraba y tenía que sacarme la sangre del bendito ojo.
Me invitó a su casa paterna, porque seguía sin aquerenciarse, llevé una botella de whisky, petaca que le llaman; para ir preparando el ambiente.

Estuvimos un rato en el living y luego cuando atiné a ver una luz en el horizonte, fuimos al dormitorio, donde ella vestida y suelta de ropas se tiró en la cama.

Otra vez se armó la de San Quintín, mano que va, mano que viene, locuras, tiros y besos, una guerra sin cuartel, pero sin concretar la extracción de la gota de sangre de mi ojo.

Ella me contó, que la visitaba un galán que era homosexual, según ella, pero que no tenían relaciones, y que ella no sentía necesidad.

Ante tal afirmación, me paré en los pedales y a la carga dijo Vargas, pero todas las cargas de caballería fueron infructuosas.

Parió lleva tilde en la o, me fui a la mismísima… con el perro y la calandria, no le pegué una pateadura cuando era muchacho porque no me daba el cuero para hacerlo y después de hombre porque fui y soy un caballero y llegué a clásica conclusión de que esta chica adolecía del vicio de la adolescencia que no lo había superado, fiel servidora del culto a Onán, al Onán bíblico, era fanática onanista…, pero sin el coitus interruptus del bíblico, a pan duro nomás.

Que a Ud. amigo o amiga, porque las integrantes del mal llamado sexo débil les puede pasar lo mismo que a D. H. Lawrence, nunca les pase esto… y si le pasa a tomar agua y ajo.., que todo sea para bien…

Un comentario en «EL AMANTE DE…»

  • peroooo cheeeee, que poca experiencia que tenes es por eso que las ladys se forran con chicos asi, lo de ser caballero no sirve, hay que pensar con el organo superior ja!

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