19 abril 2024
MUNDO

El hombre y su perro

El nuevo dueño de Reggie ya no sabía qué hacer.

Él y su nuevo perro adoptado no se llevaban bien. Reggie no escuchaba ni una sola cosa de lo que él decía.

Estaba buscando el número del refugio para hacerles saber que devolvería a Reggie cuando se encontró con una carta del dueño del perro. Una carta que cambiaría completamente su decisión.

“Me dijeron que el nombre del gran Labrador negro era Reggie, mientras lo miraba acostado,” escribió su dueño. “El refugio estaba limpio, no mataban a los animales, y la gente era realmente amigable. Solo había estado en la zona durante seis meses, pero en todos los lugares a los que iba en la pequeña ciudad universitaria, la gente era acogedora y abierta. Todo el mundo saludaba cuando se cruzaban en la calle”.

Descubrió que algo le hacía falta en su vida y vio el anuncio de adopción de Reggiee. El refugio lo eligió para ser el padre adoptivo del perro y lo llevó a casa junto con su cama para perros, juguetes, pelotas de tenis, platos y una carta de su antiguo dueño.

No pasó mucho tiempo antes de que hubiera una tensión en su relación.
Reggie no escuchaba ninguna de las órdenes que se suponía que le habían enseñado y no respondió cuando su nuevo dueño lo llamó.
“Esto simplemente no iba a funcionar”, dijo el nuevo propietario. “Mordió un par de zapatos y algunas cajas vacías. Fui demasiado severo con él y él estaba resentido, me pude dar cuenta de eso”.

Decidió llamar al refugio y cuando estaba buscando el número encontró la carta que escribió el anterior dueño de Reggie y esa carta lo hizo conocer una impactante sorpresa acerca de su perro.

La carta explica que el dueño del Reggie, el Soldado del Ejército Paul Mallory, no tuvo más remedio que dar a su perro en adopción cuando fue a servir en Irak. Tenía toda la intención de regresar con el perro, sin embargo, ese no era el caso, así que bien podría darle pistas al nuevo dueño sobre algunas cosas.
Mallory explicó que su perro ama las pelotas de tenis y advirtió que irá tras esas pelotas sin importar nada, así que debía tener cuidado con el tráfico.

Explicó cómo entrenó a Reggie y todas las órdenes que él conocía. Luego explicó su horario de alimentación y antecedentes médicos.

“Finalmente, dale algo de tiempo. Nunca he estado casado, así que solo hemos sido nosotros dos durante toda su vida”, explicó el propietario. “Él ha ido conmigo a todas partes, así que inclúyelo en tus viajes diarios en coche, si puedes”. Se sienta bien en el asiento trasero, y no ladra ni se queja. A él simplemente le gusta estar cerca de las personas y de mí especialmente. Lo que significa que esta transición va a ser difícil, con él viviendo con alguien nuevo”.

A quien sea que adopte a mi perro:

Bueno, no puedo decir que esté feliz de que estés leyendo esto, una carta que dije en el refugio que solo podía ser abierta por el nuevo dueño de Reggie. Ni siquiera me siento feliz al escribir esto, significa que acabo de llegar de mi último paseo en auto con mi labrador, tras dejarlo en el refugio. Él sabía que algo era diferente. Ya había empacado su cama y sus juguetes en otras ocasiones cuando íbamos a viajar, pero esta vez… era como si él supiera que algo andaba mal. Y algo está mal… y es que tengo que irme para tratar de hacer lo correcto.

Así que déjame contarte algunas cosas acerca de mi labrador para ayudar a que ambos se conecten.

Primero, el ama las pelotas de tenis. Cuantas más mejor. A veces creo que tiene algo de ardilla por la manera en la que las acapara. Por lo general tiene dos en su boca y trata de meter una tercera. Aún no lo ha logrado. No importa hacia dónde las lances, él las irá a buscar, así que cuidado. De verdad no lo hagas cerca de las carreteras. Lo hice una vez y casi le cuesta la vida.

Siguiente, las ordenes. Quizás el personal del refugio ya te lo dijo, pero lo voy a repetir: Reggie conoces las más comunes: “siéntate”, “quieto”, “ven”. Conoce señales de mano: “atrás” para devolverse y regresar cuando pongas tu mano recta: y “pasa” si sacas tu mano hacia la derecha o hacia la izquierda. “Sacude” para quitarse el agua, y “pata” para chocar los cinco. Él “baja” cuando quiere acostarse, apuesto a que puedes practicar eso un poco con él. Conoce como nadie “bola” y “comida” y “hueso” y “golosina”. Lo entrené dándole pequeños bocadillos como premio. Nada lo motiva más que pequeños trozos de comida.

Luego Mallory lanza una bomba. Reggie no es el nombre del perro. El verdadero nombre del perro era Tanque.

“De nuevo, si estás leyendo esto y eres de la zona, tal vez mi nombre haya aparecido en las noticias. Le dije al refugio que no podían hacer que ‘Reggie’ estuviera disponible para su adopción hasta que recibieran noticias del comandante de mi compañía “, explicó Mallory. “Veras, mis padres se han ido, no tengo hermanos, nadie con quien podría haber dejado a Tanque. Y la única petición que hice al Ejército sobre mí partida a Iraq, es que hagan una llamada telefónica al refugio para decirles que Tanque podría ponerse en adopción. Afortunadamente, mi coronel también es un hombre de perros y sabía hacia dónde se dirigía mi pelotón. Dijo que lo haría personalmente. Y si estás leyendo esto, entonces cumplió su palabra”.

Mallory tenía una solicitud más. Que el nuevo dueño de Tanque lo trate como si fuese de la familia y lo ame como Mallory lo amaba.
“Buena suerte con Tanque. Dale un buen hogar y dale un beso extra cada noche, todas las noches,” escribió Mallory. “Gracias, Paul Mallory”.
Horario de comida: dos veces al día, la primera como a las siete de la mañana, y de nuevo a las seis de la tarde. Alimento regular del que se consigue en las tiendas. El refugio conoce la marca.

Está al día con sus vacunas. Llama a la clínica en la calle 9 para que te que tengas todo la información; ellos te mandaran recordatorios cuando tengas que llevarlo de nuevo. Te lo advierto: Reggie odia el veterinario. Buena suerte cuando tengas que meterlo en el auto. No sé cómo sabe cuándo es tiempo de ir al veterinario, pero lo sabe.

Finalmente, dale algo de tiempo. Nunca he estado casado, así que solo hemos sido nosotros dos durante toda su vida. Él ha ido conmigo a todas partes, así que inclúyelo en tus viajes diarios en coche, si puedes. Se sienta bien en el asiento trasero, y no ladra ni se queja. A él simplemente le gusta estar cerca de las personas y de mí especialmente.

Lo que significa que esta transición va a ser difícil, con él viviendo con alguien nuevo.

Por eso necesito compartir un poco más de información contigo…
Su nombre no es Reggie.

No sé qué me hizo hacer esto, pero cuando lo dejé en el refugio, les dije que su nombre era Reggie. Él es un perro inteligente, se acostumbrará al nombre y responderá, de eso no me cabe la menor duda. Simplemente no pude soportar dales su nombre real. Para mi hacer eso era tan definitivo, que era como admitir que no lo vería nunca más. Y si al final lograba regresar, recogerlo y tirar esta carta significaría que todo está bien.

Bueno, esta carta se está volviendo depresiva, aunque, francamente, la estoy escribiendo para mi perro. No puedo imaginar si estuviese escribiendo esto para una esposa e hijos o para la familia. Pero igual, Tanque ha sido mi familia por los últimos seis años, al igual que el ejército.
Ahora espero y rezo para que lo hagas parte de tu familia y que se adapte a ti y te ame de la misma manera que me amó a mí.

Ese amor incondicional es lo que me llevo a Irak como inspiración para hacer algo desinteresado, para proteger a personas inocentes de aquellos que hacen cosas terribles… y evitar que esas personas terribles vengan aquí. Si tuve que sacrificar a Tanque para hacerlo, estoy contento de haberlo hecho. El fue mi ejemplo de servicio y amor. Espero honrarlo con mi servicio a mi país y a mis comandantes.

Muy bien, eso es todo. Me voy esta noche y tengo que dejar esta carta en el refugio. No creo que me vuelva a despedir de Tanque. Lloré demasiado la primera vez. Quizás pueda verlo y ver si finalmente logró meter esa tercera pelota de tenis en su boca.

Buena suerte con Tanque. Dale un buen hogar y dale un beso extra cada noche, todas las noches.

Gracias, Paul Mallory

Ahora que el nuevo propietario conocía el nombre real de Tanque y todo lo demás sobre él, los dos pudieron reiniciar su relación.

Un comentario en «El hombre y su perro»

  • Que linda relacion se pudo lograr ojala fuera todo tan facil entre los propios humanos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *