19 abril 2024
CRÓNICAS

El mal está en nosotros

Recuerdo cuando muchacho como las niñas de entonces jugaban con muñecas de porcelana, de pasta o de trapo, de acuerdo a las posibilidades familiares, claro que por cambios en las costumbres, hoy juegan con bebitos de carne y hueso a los 14 o 15 años, por desapercibimiento de los progenitores o del medio.

También tengo presente que en los setenta y pico había un pelotudito de 15 años, que lloraba porque el suegro no lo dejaba ir a jugar a la pelota con los compañeros de liceo y eso no era en el Borro, sino era en Carrasco Sur, bien al sur, pero su consentimiento conyugal estaba viciado de nulidad porque fue prestado bajo amenazas de golpes varios.
Con el aborto no necesariamente tendrían que jugar con bebés de verdad, pero no se qué es peor si la enmienda o el soneto, criar un niño o llevar la carga de la muerte de un niño que no fue.

Las costumbres han ido cambiando en el trato o más bien en el maltrato del cuerpo, con los tatuajes en un claro retroceso cultural hacia los ancestros aborígenes, por causas que antes se justificaban como un anuncio de fuerza y valor del portador, o haber llegado a cierto nivel en el estrato del clan, como ser púber o guerrero, una especie de desafío social, con dibujos y mutilaciones en todos los lugares de la humana naturaleza que tengan piel o algo pintable o rayable o cortable.

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La viudez del charrúa dicen que le costaba una falangeta, claro que he conocido a señoras que de ser charrúas el meñique les hubiera sido amputado totalmente.

La piel, dibujos y todo tipo de leyendas, lo que casi siempre complica la situación se da por la alta rotación de galanes o damiselas, depositarios y beneficiarios del corazón de la otra parte, que obligan a vincularse con seres en situación de homonimia, o iguales iniciales, o tapar con un dibujo de una flor el nombre del amador censante y tener espacio para las iniciales o nombres del nuevo amador sustituto.

Lo que muy pocas veces se da y simplifica las cosas son los casos de homonimia con faltas de ortografía como Johnatan con Yonatan, pero siempre tendrá la culpa el hombre de la aguja con el tintero.

Antes nos reíamos del primitivismo de los africanos con el palito debajo de la nariz o los del plato en el labio inferior.

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Solo yo sé todo lo que resistí al primitivismo a que a mis hijas les hicieran el agujero en la oreja para ponerles las caravanas, fui superado con el silencio y por el mundo actual en que mutilarse el cuerpo parece una cosa normal en cierto sector social.

La nariz tan delicada ella con un resfrío o un barrito, por su cercanía con el cerebro, no es tenida en cuenta con lo que nunca incomoda, la bendita moda.

Con lo útil que era la lengua para tomar un helado en su barquillo o maliciosamente echarle la lengua agresivamente a un rival o provocativamente a una dama en tren de conquista, ha sido invadida por los benditos y primitivos piercings.

Creo que los piercings pueden ocupar casi todos los lugares que la imaginación popular alcance y un poco más, pero a mi real saber y entender estamos ante una generación que odia su cuerpo y mezcla arte con esnobismo, un hedonismo enancado en un narcismo torpe y un negocio practicado por inescrupulosos, porque la eventual infección no se constata en el momento.

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Se sabe que la hepatitis C puede estar latente años en un cuerpo aparentemente sano, como la Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA), alergias de todo tipo y nombre a los materiales en uso ya sea metales, o pinturas.

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No sé a que se debe tanta agresividad del individuo a su humana naturaleza y no lo atribuyo al machismo porque las mujeres se masacran la epidermis, la lengua, los pezones o lo que les venga en ganas tanto o más que el hombre.

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Qué se busca demostrar francamente no lo sé, pero pienso que cualquier cosa menos el buen gusto, pero noto que se usa y abusa en clases de los estratos culturales más bajos, el hedonismo-narcisismo a contrapelo, podría ser…

Hagamos un esfuerzo, y que todo sea para bien…

2 comentarios en «El mal está en nosotros»

  • lo de la bici en el labio esta bueno..

  • jajajaja algunos de desfiguran todo para estar a la moda…………..

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