16 abril 2024
CRÓNICAS

El silencio común

Soy hijo de estupenda mujer.

Padre de maravillosas hijas y abuelo de hermosas niñas que mañana serán las futuras mujeres de nuestra patria y en ellas simbolizo, y me felicito de compartir la vida con todas las mujeres de mi país y del mundo, en su día, igual que todos los días de la vida sacrificándose por llevar adelante a la familia, estado primero de la sociedad, sin necesidad de ropajes de ningún color ni de ningún partido.

A todas en el día internacional de la mujer, mis mayores respetos con el mayor cariño.

En ti Rita, personalizo mis especiales lectoras, besos.

Muchas veces hemos hablado, tratando el tema del silencio desde el punto de vista filosófico, pero pocas veces lo hemos hecho desde el punto de vista común, meramente humano.

Cómo funciona el silencio con Pedro, Diego y José y no como defensa protector del preconcepto que podamos formarnos de alguien por su ignorancia.

Popularmente existe el concepto de que el que calla otorga.
Eso es una falacia, para acumular votos del que se abstuvo.

El que calla, simplemente no dijo nada, porque no tenía nada para decir o tal vez tuviera demasiado y tal vez callando dijo muchísimo.

Como dijo Mark Twain: “Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar la duda.”

Algunos califican al silencio como una forma sofisticada de la elocuencia.
Tuve un jefe, que le decía a un interlocutor con el que se llevaba perfectamente mal y se despreciaban recíprocamente: “Yo si fuera Ud. opinaría lo mismo que Ud.” y la otra parte quedaba contenta como perro con dos colas, porque pensaba que le estaban dando la razón y simplemente le estaba diciendo: “Si yo fuera (un burro como) Ud. opinaría lo mismo que Ud.”.

Al manejar los silencios estoy dominando portentosamente el uso de mi palabra, de mi libertad, de mi opinión.

El silencio –no ruido- es un estado del entorno ideal para pensar, meditar, resolver temas sin otro tipo de influencias y eso es lo que hace, en muchas oportunidades, hermosa a la soledad, la falta de barullo mundano.

El ejemplo que pongo a continuación, no es mi caso, porque me despierto como los pájaros antes del amanecer y contento, no canto porque no es lo mío y por respeto al prójimo.

Pero otras personas a las 6.30 a.m. y empieza con la batalla del despertador y del despertar con un montón de individuos, que le dicen al oído y desde el éter si hace calor o frío, si llueve o lloverá, que mataron y asaltaron a un determinado número de personas y robaron a otro montón más y que el costo dela vida aumento en un montón por ciento.

Nunca le dirán que será un día agradable, normal, cuanta gente no fue robada ni asesinada y cuantas no sufrieron accidentes graves de tránsito y que el sueldo le rendirá mucho más este mes o por lo menos el día de hoy.
Las noticias informativas informan lo malo, lo feo, lo que disgusta, uno no se degüella al afeitarse por falta de coraje.

O sea, que se empezará el día predispuesta contra el calor, o el frío, que tendrá que soportar o la mojadura que tendrá que aguantar desde el automóvil o del ómnibus al empleo o al escritorio y mirará torcido a todo eventual asesino o ladrón que se le aproxime y no le dará la mano para cruzar la calle a aquella viejecita mal entrazada, pensando en aquella clásica película “Arsénico y encaje antiguo” en que dos dulces viejecitas acababan con los pesares de otros viejecitos, asesinándolos dulcemente mediante un té envenenado en un ambiente familiar. Tampoco lo hará con un niñito pensando que es una reencarnación del Chuky asesino.

Me ha pasado con un niño que la señora que lo alquila para manguear lo tiene adoctrinado que pida llorando, cosa que me da tanta bronca que le he dicho al chiquilín, seguí haciendo como que llorás y me bajo del auto y te voy a dar un boleo, que vas a llorar con ganas y no porque te mandó esa mujer.

Si amigo, los niños que manguean se arriendan en el submundo del mercado de pordioseros a un determinado montón de pesos por día, no son a porcentaje porque la madre o padre verdadero no pueden controlar si los están pasando o no.

La radio le seguirá dando cuerda al “ser negativo· que todos llevamos dentro.

No soy un amargado, me amarga todo lo que siento y veo en este espectro de la vida que nos tocó vivir.

En el silencio de la ducha, acompañado del fluir de los finos chorros de agua, donde tantas veces recordamos cosas que nos tuvieron mortificados días, por habérsenos traspapelado entre las neuronas un tanto desgastadas por el decurso del tiempo o de los hechos vividos o de las personas amigas, que se quedaron en otra etapa de nuestra vida y no recordarlas, como ser el nombre de un señor que nos saludó amablemente y se nos anudaron los pensamientos o el nombre de un querido compañero de escuela, que para completarla nos saludó con un apodo del ayer lejano y pensamos necesariamente que vamos camino al Alzheimer o demencia senil.

La verdad seguirá siendo hermosa y estupenda y más o menos accesible, cuanto más pronta y libre tengamos la mente, para ocuparnos exclusivamente de ella o de su búsqueda e interrumpamos nuestro silencio, intercambiando ideas con otro ser libremente pensante.

El silencio es formidable, fascinante, es el oasis reparador de una mente llena de emociones, muchas veces vanas, pero emociones al fin.

Es una forma de ordenar la biblioteca de nuestro cerebro y encontrar el libro adecuado para nuestro saber, ya sea importantísimo o insignificante, porque dentro de nosotros la escalera del saber no tiene jerarquías, sino que tiene la necesidad de llenar los distintos niveles estancos.

La vida nos atora con cosas que si no reflexionamos serenamente sobre ellas se seguirán embotellando en nuestro cerebro y sin tanto tocar las bocinas, las mismas irán saliendo del atascamiento e irán cada una para el lugar que racionalmente corresponde y merece, todo ello gracias a una reflexión, serena, silenciosa y meditada.

Desde niños vivimos en un mundo cada vez más barullento y pareciera que el hablar fuerte o gritar nos hace más poderosos y sabios, ignorando por supuesto que la fuerza, la violencia, es la razón de las bestias.

El silencioso pareciera que es tomado por tímido, mequetrefe, por no vincularse con el resto, tal vez triste o soberbio por ser parco y recatado.

Hablar por hablar, sin importar lo que el otro diga, estar siempre con el oído atento para escuchar un mal comentario sobre un tercero, aunque sea un desconocido, de puro chusmas nomás.

Lo nuestro, lo cotidiano, como al estirar la mano lo tocamos vale menos que lo que diga un palurdo lejano, sobre el jet set argentino Tinelli mediante.

Hace años una princesa, que al igual que otra persona, también pública, nunca mostró el título, en un programa de televisión demostró que el color que se atribuía a su sangre, sea azul o roja, no le acortaba las orejas y devenida en propietaria de varias cabañas afirmó que “no es necesario recorrer los cinco puntos cardinales para saber que tenemos caballos de genética excelente”.

Si en casa nuestro hijo hace una afirmación similar, antes los colgábamos de los pulgares, hoy se hace un piquete en la puerta de la escuela pidiendo la cabeza de la maestra y en subsidio la de la directora también, porque ninguno de los padres encontró el quinto punto cardinal, en los libros de texto.

Cuando un amigo, quería hablar, su padre, un profesor muy culto le decía “Sólo hazlo si es para mejorar el silencio, en su defecto no lo hagas”.
Estimados amigos, no estoy haciendo humor aunque muchas veces lo real se deviene en ridículo y lo ridículo estimula la risa, más por vergüenza ajena y nervios que por jocosa.

Que todo sea para bien…

2 comentarios en «El silencio común»

  • esta bueno hay que compartir los buenos ejemplos de vida

  • ESTO ES DE LOCOS!!________DE QUE VIENE ESTO_______NUNCA PENSAS EMPAREJAR LA CANCHA?__________XQ HAY HOMBRES MALOS Y MJERES MALAS Y TE RECUERDO QUE LOS DEMAS SOMOS TODAS BUENA GENTE———O NO? YO TE LO RECUERDO XQ SINO PARECE QUE ESTAMOS EN UN JUICIO FINAL_____ELLAS PUEDEN OPINAR LO QUE SE LES CANTE Y YO NO________
    SALUDO A RITA QUE HACE TIEMPO QUE NO COMENTA NADA.
    CHACHO MIÑON

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