25 abril 2024
CRÓNICAS

El ultimo mugido

Este artículo, está demás que lo diga, no tiene nada que ver con los hechos de público conocimiento que se están desarrollando estos días.

Lo conocí de rebote porque un colega lo conoció cuando estaba cargando ganado y me lo pasó a mí porque era nuevo en la profesión, él ya estaba de vuelta y ese “Canario” no le iba a rendir lo suficiente.

Se equivocó feo, pero en lo personal, manso y carretilludo como el buey, todo me servía y me sirvió siempre, antes, durante y después y si tenía que ir a Bella Unión, al Chuy o a Carmelo por un trabajito iba, porque de a granos de engorda el pollo y no esperaba que nadie me los trajera a mi casa, o al boliche de la esquina.

Era de origen muy pero muy humilde, pero sin haber ido mucho tiempo a la escuela, dado que dibujaba la firma, los negocios los intuía de lejos, a puro olfato y también los controlaba.
Miraba una vaca o un novillo y sabía cuánto le podía rendir en kilos y en pesos.

Una vuelta dijo “yo compré tantas vacas y vendí tantas, los números no me cierran” y el de la computadora plancho el disco duro y terminaron siete empleados infieles en cana.

No precisaba computadora, ni escuela, la cabecita hacía las veces de todo y tal vez un poco más.

Hizo muy buena plata cuando nuestro país tenía fronteras departamentales para la compra y venta de carne, con la mitad de la población en Montevideo, donde había una sola estancia La Baguala de 500 Hás, y la mitad de la población de la república.

Los que trabajaban en el abasto podían vender carne solamente para la industria, nos querían volver vegetarianos a todos de prepotencia.

Pero los que se la jugaban la hacían toda, y este amigo pasaba de a una vaca la frontera del departamento vedado y la carneaba malamente sin las mínimas y elementales condiciones de higiene, en un garaje sin los 500 litros de agua que se requieren para una faena normal.
Le hacía una torta de plata a cada res que pasaba.

Hizo varias sociedades de hecho con otros productores o consignatarios e incluso con carniceros, les fue bien y le fue mal, pero con el tiempo y muchísimo trabajo levantó cabeza.

A uno que lo embrolló y no le podía cobrar, se hizo socio de él y ahí lo ajustó, y estoy seguro que el refrán sobre la materia no lo conocía.

Fue proveedor de grandes comercios de Montevideo y llegó a negociar en que frigorífico mataba, porque si dejaba de trabajar con la planta X, con los despidos de personal le empresa tecleaba y el los apretaba con ese tema y le hacían buenos precios por la faena.

Inclusive llegó a comprar un frigorífico y lo devolvió porque las cámaras no le daban la temperatura necesaria y la carne llegaba abombada a Montevideo.

Compraba el ganado flaco, lo engordaba y lo faenaba.

Recuerdo una vez que estaba con él en el campo y me comentó de unos animales que estaban pastoreando en una pradera de sorgo, donde se sentía el ruido de las muelas de los bichos y me dijo los compré hace 15 días y con lo que llevan comido ya valen el doble.

Le gustaba el ganado lechero porque echaba más kilos. Prefería vender cantidad y no calidad.
El practicaba una reforma agraria al revés, viejos que seguían viviendo en el campo en fracciones de 20 cuadras, les compraba el campito y los sacaba cerca de la carretera donde la vida era más humana para las personas mayores.

Él fue transformando su campo en una estancia y le dio vida a mucha gente que en 20 cuadras no podían producir lo suficiente como para comer, dado que plantaban un maíz, hacían una quintita y no les daba para tener más animales que algunas gallinas y un par de lecheras.

Conocí muchas bandideadas de los camioneros que repartían carne por las carnicerías.
Esto no era materia de él, pero cuando el camión entraba al frigorífico lo cargaban con piedras antes o hacía subir a unos cuantos dentro del camión para que cuando lo pesaran diera un par de cientos de kilos demás y cuando lo cargaban de carne tiraban las piedras, se bajaban los amigos y la diferencia de peso quedaba a favor de los ligeros en kilos de carne, en una palabra estaban robando al frigorífico.

Los frigoríficos pusieron balanzas tan sensibles que acusaban la matufia.

Con una papa grande a un 3 lo transformaban en un 8, fabricando el resto del número con tinta violeta, y le ganaban (le robaban) 50 kilos al carnicero.

Recuerde que el peón con un trapo blanco de la cabeza hasta donde la espalda pierde su buen nombre, agarraba la media res por el gancho, y entraba a la carnicería sin poder ver para arriba.

Los carniceros se avivaron y pusieron balanzas en la parte de la descarga, alguna vez el peón que bajaba la carne, sin poder ver, se equivocaba, y la iba a descargar donde había balanza y se daba cuenta al enganchar y se daba vuelta en un periquete, como si hubiera agarrado otra cosa y volvía con otra media res no truchada.

Muchas veces vi a los del dressing ir a cobrar la comisión, por sacarle poca grasa a la media res en el frigorífico, logrando que el frigorífico pagara grasa al precio de carne.

El hombre se casó con una joven de Montevideo y yo quería que firmara capitulaciones matrimoniales, para que quedaran separados de bienes y lo que el comprara en el futuro fuera de él y no ganancial, pero zonzo el cristiano macho cuando el amor lo domina, ella no quiso firmar y se casó igual.

Pasó el tiempo y las cosas le empezaron a ir mal y lo curtieron a embargos, cosa que los embargos fueron gananciales, yo para mis adentros me sentía que la ambición la había volteado a la dama.

Lo perdí de vista porque no hacía más negocios.

Pero en el campo cuando las cosas andan muy mal a veces se dan vuelta y aparecen milagros como fue el aumento del valor de la soja y la valorización de la tierra.

Al hombre se le enderezó el negoció y tan es así que hasta hizo media docena de silos en su campo, para no perder esa otra punta del negocio.

Volvió a estar próspero y la señora se salvó de quedar embargada de por vida, pasando a ser dueña de la mitad de un montón de cosas.

Que todo sea para bien…

2 comentarios en «El ultimo mugido»

  • Pobre la gente del campo esta cada vez peor y es muy injusto lo que esta pasando porque del campo salen las riquezas del pais y ni te cuento el arrendador ese tiene que pagar todo antes que pueda trabajar y una helada se lleva todo….es muy injusto.

  • Yo lo que digo es que no es excusa la que los demas paises no se bajen los precios de los combustibles porque se puede subensionar mas como se hace con el boleto porque se subensiona el precio del boleto….porque la gente trabaja….y la gente del campo que….usa el trator para pasear? que el gasoil lo pueden usar para pasear en autos y que? pero la mayor parte es para trabajo y para abaratar costo hay que subensionar el precio del combustible del campo.

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