19 abril 2024
CRÓNICAS

Estudiantiles

Había profesores famosos, cuya fama trascendía los hechos y se incrementaban con el imaginario estudiantil y la transmisión boca a oído, una cosa pequeña se transformaba en todo un acontecimiento.

Respetábamos a los profesores porque eran respetables intrínsecamente, por su modo de actuar, de tratarnos y eran correspondidos.

Había excepciones de ambos bandos.

Mi liceo el No 5 “José Pedro Varela” estaba en aquel entonces en el mismo local que el Instituto Alfredo Vásquez Acevedo (I.A.V.A.), único lugar en Montevideo donde se daban clases del segundo ciclo de secundaria en aquella época.

La cantina, que era un local largo entre dos salones, a unos pasos de la sala de profesores, era de uso compartido por alumnos y profesores, e inclusive los liceales nos mezclábamos.

Recuerdo como si fuera hoy que estaba tomando un café en a punta del mostrador y entró el Prof. Carlitos Real de Azúa y no pongo su nombre en diminutivo por confianzudo, sino que todo el mundo lo conocía como Carlitos, tanto los estudiantes, como los profesores, se pidió un café y cuando pagó, pagó el mío también.
No me conocía y aparte del saludo intercambiamos alguna palabra, a él lo conocía de nombre no sólo como profesor sino como uno de los intelectuales de primera en la época y sus libros todavía son respetados y algunos tengo.

No tendría por qué haberme pagado el café, pero lo hizo y era bastante común entre los profesores hacerlo, pero si lo hubiera hecho yo, la reciprocidad en esa materia era incorrecta, porque desde la escuela en adelante a los profesores ni manzanas, ni bombones.

En Preparatorios había un profesor de filosofía de nombre San Miguel, que gozaba de la virtud de tener un humor despierto a toda hora, claro que si bien nosotros por lo bajo y entre nosotros, lo llamábamos “el loco”, de ahí no pasábamos, claro que muchas veces había algunos desubicados que confundían el humor con la gansada y ahí la cosa cambiaba.

En la Sala de Profesores había un pizarrón clásico de la época, un armatoste de madera pintado de negro, el cual utilizaba el profesor San Miguel para gastarle bromas más o menos pesadas a otros profesores, claro está que todo esto ocurría dentro de la Sala y los alumnos no teníamos acceso a las anotaciones, pero los rumores trascendían.

Algún profesor, con menos sentido del humor, se debe de haber quejado al Director del I.A.V.A. Prof. Fernández Artucio y este para evitar ulterioridades mandó sacar el pizarrón de la Sala de Profesores y a otra cosa.

De ahí en más, el Prof. San Miguel escribía con tiza en las paredes, parodiando un slogan que se utilizaba promocionando en el Centro de Instrucción de Oficiales de Reserva (CIOR), creado con motivo de la II Guerra Mundial, que decía “La Patria necesita Oficiales de Reserva” y en las paredes del IAVA con tiza San Miguel escribía, “El IAVA necesita pizarrones de reserva”.

Cuando lo tuve de profesor en clase en “Lógica” había dos compañeros que se creían vivos y guarangueaban permanentemente, cuando el profesor estaba desarrollando algo, que presumo, por los gestos y ademanes, que eran revistas pornográficas y se sentían en la gloria.

No sabían nada, no estudiaban nada y paveaban al lado del pupitre.

Todos dimos la materia con variada suerte aprobándola en la primera o segunda vez.

Los chistosos perdieron la materia más de siete veces, cosa que los dejaba eliminados y tenían que volver a cursar la materia, según los reglamentos de la época.

El revolcón fue una cosa, pero pienso, que tampoco les daba la nafta como para salvarla a las buenas.

Hay un cuento, uno de tantos sobre sus persona, que lo hacía examinando a un alumno y una mosca se posó en el pupitre y San Miguel le preguntó al examinando, “¿esto qué es?”, “- una mosca le contestó”.

“-No, es vida.- Aplazado (fue el resultado de tal respuesta)”

Al siguiente examinando, ante la misma situación, le preguntó “¿esto qué es?” y el alumno que había escuchado como venía la mano, le contestó: “-Es vida. “
“-No, es una mosca.- Aplazado”.

Otra famosa fue cuando le preguntó a un alumno si le gustaba la filosofía. Y el alumno ni lerdo ni perezoso le contestó, “si, muchísimo”.

“Aplazado, así disfruta todo el verano estudiando filosofía”.

Un 24 de diciembre, estaban dando filosofía, uno grupo de medicina donde estaba un amigo de mi barra y San Miguel no había dejado entrar a ningún estudiante al salón a escuchar los exámenes y daban examen y los mandaba para el patio y hacía pasar al siguiente y así sucesivamente.

Después que dieron un montón, abrió la puerta del salón y les dijo que fueran por la calle Tristán Narvaja y salieron todos como locos para la ventana de ese salón que daba sobre dicha calle.

Abrió la ventana y se despeino todo y tirando los carnés por la ventana a la calle les gritaba a los alumnos “Todos aprobados, Merry Christmas, Merry Christmas”.

Cuando lo tuve en segundo año, no había estudiado absolutamente nada.
Andaba ahí en las vueltitas enamoradito de una noviecita y los libros en ese momento me daban erisipela.

El examen era una parte eliminatoria el escrito y luego otra el oral.
Un querido amigo, en mala hora, me prestó los ferrocarriles de él, porque en aquella época no se les llamaban trencitos, sería porque AFE andaba mejor.

Entré al salón y copié como pude, ni le entendía le letra al desgraciado que había hecho los ferrocarriles, pero salvé el escrito y pasé al oral.

Mi ignorancia de la materia era tal, que logré que los profesores se indignaran, me metieron un tacho, que me quedó bien guardado en mi amor propio, nunca más en mi vida fui regalado a un examen, fue vergonzoso.

Francamente no sé para qué me tomé la molestia de ir al examen.

Si en ese examen hubieran llovido aprobados yo estaba con ropa de aguas, botas de aguas, totalmente impermeabilizado para un mero aprobado.

Con San Miguel y con Bersanelli no se jugaba, que espantoso fue todo, no sé si mis compañeros se enteraron, pero mi ego quedó muy machucado.

Que señores profesores eran aquellos y con el error aprendí lo que en la vida hubiera sido un horror.

El valor de ser honesto con uno mismo.

3 comentarios en «Estudiantiles»

  • A quien no le gustaría ser profe si sabe que puede ejercer ese poder?, Que es? mosca o vida? atento!!! pero el que me cae mal, aquel que me tiene podrido, ese;;;;siempre me va a contestar mal y lo voy a poder bochar.
    Pero si el profe pide un dinerillo para cambiar la pizarra por ejemplo y el alumno o el papi trae el dinerillo; tanto sa que diga mosca o vida, aprobado y a otra cosa.
    A la profe esa le pago sin importar la nota que me ponga…..
    Muy bueno!

  • creo que si hubiese tenido profes como la chica de la foto——————————me hubiese hecho menos la rabona——–tampoco podia haber aprendido mucho——————pero ir a esa clase seria mas divertido—————jajajaja
    me mato lo de es mosca es vida———-es el juego del contra—————

  • Ese profesor era muy famoso por el humor. Pero cuando le tocó perder física a la hija en el Bauzá. Y la daba libre por no concurrir a clases, el padre se apareció increpó al profesor tildándolo de no saber enseñar. La broma para los demás.

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