19 abril 2024
CRÓNICAS

Frutos del mar

Hubo un libro que las maestras en la escuela lo nombraban y renombraban y lo ponían como ejemplo del esfuerzo y la perseverancia, creo que de ahí se ganaran, el símbolo de la abeja, que usaban en los anillos y prendedores, regalo de los padres cuando se recibían o de algún marido, en homenaje a aquella estúpida creencia popular, de que los maridos de maestra eran unos cafishos, que vivían del sueldo de éstas.

Mi vieja ganaba $ 47.- de aquella época por mes y el puchero costaba $ 0.14 el kilo o sea que era el equivalente a 335,710 kgs. Y si lo pasamos a pesos equivalentes a $ 23.499,70. Como en aquella época no nos manejábamos con el IPC, o la UR, o la UI y a estos índices los manejan los economistas, prefiero trabajar un índice que antes era comida de pobres y hoy comida de ricos. Me faltó otro elemento a tener en cuenta. A los empleados de la industria frigorífica de aquella época, les daban aparte del sueldo, dos kilogramos de carne por día- que por cierto no era puchero ni cogote, era a elección, jueguen con la imaginación y calculen los sueldos. Por algo en aquella época Rampla Juniors Fútbol Club siempre salía tercero. Con Pedro Rodríguez, William Martínez, Ladislao Brazionis, Sabatel, Durán y Vidal, Pelaez, Cantou, Loza… perdonen pero estoy citando de memoria.

Así que eran cafishos, del genovés bacalaos, porque no hacían nada y estaban todo el día al sol, aquellos secándose y estos rascándose.

Dramaturgo belga Maurice Maeterlink

Las maestras estaban muy influenciadas por un dramaturgo y ensayista belga Maurice Maeterlink que en 1901 escribió “La vie des abeilles” (La vida de las abejas), en 1927, “La vie des termites” (La vida de las termitas) y en 1930 “La vie des fourmis” (La vida de las hormigas) y en 1911 fue distinguido con el Premio Nóbel de Literatura.

Discrepo doblemente, porque el premio Nóbel de Literatura se ha dado muchas veces a la marchanta y más en vísperas de una guerra. Pero también el de la Paz se lo dieron a Obama, no se si por las dudas o para que no, o para que si, o simplemente porque fue el primer presidente negro de los EEUU.

Aclaremos un poco porque, se lo que quiero expresar, pero con mi poder de síntesis puedo haber dejado a algún lector afuera. “Por las dudas” en el sentido de engordarle el ego y comprarle la voluntad pacífica, dado que hasta el momento no había hecho absolutamente nada, ni a favor ni en contra de la guerra; “para que no” en el sentido de que no se metiera en otra guerra contra los llamados terroristas; “para que sí” en el sentido que retirara tropas de los lugares beligerantes (aunque los beligerantes son los hombres y no los lugares); y lo último surge de las propias palabras e influir en el primer presidente negro de los EEUU, en el sentido de que fuera más un “Tío Tom” que un “Malcolm X”.

En definitiva le dieron el Premio Nóbel de la Paz por omisión.

Asimismo discrepo, la vida de las abejas, hormigas y termitas no tiene nada de envidiable. Las termitas se dividen al igual que las hormigas y en parte las abejas en “reina”, “azafatas”, “obreras” y “guerreras”. Las termitas encerradas en una mole de barro o taladrando una casa de madera, las hormigas bajo tierra en un hormiguero cultivando un hongo para ellas y las abejas en la colmena.

Las guerreras van a la guerra con todas las de perder, inclusive las abejas pican -automáticamente pierden el aguijón- y quedan armadas como nosotros en calzoncillos y con un cepillo de dientes. Las azafatas, en combinación con las obreras, a darle de comer a la reina y a las crías y a construir celdillas y más celdillas, y la reina sigue meta a poner huevos, eso si, para poner huevos se necesita haber tenido sexo previamente. Si, una vez en el vuelo nupcial con el zángano y los demás zánganos que fabricaron por las dudas y cumplido el débito conyugal, son todos boleta.

Sexo una sola vez en a vida y las maestras las ponen como ejemplo, claro que el símbolo de ellas, no es la abeja reina, sino la obrera que a pesar de estar todo el día afuera, sexo nunca. Esa que trae polen y vuelve a la flor, pero no es una tarea sin fin, como todo en esta vida tiene fin, cuando se le desflecan las alas y no puede volar más, será alimento de un pájaro o de sus primas las hormigas. También en la colmena hay aire acondicionado para mantener estable la temperatura. Para ello se paran en el pretil de la entrada abejas obreras y baten sus alas para que el aire circule en forma homogénea dentro del panal.

Las maestras inspiradas en las laboriosas que son las abejas, no sólo se inspiraron en ellas para su símbolo, sino que tienen un sueldo miserable y la sociedad le califica de zángano al marido, y machaca un remache que hizo de esa profesión, la de maestra, un apostolado.

Ahora, -entre nosotros-, alguien vio algún régimen de gobierno más tirano que el de las abejas, hormigas o termitas. ¿Quién elige a la reina? ¿Quién elige el destino de las otras integrantes de la colmena, hormiguero o termitero?. Alguien vio algún régimen de gobierno más tirano que el de estos insectos. Para no alborotar la política partidaria, es un estado que funciona pura y exclusivamente para conseguir los fines y no sabemos quien, es el que marca los destinos de cada uno de sus integrantes. No hay sindicato, consejo de salarios ni concurso de misses para llegar a reina.

Pensar que todos nos reímos del orate, que con su dedo, sigue el curso de un insecto cualquiera y nosotros, que nos consideramos tan cuerdos, si nos paráramos un instante, para recapacitar atrás de que vamos, no nos reiríamos por cierto.
Que cambiar la casa, comprar el nuevo electrodoméstico, pagar los insumos ¿y en qué carrera loca estamos?

Nos pasa igual que a la abeja, la hormiga y la termita, el mundo y la vida son así.
Hace rato que estamos serios y eso no es bueno.

Lo primero que tenemos que usar para encarar la vida, es una sonrisa, aunque otros no piensen igual. Pero a mí siempre me ha dado resultado y difícilmente –no imposible- que una sonrisa no sea retribuida con otra sonrisa.

En la vida de las vacas gordas, -aunque no le veo mucho la relación al nombre-, porque lo que se paga mejor y por ende abulta más el bolsillo del amo, -que viene a ser el dueño del ojo, que en mérito a su constancia engorda el ganado- es el novillo gordo.

Todos los que no tuvimos que ir al zoológico para saber lo que es una vaca y no digo a la carnicería, porque ya le sacaron el uniforme y nos podemos llevar una sorpresa, como aquel que decía que el gato es cuatro veces animal, es gato y araña y cuando lo pasan por liebre es mula. Por ahí viene la cosa.

En la época de referencia, cuando el dinero hacía cosquillas en el bolsillo y al revés que en la cultura egipcia, en vez de guardar en el ramadán, lo festejábamos y fuera de fecha, sin abstenernos de alimentos, perfumes, bebidas, tabaco, sexo y lo hacíamos el primer mes de cada año y no nos privábamos de arrendar una casa, cabaña, choza o carpa y fuera en el lugar que fuera, pero siempre lejos de toda posibilidad de trabajo y a lo sumo a unas dos cuadras del mar.

Bueno, a fuer de ser sinceros, algo de trabajo pasábamos, porque había que ir al supermercado, comprar la carne o la vitualla que hiciera sus veces, prender el fuego con la leña seca que nos venden, que cuando la logramos prender después de quemar la quinta bolsa de piñas, hierve por sus extremos a todo trapo, lo cual sirve para recordarle a nuestra piel, que nos habíamos achicharrado al sol, en la playa de 11 a 14 horas como recomiendan no hacerlo los médicos.

Este lapso era preferentemente del 25 de diciembre al 30 de enero y después nos retocábamos un poco en carnaval que es excesivamente corto. No opinan lo mismo, los que tienen un tablado en la cuadra o un club deportivo, pero amargados y envenenados nunca faltan para ensombrecer la alegría que Momo le brinda a casi todos los uruguayos. Después nos queda la Santa Semana Criolla de Turismo, en la cual, si vamos al campo de algún amigo, tenemos que estar prontos para hacer cuerpo a tierra, ante cualquier ruido, cercano o lejano, parecido a un cohete, para evitar que nos emplomen el lomo o donde caiga.

Una noche veraniega, en la casa de un querido amigo, tuve la peregrina idea de hacer una corvina negra. La moza pesó 16,5 kgs. Éramos dos matrimonios y tres niñas. La hicimos a las brasas lentamente, con las escamas para abajo y fuimos refrescando nuestras gargantas masculinas con gin-tonic, bastante gin y hielo y un poco de tónica. A las niñas de pescado ni que hablarles, son del club de las hamburguesas, porque no tienen espinas. Los bebestibles iban caminando bien, hasta que a mi socio asador, se le movió la casa. Bueno eso fue lo que él contó, tal vez no haya sido así, porque acá temblores de barriga habrá, pero de tierra he visto en alguna película, calculo que debe de haber sido una sensación etílica provocada por el calor de las brasas. Con el fresco de la noche, la casa se fue quedando quieta, salvo que una de las comensales dijo, que con lo que sobrara de ese disparate de corvina, al día siguiente podríamos hace “salpicón de ave”(sic).

Es rica la corvina negra a las brasas, muy rica, pero a pesar del boicot infantil al pescado, al día siguiente tuvimos que hacer una carnecita a las brasas, porque de la corvina quedó el cuero con las escamas con su dibujito de la virgen, el espinazo, el pobre bicho no había muerto en vano.

Una noche le dije a la doña de ir a cenar a un lugar pitucón y agarró viaje rápidamente. Fuimos a uno de esos restaurantes clásicos de Piriápolis, no esos que se arman para la temporada y se pueden comer algunas milanesas enchumbadas o una pizza de a metro, no!, algo digno de la patrona.

El lugar con muy buena presentación y los precios accesibles. Un buen vino para la señora y acompañé, aunque el vino no es lo mío.

Entramos con unas rabas de calamar. Como todo lugar que se precie, buena decoración, paredes de piedra bocha, una gran pecera con unas viejas de agua (de esas con aletas y no con pies –plecostomus plecostomus que le dicen los entendidos) y algún otro pececillo en la vuelta. Las camareras, muy atenciosas, como suele ocurrir en todos lados, del interior de nuestro país, creo que forma parte de la idiosincrasia y no por la propina.

Segundo plato o mejor dicho plato principal, me tiro con todo a una cazuela de mariscos y la patrona a un pescadito muy bien adornado y con aspecto de estar muy gustoso, decorado con un puré gratinado.

Cuando llevaba ahí, ahí, la cazuela, veo que no eran solamente camarones, mejillones, berberechos y algún tentáculo de calamar para abultar, sino que había un intruso en mi plato. Sin que se enterara mi mujer, para evitar que me rezongaran en público y no me dejaran terminar lo mío, aparté un artrópodo volador llamado vulgarmente cucaracha. La dejé a un costado de la cazuela y seguí comiendo hasta llegar a esa parte que queda más líquido o rellenos no atinentes y llamé a la camarera y le pregunté de muy buenos modos, qué marisco era ese que tenía una pinta rara. Para que voy a contar, la camarera al chef, el chef al cocinero, el cocinero al cuidacoches, y todos al dueño.

Era un besamanos que ni al obispo de Maldonado, si es que San Fernando tiene obispo y yo recibía las atenciones, con cara de serio, mi mujer se quería morir en serio pero de vergüenza, por una cucaracha ajena en plato ajeno, y en ningún momento protesté. Vino otra botella de ídem y los postres y todo por cuenta de la casa. Cuando salía me sentía como que me habían puesto una red carpet, recién traída de Hollywood.

Que volviera cuanto antes, que no volvería a ocurrir y demás cumplidos.

Lo que reportó una cucaracha voladora, de esas que hay miles, pero con una me conformo entre un montón de mariscos, claro que la gracia está en no tragársela, ni morderla.

7 comentarios en «Frutos del mar»

  • Hay que tener estomago para comer….con la cucaracha a lado..

  • perdón, 23.500 no es el precio de la canasta familiar?
    Su vieja ganaba eso pq no estaba el fren te amplio. pero para que haga lo mismo la plata deberia ser mas. ya con el iva al 22 el sueldo se reduce mucho y con el irpf en la franja esa pierde como 2 lucas………nononono usted hizo mal el calculo…………haga de vuelta la cuenta!!!!!!!!!!!!!

  • JAJAJAJJA———-SI ES ASI——–A OBAMA LE DIERON EL NOBEL X Q ES NEGRO—–LO LLAMAN ACER LOBBY——-OTRA COSA———-LO DEL FINAL———Q GARRONERO—O ME PARESIO A MI?———-

  • Sr. Comouste……..mmmmmmmmmmm.Que buena abrá quedado esa corvinita de 16 kilos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Se la comieron entre cuatro grandes y tres niñas debe haber quedado para chuparse los dedos!!!!!
    Para que contó lo de la cucaracha en el plato, la embarró, si hubiera sido su mujer quedaba plantado con las raices saliendole por las orejas. Que bicho tan horroroso la cucaracha. La historia esta buena.
    Saludos

  • Siempre tan inmaduro Chacho y siempre tan apetecible Rita. Me encantaron dos cosas de esta bella historia. Una, la liviandad con que el escritor les cuenta a las pobres chicas que para llegar a ser maestras tienen que ser frígidas. No les crean chicas!!!!!!!!!!. Ustedes van a poder tener sexo todo lo que quieran y no van a ser cornudas cuando se reciban de maestras!!!!!!!!. La segunda es el nombramiento de Obama como premio nobel de la paz. Y en esta en particular, algo esta fallando porque coincido con el señor cronista. La yapa de esta historia, aquello que daban antes en el almacen y el señor cronista se debe acordar, es la salida nocturna de nuestro cronista con su señora con la galantería de invitarla a cenar. Que papelón. El viejo truco de llevar una cucaracha en el bolsillo para repetir esa cazuela de mariscos sin pagarla. Que astuto es nuestro cronista¡¡¡¡¡¡¡¡!!!!!!!!!!

  • Camilo, los uruguayos comemos 90 kgs. de carne por mes, incluida la de pollo a pesar del Chacho. Una cucaracha hervida en la boca no es nada, viva es otra cosa y morderla y que salga el juguito (se me arrugaron los dedos de los pies). Por una comida gratis las cosas que hay que hacer.

  • Gracias toti por el piropo pero no te gastes xq lo nuestro es imposible. Yo soy muy complicada para ti. Si te gusta algo…pone me gusta…no pongas apetecible inmaduro. Apetecible es un saladito, una masita, una manzana. Si nadie te da de comer…..

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