18 abril 2024
CINE - SERIES

Gigantes de Acero

Buen entretenimiento. En un mundo donde está prohibido el boxeo entre humano, un ex –boxeador fracasado, (Hugh Jackman) se convierte en un promotor en busca de un golpe de suerte y no precisamente en el encuentro de su hijo entendido en video juegos.

El espectáculo que ofrece la tecnología de las super máqinas contrasta con el inframundo de las peleas ilegales, las apuestas y la mafia.

De la mano de los estudios Walt Disney llega una entretenida historia. Este film de acción-ciencia ficción visualiza un futuro cercano, donde el boxeo como el resto de los deportes de combate entre humanos son prohibidos Y en su lugar, aparecen las peleas de robots, en ligas mundiales y también como no podía ser de otra forma, esta nueva forma de combate ingresan en el circuito ilegal.

Trailer de Gigantes de acero

Charlie Kenton (Hugh Jackman), un ex boxeador que tuvo sus 15 segundos de fama, intenta vivir de este nuevo deporte sin demasiada suerte. Pero la vida le da una sorpresa cuando, repentinamente, debe hacerse cargo de su hijo Max (Dakota Goyo), a quien no ve desde su nacimiento.

Gigantes de acero, no te deja pegado al aciento en todo momento pero entretiene. Y aunque se puede encontrar algún paralelismo para los amantes del boxeo con las sagas de Rocky, también encarna las nuevas tecnologías de los videos juegos poniendo en el cuadrilátero a superpeleadores de acero con más de 2 metros de altura controlados a distancia.

El film tiene unos buenos ganchos a nivel técnico, donde el CGI (Imagen generada por computadora), jamás se hace evidente, ni siquiera cuando comparten pantalla con humano, como en la mano del director. El no uso de 3D es un acierto, dando libertad absoluta al movimiento de las maquinas en las peleas, sin caer en lo que seguramente hubiera sido un bombardeo de trompadas a pantalla para impresionar al espectador.

El director Shawn Levy muestra bastante pericia a la hora de filmar las escenas de acción, evitando la nueva moda de cientos de planos por segundo. Levy utiliza un ritmo pausado y de cámara firme para mostrar la destrucción de robots. Otro punto que se agradece, ya que se puede apreciar con detalle la espectacularidad de la imagen.

Otro punto a favor del film es el propio Hugh Jackman. Como es habitual en el australiano, desprende carisma a cada momento que sale en pantalla, y en esta ocasión, a esto se le suma la enorme química que hay entre Jackman y Dakota Goyo, el pequeño que interpreta a Max, hijo del ex Wolverine en la ficción. Estamos ante uno de esos casos donde el espectador siente que los actores la pasaron bien filmando entre ellos.

Gigantes de Acero es una película sincera consigo misma y con lo que le promete al espectador, espectáculo y entretenimiento sin prejuicios por intentar hacer más de lo que es. En los tiempos que corren, esto escasea, tanto como una buena pelea de box.

Oscar Alas

Crítico de cine

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