Jeff Beck toca Nessun Dorma

Es una leyenda viviente. Jimmi Hendrix dijo que era el mejor guitarrista del mundo

Dentro del genio británico convivieron durante su mejor época dos personalidades; una es la del excepcional guitarrista con una exquisita técnica para tocar y la otra fue un estorbo en su camino.

Jeff Beck – Nessun Dorma @ Royal Albert Hall 26 de octubre 2010

El creador de las guitarras Gibson le obsequió lo más valioso para su carrera.

Fue un gran impulso en la carrera de Rod Stewart.

Mientras la marca ‘Ferrari` a Eric Clapton le construye un modelo con su nombre, Beck fabrica sus propios automóviles.

Debido a que este gran guitarrista de 68 años, no ha trascendido de la forma esperada, es posible que muchos lectores no lo conozcan, por ello bajamos tres videos para ilustrar diferentes momentos de su música que esperamos que disfruten.

Es considerado como unos de los mejores guitarristas del mundo ‘dentro de los vivientes’.

Lo más importante es que el reconocimiento de ‘mejor guitarrista’ no viene de afuera, pues tanto Jimmy Page y Eric Clapton lo han reconocido públicamente.

Recordemos que este guitarrista nacido en 1944 en Londres, ingresa a la banda Yardbirds siendo recomendado por Jimmy Page y sustituyendo nada menos que a Eric Clapton.

Sin embargo a Beck no le han faltado alabanzas de sus pares, pues uno de los más grandes guitarristas también se inclinó ante él, el propio Jimmi Hendrix llegó a decir que el creador de “Cause we’ve ended as lovers” era “el mejor guitarrista del mundo”.

Es increíble como un genio tan grande de la música, que fuera tocado por la varita mágica de los grandes guitarristas no haya tenido el éxito de otros ‘grandes’ de su época.

Hay varias hipótesis que explicarían los porqués no llegó este tremendo monstruo británico a ocupar el lugar de popularidad que sin lugar a dudas se merece.

Por ejemplo; el carecer de un ‘carisma’ como el que tiene Eric Clapton hizo que su par británico haya logrado una carrera mucho más popular que la suya. Al propósito de Clapton, Jeff comparte otra pasión junto con el creador de ‘Lyla’; Los automóviles.

Claro que con cierta diferencia, mientras a Eric le gustan los Ferraris del cual la marca italiana tuvo la deferencia de fabricar un modelos con su nombre, el Ferrari SP 12 EC, a Beck le gusta la parte de encerrarse en el taller, ‘meter mano’ en los fierros y le gustan los coches con estilo clásico.

El guitarrista tiene fama de reconstruir autos a nuevo incluso desde cero.

Continuando con las hipótesis de los porqués no le sonrieron tanto las mieles del éxito a Jeff Beck, siendo igual o mejor guitarrista que sus pares, podría decirse que no integró una banda exitosa como le ocurrió a Jimmy Page con Led Zeppelin, y que éste fuera el hecho para que su otro coterráneo sea más famoso.

Sin embargo en esa época Jeff no estaba en silencio, pues formó su propia banda y el cantante era nada más y nada menos que Rod Stewart.

La mas creíble de las hipótesis del porqué Jeff no brilló al mismo nivel de otros teniendo todas las herramientas a su mano, puede ser lo que dicen sus propios pares, “es que todo lo que Beck tenía de genio, lo estropeaba su mal relacionamiento en el grupo”.

Cuando le dijo adiós a la púa

A medida que los años pasaron, Jeff fue mejorando tanto su personalidad como su técnica, pero la época dorada ya había pasado. De todas formas, aunque Beck no llegó a estar ni dos años con los Yardbirds, fue el periodo más exitoso de la banda.

Y como solista impuso varios estilos, por ejemplo a partir de los 80 dejó de tocar con púa y fue un pionero del rock instrumental.

Así nació el amor por la guitarra de Jeff Beck

Un día un chico de seis años estaba escuchando la radio en su casa junto a su madre, cuando pasan uno de los tantos éxitos de Les Paul y Mary Ford.

El niño queda hipnotizado por el extraño instrumento que estaba escuchando, pues eran los primeros sonidos de un instrumento innovador de los 50’.

Fue entonces que el pequeño Geoffrey Arnold Beck, mas adelante conocido como Jeff, le pregunta a su madre que conocía de música pues tocaba piano; “¿qué es eso que suena?”.

Y su madre, no sin cierto aire despectivo, respondió: “es una guitarra eléctrica, pero sirve sobre todo para hacer trucos”.

Luego de haber sentido sonar aquel nuevo instrumento, Jeff decidió que poder tocarlo era su nuevo objetivo en la vida y que él podría también realizar nuevos trucos y sacarle nuevos sonidos.

Sin embargo de momento no lo podría hacer ya que su familia no tenía dinero como para comprarle ni siquiera una guitarra común. Claro que eso no lo desanimaría.

Incluso intentó fabricarse una guitarra él mismo, construyendo el cuerpo con cajas de tabaco vacías y una tabla de una verja de jardín haciendo las veces de mástil, con los trastes directamente pintados sobre la madera.

Con la adolescencia, como suele suceder, aquella fijación con la guitarra no disminuyó, sino que fue a más.

Y se convirtió en una obsesión cuando estalló el rock&roll: ahora la guitarra eléctrica no era solamente un instrumento que emitía sonidos fascinantes, ahora la propia música le resultaba también fascinante, como a tantos otros jóvenes de la nación.

Jeff Beck & Eric Clapton y la célebre composición de Jeff “Cause we’ve ended as lovers” (Porque hemos terminado como amantes)

El pequeño Jeff Beck descubrió a uno de los discípulos más aventajados de Les Paul: se trataba de Cliff Gallup, el inolvidable guitarra solista de los Blue Caps, la legendaria banda de acompañamiento de Gene Vincent. Gallup, con su desenvuelta chulería, sus movimientos y sus típicos gritos.

Fue uno de los primeros iconos de la guitarra rock y probablemente el máximo ídolo de Jeff Beck.

Otro dato muy curiosos es aunque ha sido uno de los guitarristas más carismáticos de la historia, Gallup pasó el resto de su vida trabajando en el mantenimiento de instalaciones escolares, y limitándose a actuar y grabar con grupos locales de su zona de residencia.

Cliff Gallup, que tenía más estilo en su forma de mascar chicle que la discografía entera de grupos modernos.

Finalmente Jeff Beck tuvo acceso a una guitarra eléctrica con la que continuar su aprendizaje y poder imitar a sus iconos, atravesando la típica etapa de tocar en grupos locales con amigos de su edad. Poco a poco, el boca a boca sobre su creciente habilidad con la guitarra le permitió ir haciendo contactos en el mundillo musical.

Su entrada definitiva en la flor y nata del negocio musical se produjo cuando Eric Clapton abandonó los míticos Yardbirds, quienes se encontraron con la difícil tarea de buscarle un sustituto.

En la Inglaterra de 1965 no había muchos guitarristas que pudieran cubrir una baja como la de Clapton.

Los Yardbirds pensaron inicialmente en Jimmy Page, un solicitadísimo guitarrista de estudio que años después alcanzaría la gloria con Led Zeppelin, pero que por entonces se conformaba con el cómodo papel de mercenario para otros artistas.

Page declinó la oferta pero les recomendó a un guitarrista que había conocido: Jeff Beck.

La recomendación de un músico joven pero prestigioso como Page no era poca cosa, así que Beck terminó ocupando el cotizado pero comprometido puesto de sustituto de Clapton.

No tuvo demasiado problema para cubrir las expectativas. Su estancia en los Yardbirds marcó el periodo más exitoso de la banda, con un giro hacia una música más psicodélica no tan basada en el blues, lo cual había sido motivo del abandono del purista Clapton.

Su etapa con los Yardbirds hizo que la bulliciosa escena musical británica conociese a aquel nuevo prodigio llamado Jeff Beck, cuyo prestigio llegó incluso a saltar el Atlántico.

Luego Jimmy Page, que inicialmente había declinado ingresar en la banda, se lo pensó mejor y finalmente entró también como segundo guitarra, con lo que los Yardbirds contaban con una pareja de “hachas” excepcional.

Pero la conjunción entre ambos duró poco. Menos de dos años después de haberlo contratado, los Yardbirds se deshicieron de Jeff Beck, hartos de su carácter difícil, de su mal temperamento y de sus imprevisibles arrebatos.

El guitarrista era irascible, perfeccionista hasta el extremo y propenso a perder la compostura. Lo cual quedó irónicamente reflejado en una secuencia (ficticia) de la película Blow Up, en la que aparecían los Yardbirds fingiendo actuar sobre un escenario, mientras sonaba su famosa versión de Train kept a-rollin’.

El director Michelangelo Antonioni quería captar lo más “in” de la escena musical inglesa y había oído que el guitarrista de un grupo solía destrozar su instrumento en cada concierto, pero no sabía exactamente quién (evidentemente, se trataba de Pete Townshend de The Who).

Su guitarra y el cine

Así que durante el rodaje de la secuencia con los Yardbirds, Antonioni pidió a Jeff Beck que simulara enfurecerse con un equipo defectuoso y que a continuación destrozase su guitarra.

Lo más divertido es que Jeff Beck no solamente destapó sus esencias como actor e interpretó la secuencia a la perfección se lo veía realmente cabreado con su amplificador, aunque estuviesen en una película sino que, quizá sin pretenderlo, daba una muestra de lo que era su personalidad habitual, esa misma personalidad que sus compañeros de banda terminaron por no soportar más.

Como curiosidad, en la misma secuencia aparece un jovencísimo Jimmy Page sonriendo.