La privacidad en redes

Criticas de invasión a la privacidad recibe Google por mostrar en el mapa virtual imágenes de las calles alemanas. Sin embargo no hay demandas a los satélites ni a sus redes de informática por el mismo tema.

El dulce de leche, las tortas fritas y el mate se siguen reclamando como patrimonio criollo. Aunque en materia de ponerle palos a la rueda al progreso, atributo consagrado dentro del inmovilismo estatal, recibe un revés o gancho a la mandíbula inesperado. Alemanes demandan a Google por mostrar las imágenes de sus calles en Internet.

El gigante tecnológico estrenó esta semana su sistema “Street View” o callejero virtual en Alemania. Sin embargo ante las andanadas de críticas tuvo que desenfocar o borronear 244 mil fachadas. La empresa fue acusada por atentar contra la privacidad.

Google ha colgado ya “on-line” las primeras imágenes de Alemania: algunas calles de un pequeño pueblo, media decena de monumentos turísticos y diez estadios de fútbol de la Bundesliga.

Entre los monumentos que pueden verse se encuentran la Torre de la Victoria y la Cancillería de Berlín, la plaza real de Münich y una vista sobre el puerto del Elba en Hamburgo.

El Allianz-Arena de Münich, el AWD-Arena de Hannover y el BayArena en Leverkusen son algunos de los estadios de los que ya se han publicado imágenes en la aplicación.

No obstante, no mostrará hasta finales de año todas las imágenes tomadas por su flota de vehículos, que se pasearon durante meses por las 20 mayores ciudades alemanas.

Las cámaras de Google, que registraron gráficamente las calles de localidades como Berlín, Munich, Hamburgo o Fráncfort para poner en marcha el “Street View”, fueron fuertemente criticadas en Alemania.

Numerosos ciudadanos y políticos apuntaron que este nuevo producto de Google atenta contra la privacidad y aporta información que puede ser empleada por ladrones de domicilios.

Las críticas arreciaron tras conocerse además que la empresa estadounidense, al grabar las fachadas, registraba también con sus instrumentos las redes inalámbricas de los edificios y guardaba sus contraseñas, aunque Google se comprometió a no publicarlos.

Sin ponernos del lado de Google, ni queremos y ni les hace falta a ellos, solo a los efectos de medir coherencias cabe esta reflexión: Suponemos que las quejas de los alemanes no quedarán allí, si realmente quieren proteger su privacidad. Porque hay miles de satélites de distintas nacionalidades y corporaciones que sin lugar a dudas tienen las mismas o mayores posibilidades que Google en visualizar todas sus fachadas y quien sabe que otras cosas más. Claro, es preciso destacar, que a esa información solo accede un grupo reducido de personas. O sea, quizás sea más caro y no muy redituable entablar demandas a los dueños de los satélites y las redes internacionales.

Por otro lado podemos concordar en que esas corporaciones poseen mucho más tecnología y podrías ser más peligrosa al momento de definir ‘privacidad’, que el promedio del publico que podría ingresar al Google maps.

De seguro hay quienes les cuestan imaginar a los alemanes como el Gobierno de Venezuela que protesta contra los productos de los medios internacionales mientras su presidente utiliza Facebook y tiene un sitio en Internet. Si, ya sé, tú me dirás que nadie le impide tampoco ni crear la cuenta Facebook, ni el alojamiento del sitio a alguien que les vende petróleo. Pero ya esto es para el análicis del columnista COMOUSTÉ que escribió un artículo en El Reporte con la célebre frase de Mafalda, “Paren el mundo que me quiero bajar”.