Las inocentes ‘Colas’

Cuando la Coca Cola entró el mercado uruguayo lo hizo con todo, como lo hacen las grandes empresas, no olvidemos que uno de los capos de dicha empresa fue nada más ni nada menos que Secretario de Estado de los Estados Unidos, Robert Mac Namara y también lo fue de la Ford Motor Co.

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Iban puerta por puerta y cambiaban sin costo los envases de dicha bebida vacíos por unos otros llenos.

En las escuelas se repartía Coca Cola a diestra y siniestra.
La eterna competidora Pepsi Cola, que fue propiedad de Joan Crawford, la bella actriz en su época, estuvo a punto de dar quiebra en 1937 y Coca Cola no le dio el golpe de gracia esperando que cayera sola y ahí se equivocó.

Lo que hubieran comprado por poco dinero en aquel momento hoy les está haciendo fuerza en el mercado.
Gastan fortunas patrocinando eventos deportivos.

Cuando la formuló un señor en Atlanta, decían que tenía cocaína, cosa que nadie lo demostró y tampoco nadie demostró lo contrario, pero tenía y tiene un fuerte poder de adicción.

Después de tomar una, nos queda lugar para otra.
Recuerdo que la gente partidaria de don Carlos Marx no tomaba Coca Cola, por aquello del imperialismo yanqui y también cuando pasaba un cortejo fúnebre un chiste de humor negro decía “Ahí va uno que no toma más Coca Cola•.

Con la aparición de las botellas de un poco más de medio litro han entrado fuertemente en los mercados, ha sido como el celular.

Antes no sé que hacían las mujeres con la mano que les sobraba sin tener un celular para hablar o mandar mensajes de texto y como hacían para esperar a llegar a la casa o a un bar para tomar una Coca Cola y uno las ve con la Coca en el automóvil, en el ómnibus, en la calle, en todos lados.

Bueno también el termo y el mate dejaron su baluarte doméstico y han salido a la calle, a la oficina, al comité de base, hasta en los lugares pitucos, aparece la gente con su termo y mate.

Efectos de la Coca Cola versiones no lights.

A los 10’ entran 10 cucharadas de azúcar al sistema orgánico los cuales no son expulsados porque contiene elementos químicos (ácido fosfórico) que cortan el efecto por el exceso de dulces permitiendo soportarlo.

A los 20’ aumenta el nivel de azúcar en la sangre en forma rápida, causando una explosión de insulina. El hígado convierte todo el azúcar que pueda captar en grasa.
A los 40’ la absorción de cafeína está completa. Se dilatan las pupilas, la presión sanguínea sube y como respuesta el hígado larga más azúcar al torrente sanguíneo. Tiene una función estimulante que evita el sueño.
A los 45’ el cuerpo aumenta la producción de dopamina, estimulando los centros de placer en el cerebro. Actúa en forma similar a la heroína.

A los 60’ el ácido fosfórico se combina con el calcio, magnesio y zinc en la función intestinal produciendo una aceleración del metabolismo. Por tal combinación de elementos en altas dosis de azúcares y otros edulcorantes artificiales aumentan la diuresis y la expulsión por esta vía del calcio.

Las propiedades diuréticas de la cafeína le dan salida al calcio al magnesio y al zinc que originariamente estaban destinados a los huesos.

A partir de este momento paroxístico de la bebida va decayendo y se produce una caída en el azúcar y el consumidor se puede volver irritable, lento o perezoso.

En Nueva York el alcalde Michael Bloomberg, planea una ley que prohibiría la venta de bebidas de tales características por su alto contenido de azúcares en restaurantes, cines y carros callejeros para luchar contra la obesidad en la gran Manzana.

Esto fue considerado como una alcaldada por parte de los comerciantes en la materia y la ley entraría en vigor en marzo de 2013 con la prohibición referida.

No se fomentaría el consumo de dichas bebidas y los fast foods y otros bocadillos a los cuales son tan adictos los norteamericanos.
Uno cuando los ve, sea donde sea, siempre están comiendo o tomando algo y se fomentaría el consumo de aguas vitaminizadas o tés fríos a los cuales ellos son tan adictos y significan un contenido prácticamente cero calorías.

Aquello de la canción de “sos un gordo bueno…” ya sería mirado de otra forma y la obesidad pasa a estar en alerta roja.

Pensar que nuestras viejas cuando nos veían flacos pensaban qué éramos niños enfermizos y los gordos significaban la salud con patas.
Los tiempos cambian.

Pensar que era tan flaco, que cuando pesé 20 kgs. mi madre casi hace una fiesta.