19 abril 2024
PERSONALIDADES

Los Castillos Pittamiglio

O bien podríamos llamarlo un paseo alquímico.Hace un montón de años, una mañana luminosa y primaveral, totalmente distinta a las que estamos viviendo actualmente, me dijeron vamos y fui.

No tenía mucha idea de mi destino, a dónde iba, ni para que iba, pero munido de mi cámara fotográfica y de la innata curiosidad de mi espíritu, que es tal como la del gato, la cual terminó matándolo, nos fuimos al Castillo de Pittamiglio de Las Flores.

Zona que hasta aquel entonces conocía de pasada, si, exclusivamente de para por la carretera o camino del frente, pero hoy transcurrido el tiempo, me consta, que tiene varios elementos esotéricos, en no muchos kilómetros a la redonda, como podría ser también una logia masónica en una gruta del cerro Pan de Azúcar donde ejercen sus ritos, dicen, claro que discreción obliga y por ahora nos limitaremos a Umberto Pittamiglio que después uruguayizó su nombre de pila agregándole una “H”.

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Dice la historia que Humberto Ponciano Pittamiglio Bonifacino, nació en Montevideo el 19 de Noviembre de 1887, hijo legítimo de Juan Domingo Pittamiglio y de Julia Bonifacino de Pittamiglio, ambos italianos.

Graduado en arquitectura e ingeniería desempeña en 1916 el cargo de Edil en la Junta Departamental de Montevideo.

También fue Ministro Interino de Obras Públicas durante el gobierno del malogrado Baltasar Brum, con tan sólo 31 años de edad.

En el ámbito privado fue socio de una de las constructoras más pujantes de principios de siglo.

La empresa que integraba intervino en obras públicas como el Hospital de Clínicas, Instituto Alfredo Vázquez Acevedo, Palacio Municipal y Facultad de Agronomía, entre otras.

Falleció el 28 de Setiembre de 1966, soltero y sin hijos.

En 1963, otorga su testamento, el cual da cuenta de su cuantiosa fortuna.

Los legatarios fueron instituciones filantrópicas religiosas, como ser unas monjitas que tenían como carga tenerle el panteón limpito, entes estatales y la Intendencia de Maldonado recibió como legado el Castillo de Las Flores y la de Montevideo el Castillo de la rambla de Pocitos.

Esto se cae de maduro, porque quien iba a bancar los costos de mantenimiento de los Castillos, si no fueran las intendencias respectivas con los recursos de Juan Pueblo.

Dicen los textos que entre otras cosas fue alquimista, cosa que veremos superficialmente en este artículo y para hacer las cosas bien o menos peor, el tema de dicho arte esotérico, lo estudiaremos y trataremos, en este artículo en forma superficial y en lo estrictamente nacional y en un próximo artículo, lo que fue y es en forma internacional, todas los rubros que abarcó la alquimia y su importancia filosófica en las distintas culturas.

En pocas palabras utilizaré a este personaje exótico, como carnada para el próximo artículo y si no se prende nadie rumbearemos con la música para otra parte, ¿no sé si he sido claro?

Haciendo boca diremos que la alquimia es una antigua práctica y disciplina filosófica, que combina elementos de la química, la metalurgia, la física, la medicina, la astrología, el misticismo, el espiritualismo y el arte.

Fue practicada en Mesopotamia, Antiguo Egipto, Persia, India, China, en la Antigua Grecia y durante el Imperio Romano.

El término alquimia, aunque de origen árabe, deriva de Chemya, Cheme, y Keme (“quemado”: ennegrecido por el fuego) que significa “suelo negro” y es epíteto del antiguo Egipto que era considerada la patria del Arte Hermético.

Hermético por Hermes T. y no por estar bien cerrado y el porqué de la T lo veremos en el próximo número.

Si bien muchos conocimientos alquímicos antiguos proceden de la China y la India, también es verdad que el país de los Faraones fue un terreno por demás favorable para el desarrollo del arte de las transmutaciones.

En el plano operativo o materialista, la alquimia se asocia con la transmutación de los metales, más específicamente la obtención del oro alquímico a partir del plomo.

La alquimia como disciplina filosófica y espiritual, busca la transmutación del ser humano en sí mismo, a través del conocimiento, el enaltecimiento de su alma y el alcance de la llamada Piedra Filosofal, la Panacea Universal y la ansiada Vida Eterna.

La simbología alquímica es muy vasta.

Tiene dos objetivos: el primero resguardar la sabiduría sólo para los iniciados y el segundo facilitar la tarea del alquimista.

Existen dos tipos de simbolismo: uno esencialmente técnico, práctico y uno más esotérico, dando a la Gran Obra una impronta mística.

Llaman la atención en el interior del Castillo, las piezas de diferentes formas geométricas: circulares, octogonales, cuadradas, las cuales son símbolos básicos de la alquimia.

El cuadrado representa lo terrenal, el soporte físico del hombre.

El octógono simboliza la cuadratura del círculo, es decir una etapa intermedia entre la vida terrenal y lo que los alquimistas llamaban lo celestial, la perfección; el círculo al no tener principio ni fin, representa la eternidad, la perfección, la transmutación lograda.

También el uso de simbología animal es muy amplio, encontrando a cada paso figuras de leones, serpientes, dragones, liebres y otros, que representan al igual que las figuras geométricas la búsqueda del pasaje de la vida terrenal a la vida espiritual y la manifestación de otros planos paralelos a la dimensión física del hombre.

El Castillo de Las Flores que de afuera aparenta una cosa importante y de adentro no es ni cerca de lo que nos creíamos.

Del lado exterior tiene esas caras que caracterizan los lugares alquímicos, con muchos símbolos y distribuidos desordenadamente con elementos, que sin ser muy conocedores en materia de artes, parecen ser traídos de un conjunto mezclado de culturas, hasta un Cristo contra una pared, eso sin tener en cuenta que la cultura celeste, por cuenta y obra de un casero, y negligencia de la intendencia, le incorporó al parque del fondo una piscina de material y un parrillero, no íbamos a ser menos ¿no?, pero no quiero seguir comentando sobre estos dos últimos elementos para no quitarle seriedad al artículo, claro que la Intendencia bien podría haberlos hecho sacar.

También a Pittamiglio se le atribuían ciertas inclinaciones sexuales que consideramos de mal gusto atribuirle a una persona que está muerta y no pueda rebatir o confirmar los dichos, que bien pueden ser producto de la habladuría popular aunque en algún momento parece que dejó sentada su tendencia sexual y en otros le atribuyen además su condición de “voyeur” y si lo hubiera sido en que iba a cambiar la cosa que es nuestro tema.
Pittamiglio es y fue, no por su condición sexual, sino por estas obras que dejó para la posteridad y sus investigaciones en el terreno de la alquimia, aunque parece que no pudo ingresar a la masonería por su condición sexual.

El Castillo de las Flores tal cual lo vi, la impresión que me dio es, que desde afuera parece una construcción sumamente importante, con algo de medioeval, previa conversación con los amables cuidadores, por dentro dice poco y nada, son una serie de pocos ambientes pequeños que no se compadecen con la apariencia del muro castillesco frontal y son inclusive ambientes hechos con materiales de poca calidad, claro que después de años de abandono y en manos de terceros, los cuales, viviendo en forma precaria por su condición de intrusos, más el paso del tiempo, deben de haber minado un poco los elementos originarios, sin perjuicio de que alguno que fuera interesante pudo haber pasado clandestinamente al comercio de los hombres.

No puedo negar tampoco, que el lugar chico, con un matrimonio y dos chicos, y una pava ahumando para una eventual mateada, le quitaban toda la solemnidad aristocrática y esotérica que pude haber esperado del lugar.
De los lugares entre las habitaciones con lugares para practicar el voyeurismo deleitándose con las orgías que tal vez se llevaban a cabo según la leyenda, se las debo. porque por las condiciones del lugar, no pude acceder a las mismas y claro que sin o con orgía, cualquier ventanuco sirve para mirar para el otro lado, con distintos resultados.

Eso si, los que estén para encontrarle las cosas místicas al lugar, todas las fotografías que tomé del lugar se velaron y el automóvil se quedó sin batería, eso es un hecho cierto y sin justificación alguna.

Mal se puede quedar sin batería un automóvil nuevo, con batería nueva, después de haber hecho un viaje desde Montevideo hasta Las Flores y velarse dos rollos de película comprados en lugar serio, dentro de una cámara en perfectas condiciones y al cambiarse el rollo fue guardado prolijamente de los rayos solares.

El lector que saque sus propias conclusiones.

En aquel momento dijeron que el Castillo Pittamiglio del balneario Las Flores sería recuperado por la Intendencia Municipal de Maldonado para integrar el circuito turístico del departamento.

Su viejo murallón escondería leyendas de esoterismo, alquimia y orgías multitudinarias, provenientes de la imaginación popular y despechada ante un hombre tan rico y de vida disipada, de las cuales francamente no me pareció ni tanto ni tan poco.

La imaginación en lo que se refiere a la alquimia se la dejo para Paulo Coelho y algún otro comerciante de la pluma que han hecho buen dinero con dicho tema.

Tanto Piria como Pittamiglio fueron personas reales, empresarios prósperos y muchos los han criticado por tonteras, porque ninguno de los críticos tuvo el vuelo comercial del primero, al que le atribuyen haber estropeado Piriápolis, por la rambla que hizo que se comiera la playa, pero olvidan que si no hubiera sido por Piria no existiría ni la rambla, ni el balneario, ni el Argentino Hotel, ni el Castillo de Piria, ni nada del fraccionamiento y creación de barrios de Montevideo, fomentando a los felices propietarios con los remates de solares por doquier.

Tampoco podemos comparar a Piria con Litman, porque fueron épocas diferentes y cuando arrancó Litman, hacía casi 15 años que Piria había muerto y ya Punta del Este había empezado a funcionar con los porteños ricos.

Gran parte de Montevideo se debe a la imaginación y espíritu comercial de don Francisco Piria.

Pittamiglio tenía un gusto, en lo que me es personal más discutido, porque el edificio de San Felipe y Santiago en Tristán Narvaja (hoy Emilio Frugoni) y Guayabo, es un reverendo mamarracho, al cual alguien calificó de haber sido hecho por un gallego con plata, y resultó que Pittamiglio era de sangre importada de la bota del Mediterráneo, pero también fue un arquitecto que se destacó en lo suyo y dejó para la posteridad los dos Castillos y una buena fortuna hecha como arquitecto e ingeniero.

Si tanto ganó debe haber sido porque lo suyo valía.

La que fuera residencia de descanso de Humberto Pittamiglio en el balneario Las Flores es una construcción singular.

Simula ser un gran castillo, pero es pura fachada.

Da la impresión de que todo es falso y simulando como hecho “pour la galerie” un frente estilo medieval, con torreones y pasadizos, y una construcción pequeña y casi escondida detrás, de baja calidad y a medio terminar.

En ella se aprecia un jardín con abundante simbología, un diseño de caminos descuidados que están invadidos por los yuyos, ánforas enteras y rotas, pelícanos y un Cristo contra la pared del fondo.

No quiero poner los nombres de las caras que obran en algunas paredes porque tendría que copiar algunos artículos que andan por ahí sobre el tema.

La impresión que me quedó es como si se hubiera armado la galería de lo insólito con elementos de distintas épocas y de diversas culturas esparcidas en el desordenado orden de lo absurdo, donde una nada alquímica piscina y un parrillero dan el toque telúrico nacional a la paranoia de cosas semi artísticas compradas en la dulce Italia, con un presupuesto alocado, como si pagara otro y tiradas ahí, en detrimento de lo cual actuó el decurso del tiempo y la falta de mantenimiento.

El castillo de Las Flores acumula algo místico y muchos creen ver, que entre las habitaciones existen pequeñas aberturas, que se cree eran ventanas a la contemplación “voyeurista” por quienes participaban de las orgías que allí se realizaban, claro que para tales eventos tendrían que fletar medios de transporte especiales porque esa leyenda de tal magnitud no se compadece con el tamaño ni con la cantidad de habitantes de Las Flores, hoy en día, cuanto más en aquella época.

Algunos atribuyen a que Humberto Pittamiglio fue “iniciado” en las artes esotéricas por Francisco Piria, aunque hay en eso bastantes contradicciones porque este último era conocido como masón y el primero alquimista, que lo que tienen en común es que son dos filosofías esotéricas.

En lo personal estoy totalmente convencido que era una relación meramente comercial, inclusive por los gustos, dado que don Francisco era un hombre que le gustaba mucho el sexo opuesto y de Pittamiglio dicen que era homosexual y por tal condición no fue aceptado en la Masonería.
Lo que ambos tenían en común es que eran grandes ganadores de dinero y de poco y nada hicieron una gran fortuna.

La puerta principal del Castillo aún conserva parte de su viejo esplendor.
El ingreso en ambos castillos es por la parte trasera, tanto en el castillo Pittamiglio de la rambla Wilson, en Pocitos, al que se entra por la calle Francisco Vidal, donde la puerta está ubicada bajo un alero de cemento que, al igual que otros espacios de la construcción, está a medio terminar.
El Castillo Pittamiglio, es una de las construcciones más llamativas de la Rambla de Pocitos en la zona de Trouville, en Montevideo.

Cautivados por su estilo, sobrecargado de elementos como la proa de una nave y la llamada Victoria de Samotracia, llegan hasta él visitantes de otros lares del mundo, porque los uruguayos somos medios chúcaros para disfrutar de sus misterios y dejarnos llevar por ese raro encanto y la energía que trasunta ese edificio, ubicado sorpresivamente, en un lugar donde nadie lo espera, claro que cuando Pittamiglio lo construyó el lugar no tenía nada que ver con la pantalla de edificios que coronan la rambla montevideana, hasta pasando Malvín.

En su interior funciona un Espacio Cultural que lleva el nombre del lugar Castillo Pittamiglio, el cual tiene como fin difundir la cultura en todas sus expresiones y transformar al Castillo en un punto obligado de encuentro para toda nuestra sociedad.

El Castillo Pittamiglio, predio perteneciente por legado del finado Pittamiglio a la Intendencia Municipal de Montevideo, lugar que fue cedido a la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay, quien tiene a su cargo la refacción, cuidado y mantenimiento de este singular edificio de nuestra capital.

El Castillo Pittamiglio comienza a construirse en el año 1910 y hasta 1966, año de fallecimiento de Humberto, continúa en permanente construcción.

Estéticamente se observan características medievales y renacentistas, aunque el Castillo en sí no puede clasificarse dentro de un estilo arquitectónico preciso, al igual que la mayoría de las edificaciones de este excéntrico arquitecto.

La imagen de la Victoria Alada de Samotracia, sostenida por una proa de barco que apunta hacia el mar, es el emblema del Castillo.

Esta escultura es una réplica de la original que se exhibe en el Museo del Louvre, la cual fue encontrada en la isla griega Samotracia, lugar de residencia de los mejores alquimistas del metal de todas las épocas.
En su interior el Castillo adquiere una estructura de laberinto, con múltiples salones e infinitos recovecos, puertas que no conducen a ningún lado y pequeñas escaleras truncas, diseño que algunos atribuyen a los templos iniciáticos.

Todo lo que notamos que carece el Castillo de las Flores, lo tiene este en abundancia y muy buenas maderas.

Aquí invirtió todo un capital y el Laboratorio alquímico del fondo tiene algunos elementos que dan para meditar, en especial algunas leyendas.
Según especialistas en temas espirituales, el Castillo da la impresión de ser una construcción que representa un viaje.

Esta especie de nave que se proyecta hacia el mar, implicaría el viaje hacia la dimensión del espíritu, sin perjuicio de que la nave enfila hacia el mar (llámese Río de la Plata).

Sobre el tema queda muchísimo más, veremos qué pasa.

4 comentarios en «Los Castillos Pittamiglio»

  • Esta muy buena la historia y esta bueno que no se demuelas las obras pero tienen que estar en condiciones condiciones, lo que e no saben esta historia querran demoler y hacer edificios.

  • Excelente artículo, espero con interés la segunda parte.

  • No puedo abundar en opiniones porque no conocía tantos detalles. Y lo mío es y era muy superficial. Muchas gracias por vuestra entrega; ha sido de mi agrado!

  • Hola soy de piriapolis tengo 32 años y ayer visite por primera vez el castillo de las flores. La verdad que entre con la piel erisada y sali igual. Hay una energia extraña en ese lugar, senti como si te observaran constantemente. Saque fotos con mi celular y en dos fotos al ampliarlas se ve en una una cara de una persona mayor en l torre mas alta la cual porsupuesto no dejan entrar y en la foto que saque en el jardin donde hay cuatro pilares y arriba de ellas posan cuatro animales que para mi son como cuervos, se ve en el fondo como una persona sentada en el borde del muro. La verdad que no fue nada agradable la visita pero volvere con una camara de fotos de mejor calidad y vere que pasa..

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