16 abril 2024
MUNDO

Ni Louella Parsons ni Hedda Hopper

Con muy buen criterio una respetable lectora en la columna anterior me dio un, merecido, tirón de orejas por titularla, con el nombre del arma líos de la televisión argentina.

Razón tenía la señora y si estamos hablando de cosas non sanctas del cine norteamericano por que no utilizar los nombres de dos urracas que hicieron historia en Hollywood atacando por todos los medios, prensa escrita, radial y televisiva, a diestra y siniestra, a los actores según les cayeran al paladar.

Era tal su influencia porque en muchos casos el poder de la mentira, es mucho más fuerte que el de la verdad, destruir reputaciones, carreras actorales y por qué no, impulsar a algún mediocre.

Hedda Hopper era una actriz en decadencia cuando arrancó con el sistema y Louella Parson era una periodista que siempre estuvo en eso. La Hopper se sentía tan poderosa que llegó a ponerle de nombre a una casa que compró en Beverly Hills, California, “La casa que edificó el miedo”.
¿Extorsionaban? ¿Se manejaban con verdades a medias? ¿Había muchas verdades enteras en lo de ellas?.

No tengo la certeza de ninguno de los extremos, pero sí me consta que caer en la máquina moledora de carne de sus programas era el terror de los triunfadores y el umbral de la fama de los mediocres, dado que estos últimos no tienen nada que perder, a lo sumo seguir siendo lo que son.

Viendo por un canal de Retro “¿Qué fue de Baby Jane?”, protagonizado en 1962 por Bette Davis y Joan Crawford, película que no había visto y me conmovió, cosa que me ocurre pocas veces como me pasó con “Umberto D”, “Ladrones de bicicletas” y pocas más.

Quedé con una profunda sensación de angustia y de animadversión hacia Bette Davis, mucho más allá del personaje, sino hacia la actriz. Fue una sensación lógica porque según el American Film Institute fue nombrada la segunda mejor actriz de todos los tiempos. Me había quedado en mente la víctima, Joan Crawford, la hermana lisiada, encerrada en una pieza bajo llave y tratada brutalmente por Bette Davis. La Crawford por el mismo instituto fue catalogada como la décima mejor actriz de todos los tiempos.

El paquete que me vendieron me lo compré bien compradito y por lo que realmente valía. Lograron lo que pretendían, hacerme tragar el anzuelo de una muy buena actuación, donde la villana era villana al máximo y la víctima lo era total.
Me había quedado una sensación de simpatía por la Crawford y de antipatía por la Davis como personas, o sea más allá del rol protagónico.

Joan Crawford

Pero el tema no queda ahí, tanto la Crawford como la Davis se odiaban acérrimamente y en forma recíproca en la vida real.

La Crawford no era como persona lo que me había hecho a la idea yo. De víctima no tenía nada. Era una persona que estuvo permanentemente amargada por su miserable y desgraciada infancia. Era un producto de un hogar desavenido habiendo sido abandonada por su padre cuando era Lucille LeSoeur. A los 12 años en un internado de la ciudad de Kansas era severamente azotada cuando no cuplía con su deber.
Se convirtió en bailarina y regordeta en los años veinte cuando los de la MGM la descubrieron y le hicieron firmar contrato.

La pasaron por la cirugía dental, de ahí viene la sonrisa de las estrellas de Hollywood como propaganda de los dentífricos y con su nueva imagen perdió su apellido francés y se transformó en Joan Crawford, nombre fabricado por el público en un concurso que organizó la Metro.

Tenía el cabello del color que quería o la asesoraban y no le duraba más de una semana, porque lo volvía a cambiar.
Se casó cuatro veces y los maridos o matrimonios le duraban cuatro años y durante o entre unos y otros, alguna pléyade de amantes anduvo en la vuelta.
Los cambios de maridos implicaban siempre el cambio del nombre de una finca rural que tenía y el asiento de los water closets.

Clark Gable junto a Marilyn Monroe

El que siempre estuvo al firme fue Clark Gable, pero era un amante con retiro, al cual no pudo meter en las redes del matrimonio y la cosa duró desde 1933 a 1960, con altibajos. Era algo así como que ambos saciaban algún instinto animal y luego a la paz del guerrero. Inclusive la relación entre ambos a mi criterio no era la de amantes, porque lo que había era sexo y no amor.

De los distintos maridos, enamorados del amor, los que lo estaban y de los que no, mejor no hablamos.
Su primer matrimonio fue con Douglas Fairbanks jr. A pesar de que al padre Douglas Fairganks Sr. y a la esposa de su padre, que no era su madre, la actriz Mary Pickford, no les gustaba la idea del matrimonio con Joan por diversas razones, pero creo que el hecho que le llevara a su hijo tres años, no era la de mayor peso.

Mary Pickford le dijo a Joan clarito cual era su situación ante esta aventura matrimonial, haciéndole una advertencia de que si se atrevía a hacerla abuela, la mataba.

Mary Pickford fue la que junto con Charles Chaplin fundó United Artist.

El final del matrimonio fue por un óbito por un mal parto, aunque después se aclaró que había sido por un aborto provocado.

Clark Gable seguía en la vuelta y el divorcio no lo favorecía en nada porque lo convertía en eventual futura presa, pero hábil el hombre se salvó, gracias a lo cual logró que le cambiara la calificación de “un hombre magnífico, con más pura magia viril que nadie en el mundo” a “amante insatisfactorio”, sin perjuicio de seguir viéndose cuando necesitaban un solaz esparcimiento sexual.

Habiendo estudiado las mañas, defectos y virtudes de Clark, en el fondo, no era el galán de “Lo que el viento se llevó”, sino que era una persona y no el personaje.
Como premio a ser escurridizo Clark, la Crawford se casó, con el culto y millonario actor Franchot Tone.

Joan cuando vio que el terreno estaba resbaladizo, pensó consolidar el matrimonio con hijos. Tras dos abortos le comunicaron que nunca podría ser madre.
Tras pescar a Franchot en el lecho con otra actriz, pensó que ya no lo necesitaba y se divorció. Pero entre tango y tango anduvo por el nido el gran Spencer Tracy, pero se le enfriaron los pies y a otra cosa.

Se casó por tercera vez con un actor mediocre y llegó a extremo de tener un matrimonio mecanizado al extremo, en el que las rutinas eran, por ejemplo, todos los días una hora y media al atardecer indicaba que en ese lapso, tenía que tener relaciones con el hombre del que se divorció en 1946. Un buen ejemplo de sexo agendado.
Adoptó dos niñas de distintas madres a las cuales hacía pasar por gemelas y no se parecían en nada.

Llevó una vida sexual promiscua, tanto con las de un sexo como con los del otro. Bette Davis, que le odiaba profundamente, llegó a afirmar que se había acostado “con todas las estrellas de la MGM, salvo con la perra Lassie”.
Se empezó a ayudar con la bebida y recibía a sus amistades prácticamente en ropa interior.

Rock Hudson y George Nader

Salía con amigos como Rock Hudson y George Nader. En aquella época no tendría el Sida pero que era distinto como se les llama ahora a los homosexuales, lo era.
Judicialmente fue parte en dos juicios de divorcio como “la otra”, no debió ser nada agradable que la interrogaran por los hechos motivo del divorcio, como ser frecuencia, lugares de los encuentros, librado todo ello a la imaginación de los abogados y el monto de los bienes en juego, podría llegar a ser terrorífico.

Físicamente se conservaba muy bien con sus cincuenta abriles, durante el rodaje de la película Torch Song se presentó en el domicilio del director Charles Walters vestida con un deshabillé y nada más. Tengamos en cuenta que se abrigaba más que Marilyn Monroe que lo hacía con una gota de Chanel No. 5, pero tampoco exageraba mucho con el abrigo. Abriéndose el deshabillé le dijo y mostró al director que viera con lo que tendría que trabajar. Para ella era muy sencillo, porque con esas herramientas trabajó desde la adolescencia, pero para el director encontrarlas así a boca de jarro, no era moco de pavo.

Con el último marido hizo cartón lleno, porque era nada más, ni nada menos que el Presidente de la Pepsi Cola y en 1955 la empresa no estaba fundida como en 1939 en que la Coca Cola no la quiso comprar para sacarla del mercado.
A los seis meses describió a su marido como gordo y sordo y quedó viuda y con una fuerte participación en la empresa referida.

Cuando estaba en el apogeo y la visitaba Andrés (ese que viene una vez al mes) se negaba a que la filmaran porque salía mal en la fotografía.

Con el buen respaldo económico que tenía salió a comprar, en el mercado, películas pornográficas que había filmado con su primer nombre, las que se titulaban “Labios de terciopelo” y “El lecho combado”. Gastó U$S 100.000.- en ese evento y apareció un coleccionista privado que tenía copias, al que accidentalmente se le quemaron las propiedades donde estaban las películas. Un puntual cortocircuito.

Creo que todo son patrañas, pero si hubieran existido nada habría cambiado la cosa, ni el mundo.
Era una mujer hermosísima, cirugía mediante y con un temperamento muy fuerte, con un cierto grado de maldad, pero en esa selva, donde se cultiva el Séptimo Arte, el que no tiene agallas se ahoga.

Como postre cerraremos con Clark Gable con sesenta y una películas en treinta años.
Era el exponente machista, poco cultivado en los estudios, pero hizo de todo para llegar y estando a los dichos de sus familiares, la profesión de actor era para mariquitas, con tal de llegar al set recorrió el país como cowboy en un espectáculo circense. Su vocación eran las tablas y terminó en el celuloide.
Empezó de extra en Hollywood hasta que le descubrieron la veta sexual, aunque más bien era, la sensual.

La MGM le arregló los dientes torcidos y cariados y siguió siendo humilde a pesar de su ascenso al estrellato.
Buena ropa, prolijo físicamente al extremo, se bañaba varias veces al día y se afeitaba hasta debajo de los brazos y era un solitario.
Prefería juntarse con gente humilde que con los del jet set, porque podía seguir pescando, cazando o bebiendo lo mismo.

Clark Gable y Marilyn Monroe en The Misfits 1961

Le gustaban las mujeres maduras y sus primeros matrimonios fueron de conveniencia y dicen que alguno ni siquiera consumado.
Estando a sus dichos, las prefería mayores porque habían visto más, oído más y sabían más que una jovencita recatada. En una palabra, era un haragán que no le gustaba enseñar a las ninfas en el arte del amor.
De sus correrías con la Crawford ya hablamos y le surgió el gran amor de su vida Carole Lombard.

La propia Lombard una vez comentó “Adoro a Cark, pero es un amante pésimo”.
Carole murió en un accidente cosa que afectó muchísimo a Gable.
Con la última que se casó, Key Spreckles, era sumamente parecida facial y físicamente a la Lombard. Con ella llevaron una vida muy apacible. De dicha unión nació un hijo a los cinco meses de muerto Clark.

Era promiscuo en sus relaciones sexuales y le interesaban las mujeres que estaban al alcance de la mano, ya fueran jóvenes, maduras, altas, bajas y si eran prostitutas mejor, porque tenía la teoría de que pagándoles el servicio se iban y no había que andar rompiendo relaciones mentirosas.

Tuvo lo suyo con Grace Kelly, Ava Gardner y Jean Harlow.

“Alguien dijo “Impresionaba a todas las mujeres, a menos que estuvieran muertas”.

4 comentarios en «Ni Louella Parsons ni Hedda Hopper»

  • Buen articulo y yo ni sabia que existian esas chicas. Pero deben de haber sido bravas porque una confiesa que la casa la hizo con el palo de amazar en la mano. Yo pense que todo eso era un invento argentino…..aaaaaaaaaaaa son copiones…..jajajajaja
    Saludos a todos

  • me identifico mas con hedda que tiene mas clase que la otra…va es un poco lo que hace shasha en cinecanal
    saludos

  • YYYYYYYYY….nadie le da bola a Clark Gable que no la frase final esa “Impresionaba a todas las mujeres, a menos que estuvieran muertas”, se me hace que le daba a todo lo que se moviera….si movia las piernitas …ya estaba no?
    lo otro es que mi tia tiene algunos videos medio de colección y seguia al show de Lucy y una de las grabaciones esta Lucy hablando con Hedda Hooper discutiendo por una columna en el diario donde le pegaba no me acuerdo a quien. estaba divertido hasta el marido de Lucy se metía.
    Saludos

  • Como lloraban mi madre y mi tía cuando se enteraron lo de Rock Hudson…les rompió el corazón. si los hubiera visto como esta ahí en la foto con la pareja…pa!
    Interesante lo de Clark Gable, no comprendo lo de porque vivia una vida tan solitaria y me gusto tambien la historia de la periodistas de Jet Set.
    Saludos

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