19 abril 2024
INSÓLITOS

No aprendemos más

Recuerdo que había un slogan publicitario de otras épocas que decía: “El país se salva con el agro o con él perece”. Eso se confirma hoy con cosas que les ocurren a nuestros vecinos platenses y a nosotros en esa materia no nos va tan mal.

Por discusiones fuera de lugar, el gobierno argentino, no le dio su lugar al campo. Hoy nosotros exportamos más carne de primera calidad, que un país que es doce veces mayor que nosotros. Y tiene casi todos los climas, con una pampa húmeda que puede alimentar al estómago del mundo.

El famoso asado argentino, es importado desde Uruguay.

Claro que el sector ganadero tiene muchos riesgos y en especial las zoonosis, que periódicamente asolan los rodeos.

No hace mucho padecimos el flagelo de la aftosa. Virus que lo para solamente la vacunación eficaz, en tiempo y forma.

Cuando apareció calladamente, porque nos enteramos de que la enfermedad estaba cerca, cuando era una epidemia declarada dentro de fronteras. No por falta de prevención, sino simplemente porque nos fue ocultada.

De nada valieron el rifle sanitario. Los lava ruedas en las fronteras y en las balanzas de camiones de todos los lugares estratégicos. Porque el virus se transmite fácilmente a largas distancias, por el aire contaminado y contaminando.

La sanidad animal es un aspecto en que se tiene el mayor cuidado. Las enfermedades que podrían ocasionar las mayores pérdidas económicas y que son prioridad para nosotros, son aquellas que afectan al comercio internacional y las que constituyen un riesgo para la salud.

Hoy tenemos la fiebre aftosa y la Encefalopatía Espongiforme Bovina conocida como de la vaca loca. Son las enfermedades principales y Uruguay pensamos, tiene el mejor estatus decentemente previsible.

Esto nos permite acceder a los mercados de la carne, lácteos y de animales vivos, esa es una prioridad para el país.
Luego están las enfermedades que afectan al hombre: la brucelosis y tuberculosis bovina.

La aftosa

La aftosa vacuna no afecta al hombre y la humana, no tiene nada que ver con la otra, es poco agresiva y curable en la mayoría de los casos.
Muchas de las enfermedades afectan a la reproducción, otras al crecimiento.

En eso no estamos muy mal, aunque depende de la situación económica del sector y estamos pasando por un momento de precios.

Las causas que son de origen infecciosos son presumiblemente muy menores comparadas con las de origen nutritivo.

Si bien las enfermedades reproductivas son importantes, no son la causa principal de pérdidas.

Cuando hay incentivos económicos para la cría, aunque parezca una razón perogrullesca es donde hay que reducir las pérdidas. Es decir mediante la prevención de las enfermedades que puedan afectar la reproducción.

Hay vacunaciones que no son obligatorias como las clostridiales y que son importantes.

Son importantes y depende de varios factores.

En el caso de clostridiosis y carbunco (grano malo) son enfermedades relativamente fáciles de prevenir y que tienen un bajo costo de vacunas.

Es importante que se promueva la necesidad de hacer las tareas de prevención de dichas enfermedades.

En el caso de las campañas sanitarias son prioritarias para el país las que están vinculadas a la inserción internacional, no solo en ganado bovino, sino también en ovinos, aves y cerdos.

Si el ternero vale, el productor va a estar más propenso a mejorar las tasas reproductivas y de destete, a que los animales estén con mejor estado y ganen peso más rápidamente.

Las vacunas salvadoras

En un momento como este, en que la gente con algún pequeño capital, como inversión cambia el automóvil, está en un craso error porque eso no es inversión, sino que al momento de sentarse en el asiento del mismo ya está perdiendo dinero, por su desvalorización.

Una buena inversión y no onerosa es comprar terneros y con gente de confianza, echarlos en campos a capitalización.

Mientras uno duerme el ternero come y fabrica carne al crecer.
Mientras uno duerme el banco cobra por disfrutar de nuestro capital parado.

El colchón bank es un riesgo insólito, absurdo, y transitorio.
Compartir como contraprestación, los kilogramos carne que aumenta el ternero, con el dueños del suelo y del manejo de las haciendas, es un negocio que se basa en la confianza entre el usuario del suelo y el que da el ganado a pastoreo.

El ganado a capitalización se adecua a lo que pueda invertir el capitalista y a lo que pueda recibir el tenedor del campo, el dinero no está ocioso y beneficia por tal hecho a todos.

Pero como el título de aquella película: “habíamos sido tan felices”, sabemos por la prensa que Sanidad Animal compró tres millones de vacunas con el virus C de Paraguay contaminadas.

Desde 2003 hemos comprado más de 300 millones de vacunas para prevenir la aftosa, en varios casos lo hemos hecho a naciones o empresas, que son severamente cuestionadas por los organismos internacionales.

En una palabra que son más peligrosas que mono con gillettes.
Esta situación ha provocado el relevo de autoridades y funcionarios de sanidad de los países proveedores.

El sistema que rige en nuestro país para la compra y control de estas vacunas todavía permite que sigan entrando, productos de “dudosa calidad “e incluso contaminados con cepas exóticas, como sucedió con los tres millones de vacunas paraguayas.

Sistema de control

La falta de fiscalización en los productos que están comprando fuera del país en la Dirección de Sanidad Animal del MGAP, no tiene excusa, si se piensa por un momento las pérdidas millonarias que le puede ocasionar al país un nuevo brote de aftosa como el que sucedió hace diez años.

Desde 2002 hasta ahora, se hicieron once llamados a licitación internacional para la compra de vacunas contra la aftosa.

Desde entonces, no hay un solo técnico uruguayo que controle a los países proveedores de dichas vacunas, en su proceso de fabricación, o que siquiera haya supervisado el proceso de inactivación de los virus empleados para dicha fabricación.

Paraguay ha sufrido un fracaso tras otro en sus campañas de control sanitario contra la aftosa; sus servicios son seriamente cuestionados por auditorias internacionales como el Programa Acción Mercosur Libre de Fiebre Aftosa, y sus autoridades sanitarias acumulan una denuncia tras otra.

Preguntamos ¿por qué la Dirección de Sanidad Animal de nuestro país le ha comprado en los últimos ocho años más de 20 millones de vacunas contra la fiebre aftosa a Paraguay?

Al momento, el sistema de control instaurado en Uruguay, permite que entren al país vacunas de dudosa calidad, e incluso contaminadas con cepas de virus que no son las usadas en el país. Pero ingresan formalmente, con los sellos y certificados oficiales de calidad de los países de origen.

Hay más ejemplos: laboratorios de Colombia manejan virus exóticos como el de estomatitis vesicular, que generan un riesgo mayor para el país, según han evaluado varios técnicos; en 2004 se confirmó que 11 millones de vacunas compradas a Brasil estaban precipitadas, por lo que se le devolvieron 10 millones de dosis.

Área de los laboratorios

Hace cuatro años se hizo un llamado internacional para adquirir 22 millones de dosis; el laboratorio Galmedic de Paraguay quedó con una adjudicación de tres millones de dosis.

Se pudo comprobar que la mitad de ellas estaban contaminadas con la cepa del virus C.

El año pasado se le adjudicaron 3.250.000 dosis de la vacuna al laboratorio paraguayo Lauda, y también se confirman que estaban contaminadas con la misma cepa viral.

Si estas vacunas hubieran llegado a ser aplicadas al ganado uruguayo, ahora estaríamos lamentando gravísimas pérdidas, puesto que las pruebas de serología de los animales vacunados darían positivo para virus C –que es exótico en Uruguay-, con lo que cambiarían todos los controles epidemiológicos, fomentando la desconfianza en las informaciones proporcionadas por los Servicios Ganaderos a las auditorias internacionales.

Qué necesidad tenemos de tener una granada de mano sin la espoleta, pronta a explotar, si podemos hacerlo por el mismo precio sin correr ese tipo de riesgos.

Hubo laboratorios internacionales interesados en producir la vacuna antiaftosa en nuestro país y se les dijo que no, porque no se quiere trabajar en el país con virus vivo de la aftosa.

Les decimos que no a unos y les compramos a la marchanta sin contralor alguno a los otros.

Si Ud. tuviera que vacunar su ganado qué vacuna elegiría, en el supuesto que tuviera opción.

Es que no aprenderemos nunca a vivir tranquilos y a no arriesgarnos por fósforo apagado y sin criterio.

Para eso, para andar corriendo riesgos, podríamos autorizar un laboratorio en el país y controlarlo efectivamente nosotros mismos y el problema de ineficacia sería exclusivamente nuestro.

Un comentario en «No aprendemos más»

  • Que lio no? para ser un pais libre de aftosa no nos permiten vacunar? no creo que sea mucha la diferencia en plata porque la mayoria de los paises popes tienen aftosa, consumen y exportan, nosotros vendemos unos kilitos nada mas, si lo pagaran bien seria como tener oro y petroleo junto el problema es que los vecinos estan calientes porque al no tener aftosa es mas facil colocar la carne….jejejeje………..Uruguay deberia pelear porque le paguen mas la carne libre de aftosa……….

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