¿No quieren errores? No hay otra

Que el árbitro pueda ver lo mismo que ve la gente y los periodistas. Un árbitro argentino, por fin dijo que hay una forma de que no se mal intenciones los fallos arbitrales, y la única forma es tener el apoyo visual tecnología.

Después de todo, tanto los periodistas que critican, como el aficionado, lo hacen luego de ver la jugada por televisión, con imágenes registradas desde diferentes lugares de la cancha y luego de ser vistas una decena de veces; ¿Por qué negarle esa documentaciones existentes, en tiempo real al árbitro?. La polémica de un fallo, puede darse cuando personas que tienen las mismas condiciones de ver una jugada, ven cosas diferentes.

La realidad, es que los árbitros están en inferiores condiciones para registrar lo que ocurre en una jugada que las cámaras en HD ubicados en diferentes lugares de la cancha. Por más que tengas las mejores condiciones técnicas, el ojo de un ser humano nunca va a poder competir con el panorama que le brinda al aficionado y a la prensa la televisación de los partidos.

También es cierto escuchar al periodista decir en todos los partidos ante jugadas polémicas, que cuando al principio estuvieron de acuerdo con el fallo del árbitro, luego al ver la repetición de la jugada le generaron dudas.

Y también es cierto que si no se quisiera que hubiera errores en los fallos, se le habría encontrado soluciones mucho antes. Bastaría con que uno de los asistente pudiera ver la repetición de la jugada y listo. Porque viendo la jugada de esa forma, es como también la ven los demás.

Germán Delfino defendió este lunes sus cuestionados fallos en el partido que Tigre le ganó agónicamente a San Lorenzo por 4-3 y, en ese sentido, deseó que “en breve llegue la tecnología” para terminar con la desconfianza con que se observa la actuación de los árbitros ante “errores milimétricos”.

Dos fueron las jugadas del triunfo de Tigre ante San Lorenzo en Victoria que levantaron mucha polémica: la primera una mano del chileno Paulo Díaz que derivó en un penal convertido por Carlos Luna, y la restante un fuera de juego de Ramón Mierez, omitido por la terna arbitral, al momento de marcar el gol del triunfo para el local.