Primavera

Bueno para empezar tendríamos que establecer aquello que nos enseñaron en la escuela o no me acuerdo bien dónde, que decía:

“Todo hombre debe escribir un árbol, plantar un hijo, tener un libro” o algo más o menos así.

Era como aquel proverbio o mandamiento que lucía así:
“No codiciarás la mujer del prójimo en vano”, creo que era algo por el estilo.

Según Benedetto Croce, para poder pensar se necesitan palabras.

Entonces para aquello de “pienso luego existo” es indispensable la palabra para poder existir.

Sin la palabra, seríamos como un mero gusano, con boca para comer, dientes para masticar, no precisaríamos las glándulas gustativas, porque si no pensáramos para que las quisiéramos, no podríamos quejarnos del mal gusto o comentar el buen gusto, con comer lo que sea para sobrevivir es suficiente.

Un estómago para digerir y los órganos necesarios para excretar lo que sobra, después de la digestión.

Sin la palabra seríamos un vulgar gusano

Nosotros creemos y estamos convencidos, que el gusano no piensa y es muy probable.

Cuando te pica un bicho peludo negro, gusano al fin, es un accidente, porque como el gusano no piensa, no tuvo la intención de picarte.

Cuando el perro te muerde no es un accidente porque el perro te muerde adrede, no lo hace sin querer, sino que te mordió porque se le antojó o se acordó de algo que le hiciste, o no le hiciste.

Volviendo al bicho peludo, esos redondelitos que tiene en la punta de los pelos con una bolsita, llenos de veneno, ¿son por pura casualidad?.

Vino la madre naturaleza y les puso los pelos con veneno en la punta, esa sustancia urticante y cuando te pica te arde que se las pela y como no piensa el bicho, fue un mero accidente y el veneno está en la punta de los pelos de pura casualidad.

Aunque el gusano no piense a mi no me saca nadie de la cabeza que el bicho no me picó adrede y eso del accidente dejémoslo para los filósofos.

Eso si bicho peludo que encuentro en el piso le bailo un malambo arriba y yo pienso y existo y lo piso con toda mi mala intención.

Volviendo al gran italiano Benedetto Croce, sabio, filósofo, que murió allá por mediados o fines de la segunda guerra mundial, todo un gran hombre, que fue un lujo para la humanidad y un montón de cosas más, hay algo que no me cierra.

Un tan gran hombre con un nombre con un significado tan perverso, tan embromado porque Benedetto es bendito y Croce es cruz, pienso necesariamente que está su nombre haciendo referencia a la cruz en que crucificaron a Cristo y si la utilizaron para tal fin los romanos de Poncio Pilatos, todo previo martirologio y todo tipo de torturas, como el padre, que siempre se llamó Croce (Cruz) al hijo le va a poner Benedetto.

Los nombres propios tienen sus cosas y los padres que los utilizan son peores, son crueles para con los hijos que los van a soportar de por vida.

En Uruguay que no existe prisión perpetua, el tipo es prisionero del nombre de por vida, puede cambiar Ramón por Margarita si es un problema de género, pero si le pusieron un nombre de esos bien embromados te lo tenés que bancar de por vida.

No haga lo que está pensando para cambiar de nombre porque después no hay marcha atrás.

El nombre lo ponen ni bien nace el niño y muchos padres ya lo tienen pensado antes de que nazca y los muy precavidos antes de concebirlo y todo.

Si el nombre se lo pusieran a los dos o tres meses o años podría tener algo que ver con la criatura.

De entrada le meten un nombre como Angel y en la vida resulta un tipo recontra curtido, que no dejó vivir en paz a nadie o durante largo tiempo se pasa amolando a los padres llorando noche y día y que los gases, o cualquier otra cosa por el estilo.

Otros van y le ponen al hijo Modesto y sale más agrandado que alpargata de bichicome, un tipo tan pedante que no se banca ni el mismo.

Generoso o Generosa, tanto da hombre o mujer y sale más agarrado que piojo de verija, no le larga un mango ni a la madre por más necesidades que esté pasando. No come huevo por no tirar la cáscara y anda comiendo de espaldas y por los rincones para no tener que convidar.

Inocencio y sale más desconfiado que ñandú tuerto, cuando va a comer a algún boliche se sienta de frente a la puerta por si viene alguno a darle una paliza o simplemente matarlo y cuando va a tomar agua al aljibe llama a los perros y les echa agua en el tacho y los mira como toman agua y los campanea un rato y cuando ve que no se muere ninguno, toma la suya, todo por miedo a que le hubieran envenenado el aljibe, práctica bastante común en otras épocas.

Prudente y lo menos que hacía era cruzar con la luz roja, se metía contramano en las calles flechadas, de noche y con las luces apagadas y le jugaba carreras a este político que dice que bate records en velocidad para ir a La Paloma y a Bella Unión, cuando este va sin chofer y dice que tiene un lote de multas, pero los de la caminera ya lo conocen.

Pura… bueno creo que hasta acá llegué con el espacio de mi columna y para no definir las aptitudes y actitudes de alguna chica llamada Pura, mejor les aclaro que el tema es libre y tengo que escribir determinado número de palabras ocupando tantos centímetros de espacio, y ya cumplí y como el tema que pensaba desarrollar era La Primavera y aparte de los barritos, las flores, las golondrinas, y la pavada de las 15 primaveras y que empieza después de Santa Rosa, mejor me despido hasta el viernes que viene.

Que todo sea para bien…