19 abril 2024
PERSONALIDADES

Sandino y los masones de Nicaragua

Cae la noche. En un hotel en las afueras de Managua, al ritmo de Mozart, los ‘hermanos’ entran al salón.

Desfilan erguidos y se instalan en sus posiciones. Al centro, una biblia, una escuadra y un compás, rigen el acto. Lo más importante de la noche está a punto de comenzar.

Es una noche de julio y la logia masónica Augusto C. Sandino número 18 cumple su primer año. Para el evento especial, se realiza una ‘tenida blanca’, la única ceremonia que los no masones pueden presenciar. Los afiliados a la logia, casi todos hombres, entre 25 y 40 años, intentan mantenerse tranquilos pero el júbilo es evidente.

Durante más de una hora se escuchan discursos de los principales maestros de la masonería en Nicaragua. Son discursos plagados de referencias bíblicas, exaltaciones morales sobre el ‘hombre’ y la búsqueda de las virtudes.

Los asistentes ‘profanos’ (no masones) que observan atentos el rito, son en su mayoría mujeres, esposas y familiares de los ‘hermanos’.

La masonería no es ningún secreto. Grandes hombres de la historia como Simón Bolívar, George Washington y José Martí participaron en lo que se conoce como la ‘hermandad más antigua y grande del mundo’, con casi 3 millones de miembros. Sus ritos y tradiciones ancestrales han sido heredadas de generación en generación y sus miembros se enorgullecen de está enigmática sociedad que ha estado presente de manera “solapada” en distintos hitos políticos y sociales.

La masonería en Nicaragua

En Nicaragua hay cinco logias masónicas que reúnen en sus filas a 500 hombres mayormente del pacífico, aunque en sus inicios no fue así. La primera logia en territorio nicaragüense fue fundada en 1763 por ingleses en la RAAN, cerca del Cabo Gracias a Dios, llamado Blackriver (Río negro), según Mario Alberto Coppo, gran maestro de la masonería.

Sin embargo la que ha sido reconocida, según Coppo, como la primera logia de Nicaragua, es la Eureka 357, constituida el 30 de mayo de 1851, en Greytown, hoy San Juan del norte. Con el paso de los años Greytown dejó de ser un centro comercial notable y la actividad masónica fue trasladada al pacífico, en donde hoy se conserva.

Coppo, es el gran Maestro de la Soberana Gran Logia Simbólica de Nicaragua. De mirada penetrante y con un leve acento extranjero, habla apasionadamente sobre la masonería. “Túno puedes ser masón si tu no crees en la inmortalidad del alma, no puede ser masón si no tienes un sentimiento de unidad universal. Porque la fraternidad universal es uno de los objetivos” explica.

Para ser masón hay que creer en Dios, “ser libre y poseer buenas costumbres”. El proceso de selección es arduo, se escudriña toda la vida del aspirante, hasta encontrar los estándares requeridos. Una vez aceptado se pasa por una prueba de fuego: el rito de iniciación.

Ese rito de iniciación solo lo pueden conocer los que son masones, según Reynaldo Solórzano, maestro de la logia Augusto C. Sandino 18. Sin embargo, algunos datos sobre esta ceremonia, plagada de simbolismos se han filtrado en la cultura popular.

“Nosotros no somos una sociedad secreta, es como decía el chiste de la persona que decía yo estudie para ser agente secreto pero no pude aprobar el examen final porque puse mi nombre, nuestro nombre está por delante, nuestras direcciones, nuestro templo, estamos a disposiciónón de todos los que quieran conversar con nosotros, lo que si es que la masonería tiene sus secretos no es que sea una institución secreta, tiene sus secretos que los guardan quienes son masones y los afiliados”, indica Coppo.

¿Para qué ser masón?

Roberto Hernández es otra autoridad de la masonería en el país. Es el Soberano Gran Comendador. “Existen tres grandes vertientes en la masonería, existe una masonería que viene aquí por contactos políticos, porque efectivamente es una escuela política, otros vienen por contactos económicos porque también hay grandes empresarios y también existe una vena esotérica” manifiesta.

Hernández explica que la masonería tiene “en principio dos postulados principales no se discute ni religión ni política. Entonces aquí, la masonería por eso es que es un poder en el mundo porque aquí venimos de todo el espectro político y religioso de Nicaragua” .

Grandes eventos históricos como la revolución francesa, la independencia de Estados Unidos o las luchas libertarias en América Latina, fueron influenciadas por masones según Coppo.

“En muchos lados hay mucha gente de poder Obama es grado 32 de la masonería, los presidentes de Estados Unidos todos en muy buena parte de Washington hacia abajo, lo eran. Pero en Nicaragua no estamos en una situación de poder”, recalca.

Salomón de la Selva, Rubén Darío, Augusto Calderón Sandino y Anastasio Somoza García engrosan la larga lista de personalidades nicaragüenses que fueron masones. “Cada quien es libre así como los alcohólicos anónimos de mantenerse anónimo o no, entonces nosotros tenemos personalidades de Estado, gente muy brillante, tenemos escritores, historiadores, políticos, pero si ellos quieren mantenerse así, no somos quien nosotros para romper su sigilo”, explica Hernández.

Sandino fue grado 18 de la masonería y cultivo su vida espiritual en México. Por otro lado, la participación de Somoza Garcia en la ‘hermandad’ no ha sido bien admitida por los masones modernos. “Sabemos a historia como se hizo masón en Estados Unidos para poder tener la entrevista con el presidente Roosevelt”, formuló Coppo.

La logia Augusto C. Sandino, número 18, es la más joven de todas y su cabecilla Reynaldo Solorzano está muy optimista con el desarrollo. “La masonería en Nicaragua, en todas sus logias están dirigidas por jóvenes, es un proceso en toda la sociedad, es necesario para la renovación” manifiesta.

Las nuevas tecnologías y el acceso a la información también son celebrados por los masones más experimentados “Si ustedes ven la Masonería en Nicaragua es una de las más jóvenes de Centroamérica, entonces nosotros estamos orgullosos porque hay jóvenes que se han ido quitando el mito, mucha gente intercambia conocimiento en internet y ya llegan más claros a la orden, ya no existe tanto prejuicio” sostiene Hernández.

¿Cómo funcionan los masones?

El origen de los masones es bastante oscuro y misterioso, que – en combinación con la naturaleza un tanto secreta de sus rituales – ha dado lugar a conjeturas y teorías de conspiración acerca de sus actividades en todo el mundo, pues sus reuniones implican ritos simbólicos de antaño. La fraternidad opera desde logias (grupos) pequeñas conectadas por una “Gran Logia”.

Cada “Gran logia” es independiente y tiene su propia jurisdicción, y en cada centro es reconocible un símbolo especial, la escuadra y el compás que apuntan literal o metafóricamente a las herramientas del albañil de la antigüedad.

En la Edad Media, con la edificación de las ciudades más importantes de Europa, las logias o grupos de constructores se fueron organizando para sistematizar los conocimientos y compartir experiencias. A su vez, se asociaron con el poder religioso de los monasterios y conventos, con quienes compartían el negocio de la construcción de las primeras catedrales románicas de la época.

También se conectaron con los Caballeros Templarios (no es el grupo criminal mexicano), una orden de monjes guerreros que de ser los pobres caballeros de Cristo pasó a ser una orden muy rica y poderosa. Esta comunidad introduce a los grupos de constructores muchos de sus conocimientos y ritos esotéricos.

En 1717 se forma la gran logia de Londres y Westminster, la primer logia masónica constituida formalmente. En ese período se empieza a aceptar a hombres no ligados a la construcción, normalmente, se trataba de personajes de la nobleza quienes introdujeron aspectos científicos y filosóficos a la masonería.

Augusto Nicolás Calderón Sandino (1895 – 1934), más conocido como Augusto César Sandino (por quienes no conocen el significado de la “C” en su nombre), fue un patriota y revolucionario nicaragüense.

Augusto Sandino fue un líder de la resistencia nicaragüense contra el ejército de ocupación estadounidense en Nicaragua en la primera mitad del siglo XX. Su lucha guerrillera logró que las tropas de los Estados Unidos salieran del país, no sin antes crear la Guardia Nacional y poner al frente de la misma al general Anastasio Somoza García quien, a traición, se dice que mandó a asesinar a Sandino.

Es Héroe Nacional de Nicaragua y, junto con el poeta Rubén Darío, constituye la máxima expresión de la nacionalidad nicaragüense. Se le llama «General de Hombres Libres». Sus acciones y enseñanzas fueron la base ideológica para la fundación, años más tarde, del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, por Carlos Fonseca Amador junto a otros compañeros.

Augusto Nicolás Calderón Sandino nació el 18 de mayo de 1895 en la ciudad de Niquinohomo (Departamento de Masaya, Nicaragua), hijo legítimo de Gregorio Sandino (un adinerado cultivador de café), y Margarita Calderón, una indígena sirvienta de la plantación de su padre.

En 1904, a la edad de 9 años, es abandonado por su madre y enviado a vivir con su abuela materna. Más tarde es enviado a vivir con la familia de su padre, donde debe trabajar como peón de la plantación para ganar su hospedaje.

En julio de 1912, a los 17 años, presenció la primera intervención de las tropas estadounidenses en Nicaragua, frente a una sublevación liberal-conservadora en contra del presidente Adolfo Díaz, quien tenía el apoyo de Estados Unidos. El general liberal Benjamín Zeledón murió en combate el 4 de octubre al ser desalojadas sus fuerzas de la fortaleza de El Coyotepe luego de feroces combates en La Barranca, ambos sitios estratégicamente ubicados en la entrada de la ciudad de Masaya. El joven Sandino quedó impresionado con la imagen del patriota, cuyo cadáver era llevado en una carreta de bueyes por los Infantes de Marina para ser sepultado en el pueblo de Catarina.

En 1921 hirió de bala a Dagoberto Rivas, hijo de un destacado conservador del pueblo, a causa de unos comentarios que Rivas hizo sobre su madre. Huyendo de la ley y de una posible venganza de la familia de Rivas, Sandino viajó a la costa Caribe de Nicaragua y después a Honduras, donde trabajó como empleado en un ingenio de azúcar. En 1923 emprendió viaje nuevamente, esta vez hacia Guatemala, donde trabajó en las plantaciones de la United Fruit Company, y finalmente a Cerro Azul en Veracruz (México) donde fue empleado por empresas petroleras.

Durante su estadía en México comenzó a tomar parte en diversos grupos: francmasones, anti-imperialistas, anarquistas, y comunistas revolucionarios. Aunque recibió una fuerte influencia del anarcosindicalismo mexicano, Sandino se convirtió en un ferviente defensor del nacionalismo y sobre todo del antiimperialismo, en particular en la resistencia contra la ocupación estadounidense de Nicaragua.

Inicio de su lucha armada

Luego de retirarse las tropas estadounidenses de Nicaragua en agosto de 1925 y tras el vencimiento de su pena en 1926, Sandino regresó a Nicaragua el 10 de junio de ese mismo año. Se dirigió primero hacia su pueblo natal, Niquinohomo, con la intención de iniciar un negocio, pero su proyecto es frustrado por Dagoberto Rivas, entonces devenido en alcalde del pueblo. Sandino se ve forzado a abandonar nuevamente su pueblo natal, dirigiéndose hacia el Norte, a los departamentos de Nueva Segovia, Madriz y Estelí, llamados comúnmente «Las Segovias».

En ese contexto el caudillo conservador Emiliano Chamorro dio un golpe de estado al presidente Carlos José Solórzano (del Partido Conservador), quien entrega el poder a su vicepresidente constitucional, Juan Bautista Sacasa (quien era del Partido Liberal).

Chamorro obliga a renunciar a Sacasa y asume el poder. A su vez EE. UU. no lo reconoce y lo obliga a renunciar, sustituyéndole por Adolfo Díaz. Los liberales no aceptan la violación flagrante de la Constitución por parte de los conservadores y los estadounidenses, y emprenden una nueva guerra civil fratricida, conocida como Guerra Constitucionalista (1926-1927), reclamando el regreso de Juan Bautista Sacasa al poder, usando como base de operaciones la ciudad de Puerto Cabezas (Bilwi) en el departamento de Zelaya.

En medio de esta situación, Sandino procuró incorporarse al Ejército Liberal Constitucionalista. En un primer momento acude donde José María Moncada, general en jefe del Ejército Liberal del Atlántico, pero éste, receloso de Sandino, le negó las armas. Entonces Sandino y sus hombres, ayudados por las prostitutas de Puerto Cabezas, recogieron del agua un buen lote de armas y municiones que habían sido quitadas a Sacasa (los marines no las habían destruido, sino que se habían limitado a arrojarlas al mar). Hecho esto, emprenden el viaje a Las Segovias (su zona de operaciones) viajando en pipante por las aguas del río Coco.

Sandino organiza su grupo de hombres que llegó a ser conocido como Los Montañeses, con el cual ataca el cuartel conservador en el poblado de El Jícaro el 2 de noviembre de 1926. Después de un exitoso bautismo de fuego, Sandino es reconocido en filas del Ejército Liberal Constitucionalista por los jefes militares liberales, designado general en jefe del Ejército Liberal de Las Segovias, convierte a Las Segovias en base de su zona de operaciones hasta llegar a controlar Jinotega.

Alcanzó varias victorias sobre las tropas conservadoras, lo que a su vez atrajo efectivos a su columna, la llamada Columna Segoviana, que en su momento llegó a contar con 800 hombres de caballería. En parte gracias a los triunfos de Sandino, los liberales tomaron la iniciativa en la guerra y empezaron el avance general hacia el Pacífico.

Tanto así que a mediados de enero de 1927, el Ejército Liberal de Occidente, bajo el mando de su general en jefe Francisco Parajón, entabla combate con las tropas confabularias del general Alfredo Noguera Gómez en la zona de León y Chinandega, en un claro intento de desgastarlas y desarticular la mayor concentración de tropas gubernamentales en el Occidente del país, lo cual logran tras encarnizadas batallas. Poco después, en un exitoso operativo de despliegue, los liberales toman el poblado de El Maniadero, y comprometen las posiciones gubernamentales en la ciudad de Chinandega.

Finalmente, el 6 de febrero, los liberales tienden un cerco alrededor de Chinandega con el objetivo de sitiarla. Durante la maniobra, las tropas gubernamentales son puestas en fuga luego de cruentos combates. Poco después, los liberales estrechan el cerco sobre Chinandega hasta romper sus defensas y tomarla, no sin antes librar una encarnizada batalla cuadra por cuadra, que deja innumerables muertos y heridos en ambos bandos. Ese mismo día, el presidente Nicaragüense autoriza al Mayor James J. Meade para que sus marines releven a las tropas Constabularias en la defensa de Managua, ya que con la caída de Chinandega, la capital quedaba seriamente amenazada.

Chinandega fue recuperada por los Constabularios luego de varios días de cruentos combates, y la destrucción casi total de la ciudad. El 19 de febrero, una compañía de marines ocupó la ciudad, trayendo con ellos gran cantidad de alimentos y medicinas.
Para entonces, el número de marinos estadounideneses en Nicaragua había ascendido a 5,000 y 464 Oficiales Norteamericanos se encontraban en el territorio participando activamente en los conflictos internos de Nicaragua.

Viendo que ahora el peligro de una intervención directa de EE. UU. contra los liberales es inminente, el jefe del ejército liberal, José María Moncada, decide pactar. Los estadounidenses envían un representante plenipotenciario, Henry L. Stimson (quien años después será Secretario de Estado del presidente Herbert Hoover) y Moncada, quien ya tenía control sobre casi todo el país, se rinde a la entrada de Managua (en Tipitapa). Aceptó la continuidad del gobierno conservador hasta las elecciones de 1928, en las que él (y no Sacasa) será el candidato liberal (lo cual era una flagrante traición a quien en teoría era su jefe). A este acuerdo firmado el 4 de mayo se le denominaría Pacto del Espino Negro.

Sandino no acepta esto, se opuso a la paz impuesta por las fuerzas de ocupación y se retira al inexpugnable cerro El Chipote, donde tenía su base principal y como respuesta a la acción tomada por Moncada, Sandino manifestó una de sus más célebres frases: «No me vendo, ni me rindo. Yo quiero patria libre o morir». Enarbolando ahora una bandera roja (liberal) a la que decidió agregarle una franja negra, simbolizando con esto que la lucha sería hasta conseguir la libertad o la muerte.

La bandera de general Sandino, capturada por Marines estadounidenses en el año 1932.

Con apenas veintinueve hombres (eran 30 con El) y 40 rifles, Sandino inicia una guerra nacional contra el invasor y los gobiernos entreguistas de Díaz y Moncada; animando primero a los campesinos neosegovianos y luego a todos los nicaragüenses a la lucha armada.

El 2 de septiembre de 1927 Sandino, a través de un manifiesto, le da un giro a su lucha: ya no se trata de una guerra civil, sino una lucha entre patriotas e invasores; pues tanto conservadores como liberales habían pedido la intervención de los marines estadounidenses. Como consecuencia de esto, en las calles, las personas solían decir: «Cinco liberales y cinco conservadores suman diez bandidos»

Poco a poco Sandino incrementó sus efectivos, hasta llegar a ser unos 6000, quienes conformaban el llamado Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN); esto debido en parte a los desmanes cometidos por los infantes de marina estadounidenses, quienes acostumbraban violar mujeres campesinas en los lugares que ocupaban.

En la histórica batalla de Ocotal acaecido el día 16 de julio de 1927, donde Sandino, después de tomar casi toda la ciudad y obligar a los marines y a los Guardias Nacionales a atrincherarse en las dos manzanas centrales, es forzado a la retirada luego de que sus tropas fueran diezmadas por aviones de la marina estadounidense que bombardean y ametrallan la ciudad. Sandino se retiró sin mayores problemas, mientras la población civil de Ocotal sufría el primer bombardeo aéreo por un escuadrón de aviones de la historia de la aviación militar; hacía tan solo seis meses antes que la ciudad de Chinandega había sufrido el primer bombardeo áereo de Centroamérica durante la batalla de Chinandega.

La guerra de Sandino contra los ocupantes estadounidenses
En este primer combate, Sandino fue derrotado por el entrenamiento y poder de fuego de los marines. Esto fue aleccionador para él, decidió emplear a partir de ese momento la guerra de guerrillas.

El combate de “El Bramadero” (27 de febrero de 1928), donde las tropas de Sandino infligieron una terrible derrota a una patrulla de «machos» invasores, es memorable porque en la fase final del combate los sandinistas utilizaron los temibles machetes, herramientas de trabajo del campesino nicaragüense convertidas en eficaces armas blancas capaces de decapitar de un solo tajo a un hombre. A partir de ese momento los marines, quienes llamaban «bandidos o bandoleros» a los hombres de Sandino, empezaron a llamarlos «guerrilleros».
El combate duró 5 horas y media. Les avanzamos 400 rifles Lewis, 16 ametralladoras, 180 mulas, […] 60 pistolas 45…

Sandino

Realizó diversas incursiones como el atacar y destruir la mina La Luz, propiedad del ex secretario de Estado norteamericano Knox. Las acciones de Sandino le fueron dando fama por todo el país y por los países de Hispanoamérica. Esa fama producía que muchos hombres llegaran dispuestos a integrarse en sus filas. A mediados de 1928 el intelectual fránces Henri Barbusse le llamó «General de Hombres Libres».

Durante esta fase de la guerra Sandino contrajo matrimonio con Blanca Estela Aráuz Pineda, una confidente y estrecha colaboradora del EDSN como telegrafista desde San Rafael del Norte, Jinotega. De este matrimonio nacería, en 1932, la única hija de Sandino: Blanca Segovia, quien en 2008 aún seguía viva. Su madre falleció poco después de darla a luz por complicaciones del parto.

A finales del mes de noviembre de 1928 el contralmirante D. F. Sallers le invitaba a abandonar la lucha y obtener así los consiguientes beneficios. La respuesta de Sandino no se hizo esperar:

La soberanía de un pueblo no se discute, sino que se defiende con las armas en la mano. La resistencia armada traerá los beneficios a que usted alude, exactamente como toda intromisión extranjera en nuestros asuntos trae la pérdida de la paz y provoca la ira del pueblo.

La formación de la Guardia Nacional

Notando los oficiales estadounidenses que los marines no eran capaces de derrotar a los soldados de Sandino, decidieron emplear la táctica de enfrentar a nativos contra nativos. Por lo tanto, dieron comienzo a la conformación de un nuevo ejército nicaragüense, la llamada Guardia Nacional de Nicaragua, entrenado, equipado y financiado por EE. UU., y comandado por oficiales estadounidenses. Si bien esto significó un aumento considerable de las tropas que combatían a Sandino, no influyó en el curso de la guerra de forma significativa.

Lejos de ello, los sandinistas expandieron sus zonas de operaciones más allá de Las Segovias alcanzando zonas de Jinotega, Matagalpa, Chontales, Boaco, Chinandega, León, la costa Caribe e incluso la capital Managua, estuvieron dentro del radio de acción de las tropas de Sandino. Las propiedades de los estadounidenses eran destruidas en los numerosos ataques sandinistas (destino del que no se libraron las plantaciones de la United Fruit Company), y los colaboracionistas que eran capturados eran sumariamente ejecutados por considerarlos Sandino «traidores a la Patria».

La retirada estadounidense

Finalmente llega al poder en EE. UU. el presidente Franklin Delano Roosevelt. Obligado por problemas domésticos de mayor importancia (la Gran Depresión), proclama la «política de buena vecindad, lo que significaba la retirada de todas las fuerzas militares de EE. UU. de los países de la cuenca del Caribe, incluyendo Nicaragua. Sin embargo, conscientes de su derrota, ya desde hacía algún tiempo los marines preparaban su retirada: paulatinamente dejaron de participar en los combates, y no sólo entrenaban clases y soldados, sino también oficiales nativos.
En enero de 1933 las fuerzas estadounidenses oficialmente abandonaron el territorio nicaragüense, sin haber podido matar o capturar a su enemigo, y menos aún vencerlo.

La paz

Una vez habiéndose retirado los estadounidenses, Sandino envía al nuevo presidente liberal, Juan Bautista Sacasa, una propuesta de paz, que es aceptada. El 2 de febrero de 1933 termina oficialmente la guerra; el ejército de Sandino, exceptuando a un grupo de protección de 100 hombres, es oficialmente desarmado. La Guardia Nacional, quien aún no es autoridad militar reconocida como tal en la Constitución, se hace cargo de la seguridad en todo el país, lo que provoca abusos contra sus antiguos enemigos (los sandinistas) al estar estos desarmados.

Sandino efectúa algunos viajes a Managua para hacer notar el incumplimiento de los acuerdos por parte de la Guardia Nacional. En esos tiempos cuando Anastasio Somoza García era el Jefe Director de la Guardia.

El asesinato de Sandino

El 21 de febrero de 1934 Sandino en compañía de su padre, Gregorio Sandino, el escritor Sofonías Salvatierra (ministro de Agricultura de Sacasa) y sus lugartenientes generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor acudían a una cena en La Loma (Palacio Presidencial), invitados por Sacasa la salida de dicho evento el coche en el que viajaban fue detenido justo a la par del Campo de Marte, en un punto ubicado al sur de la Imprenta Nacional (donde se edita e imprime el diario oficial La Gaceta). El cabo de guardia que les detuvo era en realidad un mayor disfrazado, Lisandro Delgadillo, que les condujo a la cárcel de El Hormiguero (destruida por el terremoto que azotó a Managua en 1972). Los detenidos pidieron que llamaran a Somoza, pero les respondieron que no podían localizarlo, por otro lado la hija de Sacasa le comunicó a su padre la detención, ya que la había visto, y Sacasa se puso en contacto con la embajada de EE. UU. para intentar impedir el asesinato.

Sandino, Estrada y Umanzor fueron llevados al monte llamado La Calavera en el campo de Larreynaga y allí, a la señal de Delgadillo, el batallón que custodiaba a los prisioneros abrió fuego matando a los tres generales. Eso ocurría a las 11 de la noche. Según testimonio de Salvatierra, al oír los disparos, Gregorio Sandino dijo:

Ya los están matando. Siempre será verdad que el que se mete a redentor, muere crucificado.

En la misma noche el hermano menor de Sandino, Sócrates (quien era coronel del EDSN), muere en un enfrentamiento con efectivos de la Guardia Nacional que atacaron la casa del ministro Salvatierra, ubicada por el sector de la Iglesia El Calvario, en Managua. En este enfrentamiento resultó herido el coronel Santos López, quien logra abrirse pasos a balazos y tomar rumbo hacia Honduras.

Al día siguiente (22 de febrero de 1934) la Guardia Nacional destruyó la cooperativa que Sandino había establecido en el poblado de Wiwilí, matando o haciendo prisioneros a sus integrantes.
Dos años después, Anastasio Somoza García —quien llegó a afirmar que recibió las órdenes del asesinato de Sandino del embajador estadounidense Arthur Bliss Lane—, se haría con el poder del país, derrocando para ello al presidente Sacasa, quien era su tío político.

COLOFON

A los 84 años de la muerte a traición del General Sandino, existen algunas anécdotas sobre su vida que siempre salen a flote pero que no son respondidas por los historiadores a profundidad, porque tal vez no significan nada importante en relación a su gesta histórica vivida contra las tropas de ocupación de Estados Unidos.

En primer lugar los dos personajes de la Historia de los últimos 80 años de Nicaragua, el General Anastasio Somoza García, Jefe de la Guardia Nacional, formada por los Estados Unidos cuando ocupó el país con su marina de guerra, era de la orden de la Francmasoneria. Sandino pertenecía también a la misma Logia.

Los masones se establecieron en Nicaragua a través de una Logia inglesa desde el año 1763. Sus principales principios responden a los de fraternidad mutua entre sus miembros, profusión de símbolos sólo conocidos por sus iniciados, principios racionalistas y promotores de la paz, la justicia y la caridad. Hay 6 millones en todo el Planeta. Según el Historiador y Arqueólogo nicaragüense, Jorge Espinoza Estrada, Somoza y Sandino en la estructura de mando de los masones estaban en el grado 13.

La tropa de la Guardia Nacional enviada por Somoza García para capturar y luego ejecutar a Sandino era comandada por el Coronel Lizandro Delgadillo quien también era masón, según el Arqueólogo Espinosa. Delgadillo se negó a ejecutar al General Sandino porque le dio miedo debido a la cercanía fraternal entre ambos por su condición de masones. El ejecutor de la muerte del Héroe Nacional le correspondió al Subteniente Eddy Monterrey, dijo el Arqueólogo.

En torno a los símbolos de los masones se resalta en los billetes de a un dólar de Estados Unidos en la cual hay un ojo, una pirámide, pero también hizo referencia al hecho de que esa influencia de los símbolos de la masonería en los billetes de Estados Unidos, tiene su explicación en el control del poder por norteamericanos que forman parte de lesa Logia.
Personajes importantes de Nicaragua y que eran afiliados a la Masonería lo era el poeta, creador del Modernismo español, Rubén Darío.

Sandino y Somoza eran de la misma Logia y pertenecían al grado 13. Un masón traicionó a otro masón. Tal vez de ahí venga la tragedia tras tragedia vivida en la Historia de Nicaragua, sostuvo.

Un comentario en «Sandino y los masones de Nicaragua»

  • Sandino era mason? ya no se puede creer en nadie ya no se puede creer en nadie. Tabare Vazquez parece que es de la masoneria.

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