Seis horas de peligro en el espacio

Dos astronautas rusos no pudieron culminar la misión en la primera caminata espacial del 2012. Trabajaron muchas horas manejando una grúa en el exterior del complejo orbital, abriendo el camino para un futuro laboratorio espacial internacional.

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Antes de comentar esta fallida misión espacial, la cual se tuvo que abortar por problemas de seguridad, es oportuno trasladar las condolencias al pueblo argentino por la pérdida de medio centenar de vidas y más de trecientos heridos en la terminal ‘Once’ de Buenos Aires.

El pasado jueves 16 de febrero, se realizó una misión espacial con cinco objetivos importantes, pero se tuvo que abortar a último momento por fallas que ponían en riesgo a los dos astronautas que trabajaban en el exterior de la nave.

La operación fuera de la nave por parte de los astronautas duró seis horas. Participaron treinta ingenieros mayoritariamente de la NASA. Y el hecho curioso es que Oleg Kononenko y Shkaplerov Antón, de origen ruso, fueron los astronautas encargados de realizar los trabajos técnicos en la estación espacial. También no deja de sorprender, otra información que habla de la afinidad que existe entre Rusia y EEUU, por lo menos en el campo. La página de la propia NASA informa que tanto los trajes espaciales como parte de la tecnología utilizada en el operativo de esa “caminata espacial” eran rusos. ¿Cómo cambia todo?

Durante las seis horas 15 minutos de caminata espacial, Kononenko y Shkaplerov trabajaron trasladando la grúa Strela-1, con la misión de preparar el nuevo modulo del laboratorio espacial internacional para el 2012, según afirma la NASA en su página.

Sin embargo el objetivo total de la misión realizada el jueves pasado por los astronautas rusos, era instalar otros cinco dispositivos de protección, pero el operativo, de seis horas y 15 minutos de duración, comenzó con demoras y por falta de tiempo no se lograron dichos objetivos. Se demoró más de veinte minutos antes de salir de la estación debido a problemas técnicos y en el transcurso del operativo, se interrumpió varias veces la comunicación.

Los astronautas pudieron trasladar a bordo un recipiente externo que reunía microorganismos espaciales. En el interior de la estación, lo esperaban seis científicos, compuestos por un holandés, dos estadounidenses y tres rusos, harán un minucioso estudio de ese material, a 350 kilómetros de distancia de la Tierra.

Conversación entre los astronautas y la tripulación
“Es enorme. Estamos acalorados y cansados”, dijo uno de los astronautas al Control de Misión en las afueras de Moscú.

La grúa oscilaba cuando los astronautas la colocaban del lado ruso del complejo orbital. Los controladores los exhortaban a tener cuidado y evitar los golpes contra el satélite.

“Está más cerca… de lo que yo quisiera”, dijo una voz. Los astronautas dijeron que era difícil maniobrar con el artefacto.

Y para complicar más aún el trabajo de la misión fallaron las comunicaciones. En ocasiones los enlaces por radio eran tan malos que los controladores repetían, “no se entiende, no se entiende”.