Tormenta solar nos alcanza

Este fenómeno siempre existió y cuando se produce trae algunos trastornos en la Tierra principalmente en el área de las comunicaciones.

También agrega al paisaje un colorido muy especial. Sin embargo, están reunidos y en alerta científicos de todo el mundo siguiendo el comportamiento del tiempo en el espacio. Hay quienes pronostican un efecto Tsunami solar.

Al principio de agosto, fue detectada una gigantesca tormenta en nuestro astro mayor que impulsó una enorme nube de plasma dirigida a nuestro planeta.

A parte del gran espectáculo que ofrece observar en distintas partes la aurora boreal; ¿Qué otros fenómenos origina en la Tierra las tormentas solares?

La tormenta solar es una explosión a gran escala que se origina en la superficie del Sol. Estas explosiones que empequeñecen a nuestras bombas nucleares más potentes, envían al espacio gigantescas nubes compuestas de gas iónico (plasma), que recorren miles de millones de kilómetros antes de que sus efectos terminen.

El efecto de la nube de plasma en la Tierra

El impacto no es directo a nuestro planeta, gracias a que el campo magnético de la Tierra hasta ahora puede evitarlo. No obstante, una parte del gas iónico consigue penetrar en nuestra atmósfera más precisamente en las zonas polares y produce ese fenómeno espectacular conocido como aurora boreal.

Como esta tormenta es un poco más potente de lo normal, la aurora boreal, se pudo observar en otras latitudes del planeta, por ejemplo en Londres y Michigan.

Normalmente, una explosión de radiación, como esto podría lograr el exterminio de gran parte de la raza humana, pero afortunadamente estamos protegidos por el campo magnético de la tierra. En cambio, el plasma solar mortales se espera que caen por las líneas de campo hacia los polos del planeta, estrellándose contra el oxígeno y átomos de nitrógeno en la atmósfera y así que la iluminación para formar auroras – la aurora boreal llamada.

La actividad del Sol en general, se levanta y cae en un ciclo de 11 años: el último pico ocurrió en 2001, pero desde entonces la estrella ha estado pasando por un hechizo de calma inusualmente prolongada. Hemos estado pendientes desde hace más acción, desde hace varios años, y Golub y sus colegas consideran que estallido del domingo puede ser un signo de que el Sol es “despertar”.

A través de las nuevas herramientas tecnológicas que tiene la ciencia, el estado del tiempo en el espacio es uno de los temas que están empezando a preocupar a los distintos observatorios internacionales. Y en estos momentos las 25 naciones tecnológicamente mas avanzadas, están reunidas en Alemania haciendo un seguimiento de esta tormenta solar en particular. Los científicos creen que la gravedad del tema, implica a que el análisis del fenómeno por separado sea demasiado grande para manejarlo. “El problema de las tormentas solares es determinar cómo predecirlas y qué hacer para protegernos de sus efectos”, dice Lika Guhathakurta, quien es la presidente del ILWS, en las oficinas centrales de la NASA. “Necesitamos avanzar en este tema antes de que llegue el siguiente máximo solar, alrededor del año 2013”.

El Sol y la Tierra están separados por alrededor de 150 millones de kilómetros (93 millones de millas) —una distancia que podría parecer segura. Pero desde el inicio de la Era Espacial, y especialmente en años recientes, cada vez se entiende más que una distancia de 150 millones de kilómetros no es en realidad tan lejos. Las naves espaciales y los observatorios terrestres han mostrado que la Tierra se encuentra localizada en la atmósfera externa del Sol, abofeteada por vientos solares y golpeada por pedriscas de partículas energéticas. Además, los dos cuerpos están, de hecho, conectados por hilos invisibles de magnetismo. Durante los “eventos de reconexión”, que ocurren normalmente varias veces al día, es posible rastrear líneas de fuerza invisibles desde los polos de la Tierra hasta la superficie del Sol.

“La Tierra y el Sol están interconectados. Ya no es posible estudiarlos por separado”, dice Guhathakurta.

Hace algunos años, los científicos acuñaron el término “heliofísica” para describir el campo científico emergente que estudia el sistema Sol–Tierra. Como señal de reconocimiento de la importancia del tema, la NASA ha creado la División de Heliofísica, en sus oficinas centrales ubicadas en Washington DC, y las Nacionas Unidas declararon al año 2007 como el “Año Internacional de la Heliofísica” (IHY, por su sigla en idioma inglés), con la esperanza de impulsar la participación mundial en este nuevo campo.

Otro efecto negativo para la Tierra cuado es impactada por las tormentas solares es el error que éstas producen en las comunicaciones en nuestro planeta.

En el año 1859 se produjo una gran fulguración solar siendo la tormenta solar mas importante que registró la historia. Esta tormenta interrumpió el sistema de comunicación tanto en Europa como en América del Norte. Los telégrafos de aquella época no funcionaron dejando a la gente totalmente incomunicada. Hoy pensando tanto en la cantidad de tráfico que depende de las comunicaciones en el mundo, sería una catástrofe. Pensemos solamente en las complicaciones que se podrían ocasionar en los aeropuertos internacionales.

Los científicos han descubierto sobre estudios del hielo en nuestro planeta, que estas explosiones solares se producen cada 500 años aproximadamente. Y lo que tiene a la colectividad de la ciencia en alerta, son los posibles picos de intensidad del fenómeno y poder prevenir a nuestro planeta sobre la posibilidad, de que la agresividad aumente a tal punto de generar cambios irreversibles tanto en la atmósfera como en la temperatura del planeta.