19 abril 2024
PERSONALIDADES

Un ex – presidente requerido

Bolivia contrató en Estados Unidos al bufete de abogados Rabinowitz Boudin para tramitar la extradición del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997 y 2002-2003), acusado de genocidio por la justicia boliviana y que vive en ese país desde hace diez años, informó el lunes una fuente oficial.

El fiscal general de Bolivia, Ramiro Guerrero, indicó a los medios que en su reciente viaje a Estados Unidos cumplió con su objetivo de contratar al estudio jurídico y también al experto traductor Jonathan Cavanagh, que estará a cargo de la traducción de los documentos que se presentarán a las autoridades de EE.UU.

Sánchez de Lozada está acusado del delito de genocidio, en la modalidad de masacre sangrienta, por las más de 60 muertes ocurridas durante la represión militar a una ola de protestas en el 2003.

El Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia aprobó la semana pasada una nueva petición de extradición presentada por la Fiscalía, después de que la primera solicitud fuera rechazada por Estados Unidos el año pasado.

Además del ex mandatario, la Justicia boliviana solicitará la extradición de quienes fueron ministros de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, y de Hidrocarburos, Jorge Berindoague, los que también huyeron a Estados Unidos, tras los conflictos del 2003.

El próximo 17 de octubre se cumplirán diez años de la renuncia de Sánchez de Lozada, que dimitió obligado por las protestas que se oponían a su proyecto de exportar gas a Estados Unidos a través de un puerto chileno.

Por este caso, cinco ex jefes militares bolivianos fueron sentenciados en el 2011 a penas de 10 a 15 años de cárcel, pero quedó pendiente el juicio al ex gobernante y ocho ex ministros que huyeron del país y obtuvieron asilo o se encuentran refugiados en Estados Unidos, Perú y España.

Guerrero también se reunió con el fiscal general adjunto de Estados Unidos, Bruce C. Swartz, con quien conversó sobre la petición de extradición y temas de cooperación jurídica.

“Ha sido una reunión al más alto nivel que se ha tenido, hemos explicado el tema de la extradición y lo importante es que el fiscal adjunto de los Estados Unidos se ha comprometido a tener una relación de colaboración directa en este y otros casos”, agregó el fiscal boliviano.

Gonzalo Sánchez de Lozada fue integrante del Partido Movimiento Nacionalista Revolucionario y tiene por ocupación la de filósofo, literato, político y empresario.

Nació en La Paz, 1o de julio de 1930

Presidente de Bolivia en dos oportunidades en el período 1993 -1997 y en el lapso 2002-2003.
Fue un estrecho colaborador del ex presidente Víctor Paz Estenssoro del cual fue ministro de Planeamiento y Coordinación (Economía) en su último período de gobierno (1985-1989). Perteneciente al Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), partido precursor de la revolución nacionalista de 1952, que incluyó medidas como la reforma agraria, el sufragio universal, la reforma educativa, la nacionalización de las minas.

Entre la mitad de la década de los 80 y toda la década de los 90, con su partido fue gestor de la política económica neoliberal en Bolivia.
Actualmente es requerido por crímenes de lesa humanidad y aun se pide su extradición.

Gonzalo Sánchez de Lozada, nació en el pueblo de Punata en el Valle alto de la ciudad de Cochabamba, el 1 de julio de 1930.

Su abuelo materno Daniel Sánchez Bustamente, fue fundador a comienzos del siglo XX de las primeras escuelas públicas y la primera escuela normal de formación de maestros, por lo que luego fue proclamado “Maestro de la Juventud Boliviana” a su muerte en 1933.

Hijo de Enrique Sánchez de Lozada Irigoyen y de Leticia Paz Campero; por vía materna es nieto del canciller boliviano, Javier Paz Campero, y descendiente del Presidente Narciso Campero Leyes y de la escritora Lindaura Anzoategui Campero.

Transcurrió parte de su niñez y juventud en los Estados Unidos, por ser su padre primero diplomático en Washington DC (1931-1936) y luego exiliado durante 16 años (1936-1952).

Por esta razón, domina a la perfección el idioma inglés y al hablar español, tiene un marcado acento inglés.
Se inscribió en la carrera Filosofía y Letras en la Universidad de Chicago sin obtener un título y luego retornó a Bolivia donde se inició en el mundo empresarial como productor de cine con la empresa Telecine.

Posteriormente entró en el negocio extractivo con una empresa de servicios petroleros, para luego pasar a la minería creando la empresa privada más importante del rubro: la Compañía Minera del Sur, explotadora y comercializadora de minerales en canteras del altiplano boliviano, una de las más grandes, sino la más grande fortuna de Bolivia.
Afiliado desde 1951 al Movimiento Nacionalista Revolucionario, ingresó en el mundo de la política en 1979 como diputado por Cochabamba.

Luego fue electo senador por este partido y Presidente del Senado Nacional (1985-1986) por muy poco tiempo, porque fue llamado a ocupar el cargo de Ministro de Planeamiento y Coordinación, cartera encargada de las materias macroeconómicas y financieras del gobierno.

En agosto de 1986 fue el encargado de aplicar la terapia de shock para frenar la galopante hiperinflación (del orden del 27.000%), que azotaba al país, mediante el Decreto Supremo 21060.
La política económica aplicada frenó la inflación y contribuyó a arreglar las cuentas del estado, a costa sin embargo de extensos despidos en el sector minero y recortes a programas sociales.

Esta receta económica neoliberal, fue exportada a otros países de América por su probado éxito en materia inflacionaria.

En las elecciones presidenciales de 1989 ganó la nominación interna de su partido para ser el candidato a la Presidencia de la Republica.
Ya como candidato decidió romper el “Pacto por la Democracia” con su entonces aliado político, el ex dictador, Hugo Banzer Suárez, Jefe Nacional de la derechista Acción Democrática Nacionalista. Banzer debía recibir el apoyo del MNR a cambio del apoyo que brindó el partido de Banzer desde el Congreso a las medidas económicas del gobierno de Víctor Paz Estenssoro.

Sánchez de Lozada resultó el candidato más votado de la elección, pero lejos de la mayoría absoluta, por lo que no pudo acceder a la presidencia.

Banzer, que quedó en segundo lugar con el 25,2% de votos, decidió dar su apoyo a Jaime Paz Zamora, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en el Congreso Nacional, el tercer candidato más votado, para ser Presidente de la República.

En las elecciones generales celebradas en junio de 1993 se volvió a presentar como candidato por el MNR, obteniendo otra vez el primer lugar con el 38% de los votos válidos, pero igualmente sin mayoría absoluta.

En la votación en el Congreso, Sánchez de Lozada obtuvo la presidencia con los votos y en alianza con el izquierdista Movimiento Bolivia Libre, el populista Unión Cívica Solidaridad del empresario cervecero Max Fernández Rojas y el partido indigenista Movimiento Revolucionario Tupac Katari de Liberación, de Víctor Hugo Cárdenas, intelectual de origen indígena que accedía a la Vicepresidencia de la República por primera vez en la historia republicana.

En el ejercicio de su primer mandato, que culminaría en 1997, promulgó importantes reformas legislativas y constitucionales como la Ley de Participación Popular, que municipalizó el territorio nacional mediante la creación de más de 300 gobiernos locales; además creo los Territorios Comunitarios de Origen para pueblos indígenas; la Ley INRA que obligaba a la certificación por parte del estado, a través del Instituto Nacional de Reforma Agraria, al cumplimiento de la Función Económica y Social de la tierra, la Ley Forestal, que incorporaba a indígenas, organizaciones populares y empresarios en la explotación sostenible de los bosques, la Reforma Educativa, que incluía por primera vez el multiculturalismo y el plurilingüismo en la educación oficial boliviana, el Seguro Materno Infantil, y la modernización del Código de Procedimiento Penal, entre otras.

Entre las reformas constitucionales destacan: la creación del Tribunal Constitucional de Bolivia que vela por la constitucionalidad de leyes, decretos o resoluciones; la creación de las circunscripciones uninominales para la elección directa de diputados; la creación de la figura del Defensor del Pueblo que vela por los derechos humanos y las garantías de las personas; entre otras reformas.

En el aspecto económico el gobierno de Sánchez de Lozada promovió un amplio y muy polémico programa de reformas, en el que destaca el proceso de la mal llamada Privatización de empresas públicas, que capitalizó el 50% de la empresa de ferrocarriles, de petróleo (YPFB), de telecomunicaciones, de electricidad y el Lloyd Aéreo Boliviano.

El otro 49% que era el valor inicial de las empresas, se transfirió de la propiedad del Estado a todos los bolivianos mayores de 21 años, fue transferido a un Fondo de Capitalización Colectiva (FCC), gestionado por las Administradoras de Fondos de Pensiones y el 1% restante pasó a propiedad de los trabajadores de las empresas capitalizadas.
Todos los bolivianos, residentes en el país, mayores de 21 años al 31 de diciembre de 1995, eran los beneficiarios de dicho fondo.

Con las utilidades correspondientes al FCC de las empresas capitalizadas, se pagó, por primera vez en Bolivia, un bono anual a los ancianos mayores de 65 años que a la larga los economistas señalaron como insostenible y antieconómico para el erario nacional, llamado Bonosol, aún hoy vigente con algunas modificaciones llevadas a cabo posteriormente, primero por el segundo gobierno de Hugo Banzer (1997-2001) llamado Bolivida y luego en 2008 por el gobierno de Evo Morales (2006- ) llamado Renta Dignidad.

Después de transcurridos algunos años de la puesta en marcha del Proceso de Capitalización, la oposición política a Sánchez de Lozada sostiene de que no fue una real inyección de capital sino simplemente la venta del 50% de las acciones a manos privadas, sin que se hayan cumplido las inversiones comprometidas, ni se haya mejorado los servicios que prestan las nuevas empresas creadas a partir de las antiguas empresas estatales.

Según algunos analistas, uno de los mayores errores políticos de Sánchez de Lozada fue el gradual desmembramiento de la empresa nacional de hidrocarburos YPFB, que aunque fue concluido por gobiernos posteriores y, aunque llevó a importantes inversiones extranjeras, no tomó en cuenta el sentimiento de la gente hacia un emblema nacional, que fue creada inmediatamente después de la finalización de la Guerra del Chaco, para que explote las grandes riquezas hidrocarburíferas que se defendieron en dicha contienda, originando además que la principal fuente de ingresos del Estado generara ingresos cuantiosos de los cuales menos del 80% ingresó de modo real al erario boliviano.

En 1997 Sánchez de Lozada fue sucedido en la Presidencia por Hugo Banzer Suárez de ADN, quien ganó las elecciones con una pequeña votación pero logró crear una gran coalición con el MIR de Jaime Paz Zamora y otros pequeños partidos populistas.

Durante su gobierno comienza el proceso de búsqueda de los restos del Che Guevara, considerado hasta entonces por muchos como el ejecutor de un abortado plan de invasión extranjera.

Goni, presionado en parte por solicitantes interesados en esclarecer aquellas acciones del Estado ejecutados durante el gobierno de Rene Barrientos Ortuño, bajo el asesoramiento de la CIA el 1967, autorizó las excavaciones de un equipo de arqueólogos cubanos-argentinos, en al área de la pista de aviación de Vallegrande, departamento de Santa Cruz, para la búsqueda de los restos del Che y otros guerrilleros, excavaciones que permitieron encontrar el cuerpo del comandante guerrillero para luego ser repatriados a Cuba.

Gonzalo Sánchez de Lozada, asume la Presidencia de la República de Bolivia al ganar por quinta vez una elección nacional.
Como la legislación boliviana exige la mayoría de los votos para ser electo presidente, Sánchez de Lozada y Evo Morales fueron a una segunda vuelta congresal, al ser los dos candidatos más votados. Sánchez de Lozada es electo por una alianza de su partido el MNR, con el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), al que luego se sumaría NFR (Nueva Fuerza Republicana) dividiendo los cargos políticos entre los 3 partidos.

Cuando Sánchez de Lozada asume la presidencia se enfrenta a una crisis social y económica heredada del anterior gobierno.

El crecimiento económica del país bajó de un 4,8% al final de la primera presidencia de Sánchez de Lozada a 2% en 2002.
El déficit fiscal al 2002 era del 8%.

Al aplicar un impuesto al salario (“impuestazo”), provoca una huelga y el amotinamiento de la fuerza policial, la cual exigía por el contrario, un aumento de salarios.

El conflicto deriva en un enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas y la Policía en la Plaza Murillo de la ciudad de La Paz.
El retroceso en la medida logró mantener a Sánchez de Lozada en el poder por unos meses más, pero el desgaste y la pérdida de gobernabilidad se hacía cada vez más evidente.

En setiembre y octubre de 2003, ante rumores que nunca fueron desmentidos sobre la intención de exportar gas boliviano por puertos chilenos a la costa oeste de los Estados Unidos, a México y a Chile, empiezan las movilizaciones sociales en el Altiplano boliviano y en la ciudad de El Alto.

Se bloquea la principal autopista de la ciudad de EL Alto hacia la ciudad de La Paz y la población alteña llama a la protesta.

Tanto la ciudad de La Paz como otras ciudades principales sufrieron prolongados bloqueos y desabastecimiento de insumos básicos, el presidente saca a las fuerzas armadas a poner orden lo cual deja como resultado 64 muertos y 228 heridos.

La profunda crisis económica que afectaba principalmente a los trabajadores urbanos y a la población rural del país alimentó el apoyo a todo tipo de protestas.

Las demandas se volvieron más nacionalistas por el patriotismo ya que todos estaban indignados por los muertos, hasta que las protestas de la ciudad de La Paz pedían la renuncia del presidente.

Acosado por estos sectores y ante la pérdida de apoyo de los partidos que formaban la coalición de gobierno (MIR y NFR), el 17 de octubre Sánchez de Lozada renuncia a la Presidencia de la República mediante carta al Congreso Nacional y deja el país.

Esa misma noche, el Congreso Nacional, luego de aceptar la renuncia de Sánchez de Lozada, tomó el juramento de rigor al Vicepresidente de la República Carlos Mesa.

Hoy en día Gonzalo Sánchez de Lozada reside en Washington, Estados Unidos donde dicta conferencias en prestigiosas universidades estadounidenses sobre Bolivia y América Latina.

En Bolivia es requerido por crímenes de lesa humanidad y aun se pide su extradición.

Un personaje multifacético, que incursionó en el cine, en la industria, en la minería, en la docencia, multimillonario y en la política, no supo retirarse a tiempo y con 83 años tendrá que encarar nuevamente los avatares de una extradición, que lo más probable que no salga en mérito a que por crianza y educación es más estadounidense que boliviano y el tío Sam protege a los suyos.

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