¿Y ahora? ¡Gran Hermano!

Hay un libro de George Orwell titulado “1984”, algunos decían que cuando llegara ese año, iba a pasar tal o cual cosa, pero pasó sin pena ni gloria y todo siguió igual y el Gran hermano era un personaje del libro.

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Con el mismo nombre en Holanda se hizo un reality show y de ahí en más los derechos fueron vendidos o cedidos a distintas partes del mundo con el nombre de Big Brother o Gran Hermano principalmente.
En Canadá se llama Loft Story.

Tenemos Big Brother África, Big Brother Alemania, Gran Hermano Argentina, Big Brother Australia, Big Brother Brasil, Big Brother Croacia, Gran Hermano Ecuador, Gran Hermano España, Big Brother México, Gran Hermano Colombia y el Big Brother France que se llamó Loft Story en 2001 y 2002, Nice People en 2003, Les Colcataires en 2004 y Secret Story desde 2007 y también tenemos Big Brother Rumania.
Al haber terminado Show Match, con su marketinero “Bailando por un Sueño”, se largó, por un canal de la competencia, en Argentina el Gran Hermano.

Por gran Hermano en Argentina han circulado varios conductores y el esquema es el mismo de siempre, hay unos señores que parecen ser psicólogos o antropólogos, que le dan largas a las actitudes de los participantes, y estudian los hechos y los dichos, las carencias o virtudes, y otros elementos que adornan la personalidad de los participantes.
Después de haber caído en las postrimerías de Show match ahora cuenta don un nada despreciable 19,3 puntos de rating promedio.

La mecánica del juego, perdón del negocio, está en la participación gratuita, de los interesados en promocionarse para algo, en los medios, como promesa de futuro y la compensación de las compañías telefónicas por participación en los mensajes de texto para salvar del ostracismo a alguno de los nominados.

Algunos actores y conductores empezaron en ese tipo de programa, donde fueron vistos y adoptados por el público y los dueños de los medios.

En Gran Hermano se nominan entre los propios participantes y los salva el tele auditorio pagando mensajes por celular.
La mecánica es muy distinta a la de “Bailando por un Sueño”, los cuales son nominados por un “jurado” (de alguna forma hay que llamarlo), inclusive los votos en las primeras instancias se ven, salvo un voto secreto que queda en la incógnita y la máquina recaudadora está para salvar a los nominados.

Estamos hablando de fortunas, porque estando a los dichos de Tinelli al aire, este manejaba la friolera de 1:400.000 llamadas en cada uno los tres últimos programas y uno de los sistema de llamadas que había colapsado.
Siendo pesimistas por muy poco que deje cada llamada, en los grandes números, debe ser un montón de dinero, de la publicidad, no podemos estimar las utilidades, pero ciertamente, no deben ser magras.

Uno de los secretos, que juega a favor o en contra, del éxito del ciclo está en el arte de hacer el casting de los interesados en participar del programa, porque de ellos depende mucho la sal y pimienta que le incorporen al mismo.

El número de interesados, como todo en Buenos Aires, siempre es muy importante y de su aporte dependerá el rating del programa y de ahí en más la parte económica.
La televisión ya está repleta de programas rémora del principal.

Este año le tocó la conducción a Jorge Rial, quien se dio el lujo de no participar del programa por dos semanas y lo suplanta un señor llamado Marley.

El juego entre participantes no es tan claro como aquel programa de Susana Giménez, donde en un block de preguntas y respuestas, participaban una docena de personas o más y en caso de empate de preguntas mal respondidas, los integrantes nominaban quien debía abandonar el juego, mejor dicho lo echaban ellos mismos.

Claro está que no era casualidad que los participantes votaban para expulsar al que le veían pasta de ganador.

En la casa del Gran Hermano, no se serruchan las piernas con un serrucho sino que se dan con una motosierra y recién empezó, no se conocen y actúan por palpite.
Los nominados suelen ser los que tienen pinta de ser eventuales ganadores y el público que ve la maniobra, vota telefónicamente para hacer justicia, respaldando a su candidato, cosa que el productor ve con un signo de pesos en sus ojos.

De ahora en más y hasta un próximo ciclo Tinelli fue, ahora el Big Brother con Rial al frente, será motivo de los desvelos de los medios y anexos, que comen del mismo plato.
Es preferible que hablen de esto y no de los vecinos, ¿no le parece?