Entre la verdad y los algoritmos: el periodismo busca su nuevo latido
El pasado fin de semana, periodistas, editores y académicos se reunieron en la Universidad de Navarra para mirar al periodismo de frente. No como oficio, sino como misión.
El encuentro, organizado por el Observatorio de Medios e Información Responsable, Ethosfera y la Fundación Haz, se convirtió en un espacio de introspección colectiva sobre el destino de una profesión que intenta reinventarse entre la geopolítica, la inteligencia artificial y la urgencia de recuperar la confianza perdida.
Steve Adler, exeditor jefe de Reuters, habló con la serenidad de quien ha visto los cimientos tambalearse: “Vivimos una era en la que dos fuerzas poderosas —el autoritarismo y la inteligencia artificial— amenazan con redefinir nuestra profesión”. Su voz, mezcla de advertencia y esperanza, recordaba que el periodismo fue alguna vez “un oficio noble”, guiado por la valentía de exigir rendición de cuentas. Hoy, en cambio, muchos reporteros luchan por ejercer en medio de la censura o la precariedad.
Como equiparar la inteligencia humana con la IA
Aun así, Adler no habló desde el miedo, sino desde la posibilidad. La IA —dijo— no debe verse como enemiga, sino como una herramienta que puede amplificar el talento humano. “El futuro pertenece a los periodistas persistentes, creativos, resilientes y valientes”.
John Daniszewski, de The Associated Press, llevó la reflexión al terreno ético: la credibilidad, recordó, “es el único activo que tenemos”. Sin ella, no hay periodismo posible. Por eso insistió en educar a las nuevas generaciones en valores, lenguaje responsable y sensibilidad ante temas que marcan la agenda social.
La otra gran preocupación del encuentro fue la sostenibilidad. Ignacio Escolar, de elDiario.es, fue directo: “No puedes ser independiente si no puedes pagar tu libertad”. Las suscripciones se consolidan como la vía que mantiene vivo el espíritu libre de las redacciones. La independencia, coincidieron los ponentes, requiere transparencia: saber quiénes son los dueños, los anunciantes y los decisores detrás de cada medio.
Los algoritmos transmiten tanto confianza como la desconfianza
Entre cifras, datos y diagnósticos, flotaba una sensación común: la desconfianza crece y el interés por las noticias cae. Pero también que aún hay espacio para la esperanza. Profesores y expertos como Alfonso Sánchez-Tabernero, Ramón Salaverría y Mercedes Medina coincidieron en que el futuro del periodismo depende de su capacidad de gobernarse desde la misión, resistir la desinformación y adaptarse sin traicionar sus principios.
En los pasillos del encuentro, entre cafés y notas apresuradas, quedaba claro que el periodismo no está muriendo: está mutando. Como toda forma de vida, busca sobrevivir aferrado a lo esencial —la verdad, la ética y la libertad— mientras aprende a convivir con los algoritmos que ya laten en su corazón.
