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“Allegiance”: la lealtad puesta a prueba en un drama policial profundamente humano

En un mundo saturado de series policiales, Allegiance logra algo poco común: encontrar humanidad en medio del uniforme.

Este nuevo drama canadiense de CBC no solo sigue casos criminales, sino que explora las grietas morales y personales detrás del deber.

Ambientada en Surrey, Columbia Británica, la historia gira en torno a Sabrina Sohal (Supinder Wraich), una joven oficial recién graduada cuya vida da un giro inesperado cuando su padre, un político respetado, es arrestado. Entre la presión del trabajo y la herida familiar, Sabrina se debate entre la lealtad al uniforme y la lealtad a la sangre.

Calma, carácter he inteligencia ante la adversidad

A través de sus investigaciones —un niño desaparecido, una ola de sobredosis, el eco del odio supremacista— la serie revela un retrato honesto del presente: el racismo, el poder, los privilegios y las heridas que laten bajo la idea de justicia. Sabrina enfrenta prejuicios dentro y fuera del cuerpo policial, incluso de sus propios compañeros, mientras aprende que ser vista como una “mujer de color en uniforme” puede ser tanto un peso como una fuerza.

Más allá de los clichés del género, Allegiance brilla en los silencios, en las miradas, en la tensión que se construye sin necesidad de disparos. Su ritmo atrapante y su fotografía orgullosamente canadiense muestran una tierra diversa y compleja, lejos de la imagen perfecta del “país pacífico”.

Con interpretaciones sólidas y una sensibilidad poco común en este tipo de historias, la serie no intenta ocultar los problemas sociales que enfrenta su país. Al contrario, los ilumina.
En solo dos episodios, Allegiance logra lo que muchas series no: transformar el procedimiento policial en un espejo emocional y político de nuestra época.

Oscar Alas

Crítico de cine

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