19 abril 2024
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El 2010; ¿Es el Año Internacional de la Biodiversidad o de la Astronomía?

Hace 18 años en la cumbre de Brasil, la ciencia denunció el comportamiento inestable del clima y se preocupó por proteger el medio ambiente. En el 2009 Bolivia desconoce el tratado de Copenhague. Y en Italia conmemorarán que Galileo Galilei en 1610 descubrió los satélites de Júpiter. Por ello proclamarán al 2010, como el Año Internacional de la Astronomía.

Fue en el año 1992 en la Cumbre de Río de Janeiro, donde se trató por primera vez sobre la Diversidad Biológica, porque los científicos ya denunciaban que los cambios climáticos eran provocados por los desechos tóxicos industriales. A esa cumbre se la llamó ‘Cumbre de la Tierra’. Y esa preocupación de las naciones del mundo, se fue plasmando de cumbre en cumbre hasta alcanzar un documento en el 2006. Ahora solo restaba redactar las normas.

Tras el fracaso de la Cumbre en Dinamarca
El 19 de diciembre del 2009, en Copenhague, llamada ‘Cumbre de los cambios climáticos’, se firmó un documento con medidas para nada contundentes con las soluciones que trabajosamente tuvieron los delegados en anteriores cumbres. El sentido común sostiene que se debería haber resuelto por una ley que suspendiera las emanaciones de gases CO2. Como también instrumentar sanciones para los países que siguieran perjudicando a los demás con sus desechos tóxicos.

Sin embargo, nada de eso ocurrió. El sentido común como en otras cosas de la vida, en Copenhague también fue el menor de los sentidos.

Todos sabemos como terminó la cumbre de Copenhague, con una declaración débil en cuanto a compromisos de contaminación, pues se recortaría un 38% los gases tóxicos. Sin embargo no se prevé sanciones para quien no llegue a esos objetivos. Y en reconocimiento a esa falta de sentido común, los países que industrializan a través de los gases tóxicos, le darían un dinero a los países que serían más afectados por compensación de posibles daños.

Esto habla a las claras, que aquella preocupación que los países llevaron a Copenhague, en base a las denuncias de los científicos, (desvío de las corrientes marinas, desprendimiento anticipado de los glaciales, etc. y etc.) que estarían provocando el efecto invernadero y el calentamiento global, con el peligro de un futuro 2050 con agudas transformación para el clima, con hundimiento de países y grandes cataclismos. Todo eso se arreglaba sacándoles plata a los países industrializados.

Uno siempre tiene la esperanza de entender a las personas que están al frente de los destinos de la humanidad, en este caso de la ONU. Es una difícil tarea la que desempeñan los mandatarios que lideran las naciones. Tienen la responsabilidad de hallar soluciones de convivencia y de posibles conflictos entre los países que la integran. En regla generales los líderes, la llevan bien. Claro, siempre los países más poderosos tienen la facultad de hacer guerras y presionar para hallar la paz. Más aún cuando esa guerra se trata de intereses económicos.

Como la mayoría de los países integrantes de la ONU, en mayor y menor cuantía aceptaron plata para votar el tratado de Copenhague, no es tan congruente llamar al 2010 como “Año Internacional de la Diversidad Biológica’.

El 2010; ¿Será Año Internacional de la Biodiversidad o de la Astronomía?
Al cumplirse 400 años de que el astrónomo italiano Galileo Galilei descubrió los satélites de Júpiter, la Unión Internacional Astronómica clausurará el Año Internacional de la Astronomía con un simposio que se realizará del 6 al 9 de enero, en Padua, Italia.

El descubrimiento de las lunas Médicis por Galileo tuvo lugar en Padua del 7 al 15 de enero de 1610. El hallazgo añadió cuatro nuevos mundos del sistema solar conocido y asestó un golpe a la Tierra, la cual se creía era el centro del Universo.

Para recordar el memorable acontecimiento y examinar su influencia en la ciencia y las humanidades, así como el estado actual que guarda Júpiter, la Unión Astronómica Internacional llevará a cabo este simposio como clausura del Año Internacional de la Astronomía.

El programa integra el recuento histórico de aquella observación realizada por el astrónomo hace 400 años, las percepciones populares de Galileo y su legado, la futura exploración a Júpiter con la misión “Juno”, así como de Mercurio por la sonda “Messenger”.

Reflexionemos sobre que sería más importante para la humanidad a la luz de los acontecimientos climáticos que están azotando a todos los países por igual; centrar la atención de cómo importar cubitos de hielo desde la Luna o resolver el flagelo que nos condena con la destrucción de lo que hoy conocemos como El Planeta Tierra.

Ofende preguntarse; ¿A que darle prioridad en este año?.
No tomar conciencia que los gases carbonos, culpables del efecto invernadero, que son quienes están enfermando el ecosistema y deteriorando las condiciones de vida de las especies en la tierra, es vivir totalmente en la burbuja de la indiferencia. Yo diría que las empresas que están ganando millones de dólares al día a través de la venta de cosméticos y derivados del petróleo (principal industria que daña el medio ambiente), también deberían estar muy preocupadas. Tanto los empresarios de estos sectores como los países que defienden sus economías, debería reflexionar en hacer algo. Porque de no hacer nada, cada cataclismo climático va en perjuicio de sus futuras ventas. Los fenómenos atmosféricos no hacen segmentación de mercado y destruyen todo por igual.

Un ejemplo que expresa como afectan los compromisos del cuidado del medio ambiente lo tuvo el presidente de Brasil ‘Lula’ Da Silva. Mientras el primer mandatario norteño aprobó en la Cumbre de Copenhague la ley de reducción en un 38.9% de las emisiones de gases efecto invernadero, vetó el articulo vinculante que limitaba el uso de combustibles fósiles.

¿Cómo es la cosa?. En lugar de impulsar políticas de Estado para pasar a un tipo de ‘Energía y/o combustible más limpio’ como sostuvo hace cuatro años atrás, opta en sus decisiones hoy, por las reservas halladas últimamente de petróleo en el mar frete a sus costas. Y pese a que Lula defendió en todo momento el Protocolo de Kioto, que hablaba ya del recorte en las emisiones de CO2 quedó cruzado con el mandatario boliviano Evo Morales cuando éste llamó a cortar con ‘la cultura de la muerte’ en franca alusión a la tibieza de las expresiones de sus colegas con respecto a la crisis por el calentamiento global.

La única forma de salvar el Planeta es la de instaurar un modelo económico que no lo dañe y el compromiso de todos los países de cumplirlo, expresó el presidente de Bolivia. ‘Lo que quieren es dividir con la plata a los que luchan por la vida’, sostuvo Morales. Y culminó diciendo que no reconocería un documento en el cual su país nunca fue consultado. El presidente de Bolivia, que aseguró “tener mucha premura”, fue todavía más explícito cuando en lo previo a la votación dijo: “Circula por aquí y por allá un documento que no es de consenso. Nos informan de que Dinamarca ha invitado a países amigos, y yo me siento amigo de Dinamarca, pero no he sido invitado a participar de tal documento. No es posible que nos consideren enemigos”.

Esto fue manifestado por el presidente boliviano en alusión al grupo de 25 países que logró a las desesperadas acercar posiciones a puerta cerrada para alcanzar el acuerdo. “Lamento mucho esta forma de excluir, aunque saludo que en el último momento nos hayan permitido expresar nuestras enormes preocupaciones”, dijo Morales al final de su exposición.

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