Escenas comunes

Cuando íbamos a las matinées del cine del barrio solían darse situaciones como las que se detallan a continuación:

• Adelanto de Joker 2
• Ritchie Blackmore en abril sopla velitas
• Salsa crema de espinaca
• La moda de la capital española
• Cometa Diablo pasa el 8 de abril

La mayoría de los perros son inmortales.

Lassie, alguno calcula por ventura, cuantas perras collies actuaron en el papel de Lassie.

Además hay un dicho entre nuestra generación que dice: “Más bueno que Lassie”.

No se ha publicado la estadística de los mordidos por la amiga de los niños.

Otro que era un mal parido y que fue protagonizado por un lote de perros fue Rin Tin Tin.

Con el primero bastaba que el director dijera corten, para que, ipso facto, mordiera al actor que trabajaba con él.

Se han percatado que los teléfonos de EEUU, todos empiezan con 555.
Nosotros somos más humildes empezamos con 2 en Montevideo y 4 en el interior, para qué agregaron esos dos números nadie lo explicó, claramente en Antel, Bah… dejemos la cosa por esa plata porque Antel tiene muchas cosas más importantes que explicar como los amigados Olimareños, que costaron una fortuna y salieron una fortuna.

Ahora hay un aviso de Antel que dura 40 segundos y no me doy cuenta a santo de qué, debe ser porque yo soy muy limitado o los acreedores del ente ilimitados.

En las películas, antes de hacer una pregunta, siempre se dice: “Te puedo hacer una pregunta”.

Acá te preguntan a boca de jarro y si te gusta o no es problema tuyo y no del preguntón.

En los bailes callejeros, todos los que están en la vuelta conocen los pasos y siguen el baile.

Eso a nosotros nos hace sentir un tanto troncos.

Cuando están a solas, los extranjeros prefieren hablar inglés entre ellos (ahorro del doblaje).

A nosotros desde niños nos enseñaron que hablar entre nosotros, en secreto o en otro idioma que no conocen los que están presentes, es de mala educación.

Cuando prenden el TV aparece el noticiero vinculado directamente con el tema de los que lo están escuchando.

Acá nos podemos escuchar todos los noticiarios del dial y no nos enteraremos de nada vinculado a nosotros y nos meten avisos como quien lava y no plancha.
El desayuno ese que son unos panqueques, con tocino y un montón de cosas indigestas, como huevos fritos y no sé como hacen para que el médico no les pare el carro con el asunto del colesterol, salvo que sean un anuncio de algún medicamento contra el colesterol y los triglicéridos.

Una vez un tío mío, afuera me dijo que los gauchos desayunaban con asado y me enchufó una chuleta y creo que todavía estoy asqueado y tratando de hacer la digestión de la misma, porque tuve el gusto a la chuleta y el estómago pesado como una semana.
No me agarran de vuelta en eso ni mamado.
En las películas policiales a las cinco de la tarde los policías se meten sistemáticamente en lugares donde hacen el baile del caño y algunos espléndidos le ponen unos billetes en la liga.
El oficial de policía de mayor rango despedirá a su detective preferido y le dará un plazo para resolver un caso.

Acá les tienen que hacer un sumario y si no los pescan en algo muy sucio y con las manos en la masa, para destituirlos como buenos empleados públicos que son, necesitan la venia de las cámaras y en las películas el oficial a cargo los despide en un santiamén, retirándoles la placa y el chumbo.

Hay una balacea de la gran siete, los muertos a sus bolsas negras de plástico y a los buenos los largan sin grandes interrogatorios y la policía técnica bien gracias, los largan derechito de la escena del crimen y no aparece ni un juez de paz.
Salvo en las CSI, en que a los fiambres los abren como pollo para la parrilla, después los cosen con una engrapadora y hasta peinados quedan.

Acá interviene la técnica, hasta para un ajuste de cuentas en el Borro, claro que después no llegan a ninguna conclusión, aunque el homicida confiese que fue él.

El detective después de despedido, de puro terco resuelve el caso él por si solo y no reclama por despido abusivo, ni por abuso de inferioridad psicológica.

Al muchachito como le decíamos antes, siempre le designan un adjunto con el cual se llevan a las patadas, pero al final o matan a uno de ellos o terminan amigos, como chanchos del mismo chiquero.

Todas las camas tienen sábanas hasta las axilas en el caso de las mujeres y hasta la cadera en el caso de los hombres.
El catchascán (catch as you can) que tuvo la pareja en la cama, al levantarse, el tendrá todavía los calzoncillos puestos y ella se levantará cubierta por la sábana y correrá a ponerse una bata que oportunamente está ahí, a mano.

Estén donde estén las parejas, no se dan un bañito previo ni una cepillada de dientes, ni por decreto y todo bárbaro.

A la mañana siguiente arrancan como si nada y de vuelta al bombo y los platillos y ni un agüita para despejar el ambiente.
Las mujeres suelen salir desnudas ante las cámaras, pero los hombres saldrán de perfil o de tres cuartos o de espaldas.
A Alain Delon que tenía flor de pinta, en una película salió entero allá a lo lejos y las damas se mofaban de él y lo criticaban porque tenía la herramienta de tamaño pequeño.

Claro, porque ninguna había ligado nunca con un pintún como él, aunque ahora está más viejo que el león de la Metro.

Dicen que el león de la Metro era leona porque siempre estaba en cinta, chiste viejo y malo, pero hay que ponerle condimento al artículo.

Volviendo al lindo, digo yo, las mujeres que se habían clavado con la pinta del Alain, cuando encontraban, aquello de tamaño insatisfactorio que se fueran a quejar a magoya.
No lo eligieron por la herramienta sino por la pinta.

Hablando de pinta mucho peor les fue a aquellas que suspiraban y con sus suspiros le empañaban los lentes a toda la platea por la pinta de Rock Hudson y en todas las películas hacía puré a un pueblo a las trompadas, medía como dos metros, y cuando murió todos nos enteramos que durante la guerra estuvo trabajando en la cocina de un barco y que murió de Sida en los brazos de Elizabeth Taylor.

La seguiremos porque el tema tiene sus atractivos y sus contratiempos.