Industria de las armas: hablan de paz y caen sus acciones
Las ventas de armas vuelan en un mundo en guerra: los fabricantes baten récords mientras crecen los conflictos
En un planeta atravesado por guerras abiertas y tensiones que no cesan, la industria armamentística vive uno de sus momentos más prósperos, están en su era dorada. En 2023, las cien mayores empresas del sector alcanzaron ingresos por 632.000 millones de dólares, un aumento del 4,2% que revela una realidad incómoda: cada estallido bélico se traduce en nuevas líneas de producción y en balances más abultados.
Desde Estocolmo, el Instituto Internacional de Estudios para la Paz (SIPRI) detalla que el crecimiento se extendió por todas las regiones, pero con un impulso particularmente fuerte en Rusia y Oriente Medio. En un año marcado por las guerras en Gaza y Ucrania y por las tensiones persistentes en Asia, los fabricantes más pequeños demostraron ser los más ágiles para responder a la nueva ola de demanda.
Un sector que acelera mientras el mundo se enciende
Casi tres cuartas partes de las empresas del Top 100 aumentaron sus ingresos. Muchas ampliaron plantas, extendieron turnos y lanzaron campañas de contratación. El mensaje detrás de esa expansión es claro: la guerra mueve dinero, y el dinero mueve producción.
“Las cifras aún no reflejan toda la magnitud de la demanda”, advirtió el investigador Lorenzo Scarazzato, subrayando un fenómeno que parece lejos de frenarse en 2024.
Estados Unidos: gigante con pies de barro
Las empresas estadounidenses siguen dominando el mapa global: 41 compañías sumaron 317.000 millones de dólares, la mitad del total mundial. Sin embargo, incluso los titanes tropiezan. Lockheed Martin y RTX —los dos mayores productores del planeta— registraron caídas por los problemas persistentes de sus complejas cadenas de suministro, especialmente en aeronáutica y misiles.
Es el recordatorio de que incluso la mayor maquinaria industrial puede oxidarse cuando el mundo demanda más rápido de lo que se puede fabricar.
Europa: rezago entre contratos antiguos y urgencias nuevas
Las 27 empresas europeas apenas crecieron un 0,2%. Puede sonar a estancamiento, pero detrás de ese número hay plazos largos, contratos heredados y sistemas complejos que tardan en responder a los sobresaltos geopolíticos.
Aun así, países como Alemania, Suecia, Polonia o Noruega sí surfearon la ola, empujados por la guerra en Ucrania. Rheinmetall, por ejemplo, amplió su producción de munición y vio elevarse sus ingresos por los tanques Leopard y los programas de “intercambio circular” para rearmar a los aliados que envían material a Kiev.
Rusia: ingresos disparados bajo la exigencia del frente
En plena guerra, Rusia vivió el mayor salto proporcional: sus dos empresas en el Top 100 aumentaron ingresos en un 40%, con Rostec a la cabeza gracias a una expansión masiva de la producción de aviones, drones, tanques y misiles.
Pese a la falta de datos transparentes, los analistas coinciden: la industria rusa opera a ritmo de economía de guerra.
Asia y Oceanía: el nuevo epicentro del rearme
Corea del Sur y Japón fueron los grandes protagonistas de la región. Las empresas surcoreanas crecieron un 39%, impulsadas por ventas globales y exportaciones a Europa. Las japonesas, por su parte, aumentaron un 35% tras la decisión del gobierno de reforzar sus capacidades militares en 2022.
En un continente donde la percepción de amenaza crece año a año, el mercado de armas se expande con fuerza.
Oriente Medio: ingresos récord bajo la sombra de Gaza y Ucrania
En Oriente Medio, las seis empresas del ranking incrementaron ingresos en un 18%. En Israel, el estallido de la guerra en Gaza llevó a las tres compañías del país a alcanzar su mayor nivel de ventas jamás registrado. Turquía también escaló gracias a sus UAV, municiones y la búsqueda de autosuficiencia militar.
El conflicto alimenta la producción, y la producción, a su vez, alimenta una región donde la volatilidad nunca se detiene.
Otros datos que completan el mapa
China tuvo su crecimiento más bajo desde 2019: +0,7%, con 103.000 millones de dólares.
India avanzó un 5,8%, hasta 6.700 millones.
Taiwán destacó con un +27%, impulsado por su única empresa en el ranking, NCSIST.
Baykar (Turquía), productora de drones usados en Ucrania, generó el 90% de sus ingresos a través de exportaciones.
El Reino Unido vio el mayor salto en el sector nuclear militar, con la empresa AWE creciendo un 16%.
Un balance que deja más preguntas que respuestas
Los datos del SIPRI confirman una tendencia inquietante: mientras el mundo se militariza, la industria armamentística atraviesa una edad dorada. Cada punto porcentual de crecimiento refleja, en algún lugar del mapa, un conflicto que se intensifica o un país que teme lo que pueda venir.
La economía de la guerra sigue avanzando. Y aunque las cifras expliquen la magnitud del negocio, no alcanzan para describir el costo humano que lo sostiene en silencio.

Cuidado con los chinos porque no se meten en las guerras pero les van todo lo que necesiten sus amigos para que se defiendan.
Lo único que te garantiza la paz en este mundo es armarte hasta los dientes para la guerra. Por eso los países gastan que gastan mucho en armas pueden garantizar mas la paz a sus habitantes.