16 abril 2024
INSÓLITOS

Inflación Argentina

El creador le dio todos esos bienes, pero para compensar tal despropósito de riqueza les incluyó a los peronistas y otros improvisados que se suben al ómnibus y se dicen peronistas y si quieren al pueblo es para usarlo y luego darle una pateadura.
Perón al final de la II Guerra Mundial dijo que toda Europa podía comer un mes con lo que se tira a la basura en un fin de semana en Buenos Aires y no creo que haya exagerado.

Votan a Menem, nadan en dinero fácil y luego le echan las culpas de todo al “turco”, por las privatizaciones.
Con mi primer sueldito de pinche me fui con un par de amigos a Buenos Aires y sin perjuicio de las locuras, tiros y besos, me compré un par de trajes, uno de hilo de Holanda, un surtido de camisas de vestir, en Chemea, para ir al laburo todos los días, dos pares de zapatos y otros abalorios, sin contar regalos varios, la noche y ainda o demo e aindamais.

Ida y vuelta en Pluna, en los viejos VickersViscounts.

Cuando “la plata dulce” me compré todo, fui sin ropa y me vestí de arriba abajo y me di el lujo de comprarme el tal saco azul en González, la mejor sastrería de Buenos Aires, en la calle Lavalle entre otras cosas, me comí todo, fui a todos los espectáculos y lugares, a los taxistas les dejaba 10.000 australes de propina, dos pesos nuestros, los tacheros a los besos y abrazos con los hermanos uruguayos.

Hoy no existe más ni Chemea, ni casa González, unos derrotados por la camisas chinas y la otra por la misiadura.
Últimamente antes del K estábamos bastante a la par, salía lo bueno caro y lo berreta más barato.
Lo que ellos siempre tuvieron es gran variedad en gustos en las telas y en las cosas.
Claro que en Florida los porteños ya no andaban elegantemente vestidos de traje y con el pelo engominado, ni en las peluquerías te hacían una afeitada que te dejaban la caripela suavecita como seno femenino.

Antes a los vendedores ambulantes se los llevaban presos por tener mercadería en un morral sin exhibirla, ahora en cualquier momento, en cualquier lugar, ponen unos trapos en el piso y venden cualquier cosa, pero son improvisados pero lo que venden llama la atención, tienen inventiva.
Atentti pebetes se les volvió a escapar la yegua y rumbeó para el campo como para no volver.

La Sra. K quiere expropiar todo, claro que con un concepto muy personal de lo que ella, presunta abogada que no muestra el título, entiende por expropiación.
Se apodera de un bien de un tercero, por lo general enemigo del régimen, a cambio de papeles estatales incobrables como contraprestación.
Castiga al campo y nuestro pequeño país, actualmente, exporta más carne que la Argentina y ahora se puso mala con nosotros y no nos compra más el famoso asado argentino de vacas uruguayas.

Hay un mal síntoma, los sindicatos se le están dando vuelta, los cuales le eran incondicionales y ya hacen campaña a favor de ellos mismos.
El de los camioneros se ve sentado en el sillón de Rivadavia que si hubiera un patriota argentino, que se precie de ser patriota y argentino, tendría que sacarle unas buenas fotos para la historia a dicho sillón e incinerarlo para que cualquier tránsfuga, no se sienta con derecho a usurpar tal asiento.
El que venga que se siente en un banquito de tambero, ese que tiene una sola pata y hay que hacer equilibrio para no caerse.
Arrancaron los saqueos, claro que no son saqueos de arroz y otros productos de primera necesidad, sino de bienes que son necesarios pero no indispensables, la policía recuperó unos plasmas de 40’, botellas de whisky y otros lujos.

Hubo muertos en la represión policial, pero los saqueadores no lo hacen por desesperación, sino que son ladrones comunes y corrientes, en patota, que aprovechan la situación coyuntural.
Están tomando medidas para evitar el elemento “contagio”.
Es simpática la palabra contagio, me recuerda a cuando éramos niños y no existía la vacuna para evitar el sarampión y la vieja nos llevaba de visita a la casa del enfermito, para que nos agarráramos el sarampión y de esa forma quedábamos vacunados de por vida.

Pero el sarampión seguía existiendo y con los saqueos es igual.
Parece chiste que la Presidenta de la Nación como les gusta a ellos llamar a la República y a ella que la llamen así, habla del efecto contagio y me recuerda a mi padre que decía “En vano es pedirle moralidad a las hijas cuando la madre es p…”, mejor dicho ejerce el meretricio.

Que dejen de robar los de arriba que los de abajo se arreglan solos.
Ahora tenemos la de Rippley: “Argentina imprime dinero a un ritmo cinco veces mayor al de EE.UU.”

Eso si que es imprimir billetes los cuales se destinan exclusivamente a pagar los gastos del Estado.

Con el aumento desproporcionado del circulante la moneda argentina se desvalorizó y desvaloriza permanentemente.
El dólar cuando uno lo cambiaba en las casas destinadas a tal fin lo tomaban a $ 4.- y nos sacaban poco menos que una foto de frente y de perfil, cédula de identidad, procedencia, y hotel en que estábamos, nos sentíamos unos delincuentes de cuarta.

El precio cambia día a día y cambiarlo en los arbolitos (eufemismo para los clandestinos que están impunemente en la puerta de los cambios) puede redituar hasta $ 7.- , cosa que puede mejorar si al que me vende un par de zapatos o alguna ropa le pago con dólares, me va a hacer una cotización muchísimo mejor porque los hará valer en el mercado negrísimo donde compra la mercadería.

En cualquier momento estaríamos hablando de una desvalorización de la moneda argentina en un 100% con relación al dólar.
La cantidad de pesos en manos de los habitantes y en las cuentas bancarias de estos aumentó un 39% el año pasado.
La inflación se estima en un 25% anual.

La brillante idea de K que cayó en default por no pagar en 2001 U$S 95.000 millones (si 95.000.000.000 de dólares escrito así es mucho más gráfico) llevó a que se le cerraran los créditos internacionales en todo el mundo y los que no le cerraron no tienen o no pueden, Cuba por ejemplo y están subidos en el anca de un piojo, apostando a la salud del venezolano Chávez, de cuya salud sabemos solamente por informantes totalmente interesados, que está mejorando dicen los chavistas y que tiene una pata o las dos en el cajón los antichavistas.
Pero la verdad del pepino es que los precios al consumidor en Argentina en noviembre aumentaron un 10.6%con respecto a un año antes, todo ello según el Instituto Nacional de Estadísticas de la vecina orilla, que su director integra el staff K.

Si Argentina explota, ya sabemos cómo es el tema, porque esta película ya la vimos, con otros actores y el mismo libreto.

Un comentario en «Inflación Argentina»

  • Hoy estamos de acuerdo con El Reporte, será porque llega fin de año, lo malo es que siguen dándole a la maquinita los de al lado, en poco tiempo nos van a joder a nosotros, no le parce?
    Saludos y felicidad

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *