20 abril 2024
INSÓLITOS

Seres humanos chips

El profesor Juan Manuel de Cózar argumenta en su reciente trabajo sobre ‘Nanotecnología’, el mejoramiento genético de la especie y vaticina la llegada del Homo sapiens 2.0.

Hombres conectados a discos duros para incrementar su capacidad cerebral. Un mundo capaz de librarse de enfermedades como el parkinson, el alzheimer o el cáncer. Estas ideas sirven para escribir el guión de una película de ciencia-ficción. Sin embargo, los tratamientos médicos que mejoran las cualidades genéticas de las personas que se someten a ellos ya son una realidad. Pero, ¿hasta dónde puede llegar la especie humana?

El profesor del Departamento de Historia y Filosofía de la Universidad de La Laguna Juan Manuel de Cózar argumenta la futura llegada del Homo sapiens 2.0 en un trabajo sobre nanotecnología y su relación con el medio ambiente y la salud, por el que acaba de recibir un premio de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI).

¿Qué es la nanotecnología?

La nanotecnología es cualquier tecnología que estudia, controla y manipula la materia a escala nanométrica, es decir, a la escala de la milmillonésima parte del metro. Ya existe tecnología con la que se pueden crear nuevos materiales, procesos o dispositivos que tienen muchísimas aplicaciones prácticas. Dependiendo del campo, pueden servir para mejorar los materiales de construcción, energía, transporte o salud. La nanotecnología es un conjunto de aplicaciones muy grande.

Juan Manuel de Cózar

¿Cómo se aplica la nanotecnología a la salud?

Hay una gran variedad de aplicaciones pero, por ejemplo, se están desarrollando nanobiosensores para poder detectar en el organismo infinidad de indicadores que dirán cómo está nuestro organismo. Esto ya se hace con los análisis de sangre pero se pueden lograr mejores resultados sobre la detección temprana de las enfermedades con la nanotecnología. También hay un tratamiento aprobado por la UE contra los tumores cancerígenos del cerebro donde las nanopartículas se pueden dirigir hacia sitios muy precisos y no sólo sirven para localizar las células tumorales, sino también para destruirlas sin dañar los tejidos sanos. Esto es muy importante porque son tecnologías muy poco invasivas, muy efectivas, con muy pocos efectos secundarios, y algunos dicen que más baratas, puesto que se ataca a la enfermedad antes y de forma más efectiva. Además, se está aplicando a la creación de prótesis de alta tecnología que son muy superiores a los órganos que reemplazan.

¿Cuáles son los problemas que podría causar esta tecnología?
Tenemos todo un panorama de posibles dificultades y lo que hace la bioética es centrarse en esos posibles problemas o dilemas. A veces, da la impresión de que los que hablamos de esto somos muy catastrofistas pero si las cosas van bien, no hay de qué preocuparse. Los problemas hay que analizarlos a corto, medio y largo plazo. A corto plazo tenemos problemas con la toxicidad o los efectos secundarios que podrían tener esos tratamientos. En el momento en el que se introduzca algo en el cuerpo humano, hay que estudiar muy bien qué efectos negativos puede tener, no sólo los positivos.

¿Y a medio y largo plazo?

Los costes sanitarios cada vez están más disparados. La población vive más años y, evidentemente, exigimos los mejores tratamientos para nuestros familiares y esta alta tecnología tiene un coste. Se podrían plantear dificultades en la distribución de los recursos puesto que hay que decidir a quién se le da prioridad y qué tratamientos se le aplican. Imaginemos que hay tal presión a favor del desarrollo de la nanomedicina que se descuidan los recursos para la atención sanitaria más convencional como las campañas de vacunación e higiene en los países más pobres. Puede haber problemas de privacidad de la información médica y el paciente podría entrar en un estado permanente de ansiedad porque va a tener a su alcance dispositivos que le permitirán controlar su salud, por lo que la relación entre el médico y el paciente se alterará.

¿En qué sentido?

Hasta ahora hemos hablado de tratamientos para curar enfermedades pero se puede contemplar la aplicación de la nanotecnología al cuerpo y la mente para mejorarlos. Ya se están dando casos en los que un paciente es intervenido quirúrgicamente para curarle de una enfermedad y se le da una capacidad superior. Por ejemplo, hay personas que se han operado de la vista y ven mucho mejor de como deberían por su dotación genética.

¿Qué es el Homo sapiens 2.0?

Ya estamos entrando, a pequeña escala, en lo que se llaman fibos –combinaciones de partes humanas con técnicas– pero si seguimos por esa línea podríamos llegar a hacer una raza mejorada: el Homo sapiens 2.0. En este punto, puede ocurrir que consigamos hacer una especie mejorada o que nos fueramos dividiendo entre los que estamos mejorados y los que no. Son cuestiones a largo plazo sobre las que ya deberíamos ir pensando.

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