5 octubre 2024
CRÓNICAS

Volvió a aumentar la familia

Fue para Nochebuena o Noche vieja, que apareció el mentado con tarjeta al cuello con nombre y todo. “Balú” un proyecto de Labrador, de un mes y algo, con bolsa de comida incorporada.

Soy bichero de ley, todo bicho con cuatro patas que lleguen hasta el suelo, forrado de cuero y con cola movible y que ladre me gusta.
Me gusta ponerles nombre de cristiano, pero en el caso de marras, vino hasta con tarjeta de presentación que decía soy Balú.

Comousté es nombre de un perro de Guayabo, entre Algorta y Guichón, nombre que tiene su origen en la picardía de nuestra gente de campo, porque cuando aparecía un forastero y preguntaba cómo se llamaba el perro, le decían “Comousté” y el preguntón decía “Ah… Rudecindo?”.

“- No. Comousté!.”
“- Puej, Rudecindo!”
Y así seguía la cosa hasta que tenían que explicarle al buen señor que el señor perro se llamaba Comousté de nombre.
Otro nombre lindo para perro es “Cuál”.

Entonces cuando preguntan el nombre y uno le dice “Cuál”, el curioso empieza con las explicaciones, el corbata blanca, medio malacara, aquel?, -No señor, “Cuál le dije”, pero yo se lo estoy señalando!.

-Ese mesmo!…
¿Y cómo se llama?, -¡Cuál!
–“Puej, el que le señalé!”
-“Cuál” y así podía seguir la cosa zonceando con el curioso.
Lo que pasa que en el campo las veladas son largas y con esos juegos de preguntas y respuestas se iba llevando la jornada y se iba midiendo la personalidad del preguntón como para agarrarlo para la chacota o si era medio nervioso tenerlo en cuenta para cualquier lío que se pudiera armar.

Mi aspiración fue otro dobermann como el finado Lucas, pero, cuando anda Santa Claus en la vuelta suele ser como la cigüeña, como le decían a aquel mozo en el boliche, que siempre traía el pedido cambiado.

En vez de dobermann fue Labrador, como lindo es lindo, pero el dobermann es perro serio, de modales, no es atrevido, ni siquiera ronca dormido, es un señor perro.
El Labrador tiene más nervios que “milanesa de fonda”, no para para nada, todo el santo día amolando.
Ropa tendida, no como cuando éramos chicos que decían los viejos, cuando estaban hablando mal de una vecina y estábamos nosotros con la oreja al servicio de la información, en vez de decir “guambia” nuestra madre decía “hay ropa tendida” y se frenaba la noticia.

Ropa tendida con el Labrador es ropa boleta que termina debajo de la cuerda, tironeada y revolcada, y si la cosa da para farra hasta termina con algún agujero o deshecha.

Rompe en especial la ropa que tiene especial aceptación o valor afectivo por parte de la dueña de casa, porque si rompe algo mío, lo apaño y lo tiro, voy rápidamente a comprarme algo muy parecido, para evitar entredichos y como soy culpable in litis limine, pago y a otra cosa, sin que me rezonguen de yapa, por daños de perro introducido en mi casa por otros, no digo yo, que papá Noel tiene pinta de gordo mamado.
O sea, la dueña de casa trae la mascota y la mascota le mastica la ropa, pero la culpa de la tropelía es siempre de uno.
Es lo mismo que cuando el gurí hace una zafaduría y a uno le increpan “¡Mirá lo que hizo tu hijo!”.

Uno tiene una puntería para que le caiga siempre la culpa que ni se sabe.
No pedí nada para el viejito con pinta de borracho, pero que la Coca Cola lo pintó de colorado, cuando empezó con el negocio Papá Noel era verde, y sin ser Made in Usa sino nórdico, la Coca made in Atlanta, lo pintó de su color.

Los primeros tiempos, dos o tres meses duerme el tipo en la cocina y hay que trancar la puerta de vaivén porque el cachorro es chico pero pecha fuerte la puerta y aparece en cualquier lado haciendo cualquier tropelía.

Las moquetes suelen ser parecidas al pastito para una buena pishada.
Mastica muebles, zócalos, lo que venga, siempre me gustaron las plantas y tenía un lindo patio enjardinado, con todo tipo de plantas florales.
No dejó planta sin deshacer, pero además con saña vaciaba totalmente las macetas y jardineras desparramando a diestra y siniestra la tierra.

Lo último que destruía era la maceta, ya fuera de plástico, de tierra cocida o de cerámica.
Tengo un estanque lleno de plantas y peces y a los peces no les llega pero a las plantas las tiene en jaque aparecen en el terreno secas por unanimidad.
Una capacidad para el destrozo tenía el bichito que no dejaba títere con cabeza.
Pero al pernoctar en la cocina, todo lo que colgara de la amplia mesada o de la mesa que oficiaba de mesa de comedor diario, con sus avíos “para recrear las vistas”, como dirían en mi pueblo,y los controles remotos, todo lo cual lo jalaba y hasta que no lo bajaba al piso no cejaba en el intento, sin perjuicio de algunas cosas de maderas hacerlas añicos con esos dientecitos como alfileres.
Se salvó un centro de mesa de cristal de pura chiripa, aunque un montón de veces terminó en el borde de la mesa.
Si la puerta de la despensa quedaba abierta por un descuido al minuto las hawaianas de la empleada estaban en el medio de la cocina siendo fagocitadas por el infante perruno.
Dicen los que saben que los animales actúan por instinto y las personas por inteligencia, no habría que invertir los términos o utilizar otros adecuados, cuando por olvido o inadvertencia dejan las puertas abiertas o las cosas al alcance de las fauces del pequeño monstruo destructor.

Las funciones fisiológicas logré adoctrinarlas con el premio nobel a la constancia y a la paciencia que me lo debe la real academia sueca.

A las doce de la noche lo sacaba a hacer el pichicito y él tenía ganas de jugar.
Lo volvía a entrar y lo dejaba que se durmiera y lo volvía a sacar y lo llevaba al pastito alto para que le tocara la zona pudenda y lo inspiraba, y ni bien exoneraba la vejiga lo traía a dormir inmediatamente.
Ponía el despertador a las 6 de la mañana y lo sacaba al fondo para que cumpliera con el débito y le daba de comer (otro estimulante para el reflejo condicionado salvo que el ruso Pavlov nos haya engrupido con lo del agua y la saliva perruna).
Con todo unas cuantas veces se le escapaba el pichicito al lado de la puerta de salida o de la despensa.

Claro que la culpa de sus pichís o sólidos siempre fue mía, always absolutamente mía.
Por suerte la otra semana me tuvieron que operar y al infante perruno le tocó pernoctar y vivir afuera, no jugó a los coyotes toda la noche, ni lloró y tampoco lo robaron como es práctica de esta época.
Te afanan en el perro y te piden rescate o los vecinos ponen un cartelito en los árboles con la foto del rehén perruno y ofrecen recompensa y dejan un número de teléfono impreso en varias tiritas del cartel.
Los chorros se hacen los que lo encontraron en la calle, cuando uno tiene el terreno totalmente amurado, las puertas son de reja por las que le perro no puede pasar y se abren solamente con control remoto.

El perro ni que fuera Mandrake se puede escapar, simplemente los amigos de los ajeno trapan el muro o la reja, usando los tres escalones de la siguiente forma: el primero el mata perro de la reja, segundo el buzón de la correspondencia y tercero la parte superior de la reja y si quieren saltar saltan o utilizan la propia reja como escalera.
Si uno no paga rescate, al perro lo hacen a la parrilla y lo venden como cordero asado.
Todo es negocio en esta vida.

Me dieron el alta en el Sanatorio y todo Ok y hoy le compré una casilla, pero estamos en una pulseada con el cachorro para que entre a su nuevo domicilio, el tiempo tendrá la última palabra, el perro o yo dormiremos en la casilla.
Pero el pichico es un crack.

Que todo sea para bien

Un comentario en «Volvió a aumentar la familia»

  • Si sentis amor por los animales sabes que son traviesos y mas cuando son chicos, porque son curiosos juguetones y no podes dejar ni los zapatos bajo la cama. Hay que tener paciencia para que un adulto acepte a un cachorro,
    suerte.

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