COCINA

Gratinado de calabaza fácil y cremoso

Nada anuncia mejor la hora de la cena que el aroma dulce de la calabaza horneándose lentamente.

Este gratinado de calabaza butternut, suave como un abrazo y coronado con una capa de queso dorado, es ese tipo de plato que reconforta el espíritu y calienta el corazón. Sencillo, cálido y absolutamente irresistible.

Ingredientes para 4 personas

1 calabaza pequeña

1 cebolla

100 g de queso rallado

20 cl de nata líquida

1 nuez de mantequilla

Nuez moscada

Pimienta

Sal

Preparación

Precalienta el horno a 180°C, dejando que el calor empiece a llenar la cocina.

Pela la calabaza y córtala en trozos.

Cocínala al vapor o hiérvela durante 15 a 20 minutos, hasta que esté tan tierna que casi se deshaga.

Tritúrala hasta obtener un puré suave y sedoso.

En una sartén, sofríe la cebolla picada con un poco de mantequilla; cuando comience a perfumar el aire, añádela al puré.

Incorpora la nata, la mitad del queso rallado, una pizca de sal, pimienta y un toque de nuez moscada. La mezcla tomará un color cálido y una textura irresistible.

Vierte todo en una fuente para horno.

Espolvorea por encima el resto del queso: será el secreto del gratinado perfecto.

Hornea durante unos 20 minutos, hasta que la superficie esté dorada, crujiente y ligeramente burbujeante.

Sirve este gratinado de calabaza fácil y cremoso bien caliente… y deja que el otoño, por un instante, sepa a hogar.

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