A río revuelto…

Después de la que nos comimos en la época de la dictadura, que pretende esta gente ahora, más palos, más desaparecidos, más muertes inútiles.
De una cosa estoy muy seguro, que no fueron hinchas de Peñarol, los que armaron la gresca en el centro, sino que a las ovejas de siempre las arreó, un grupito entrenado, para su propio corral e hicieron destrozos en la Suprema Corte de Justicia por casi un millón de pesos.

A Carlos Gutiérrez le llevaron todos los electrodomésticos menos una lavadora porque calculo que era muy grande o muy pesada.

Un micro ondas de Carlos Gutiérrez apareció en la Suprema Corte.
Los detenidos fueron pocos, no vi los desmanes y no puedo cuantificarlos, pero salvo que la prensa se haya vuelto sensacionalista del todo, si dio para ochenta y tantos detenidos, los desmanes no fueron tantos o la policía estaba distraída, y el juez los puso en libertad por falta de pruebas, claro que estuvo en la cosa hasta las cuatro de la mañana, por las dudas.

Cuatro equipos Geo cuidando el Palacio Municipal.

Estas cosas sabemos cuando empiezan pero nunca sabremos cuando pero sospechamos cómo terminan.

De vez en cuando, pensar un poco antes de hacer, es bueno y a mí también me comprenden las generales de la ley.

A un grupo que no le sirve el Poder Judicial, ni el Parlamento, lo único que busca es una dictadura, y si viene no será una dictablanda.

Este artículo fue escrito y publicado hace como cuatro o cinco años y resulta que ahora, en vez de estar mejor, estamos escribiéndolo similar tirando a peor, antes era un gobierno colorado y ahora es un gobierno frentista, nos encontramos con los mismos hechos, más agravados, porque ya no fue un afane en Cerro Norte, sino que la asonada fue cometida por delincuentes, que saquearon casas de venta de electro domésticos, kioscos de diarios revistas y algún refresco, rompieron vidrieras a troche y moche, no sólo de comercios sino de edificios de apartamentos inclusive y le tocó a la Suprema Corte de Justicia, esto no fue un festejo merecido de la parcialidad peñarolense, sino un grupo de infiltrados que se fueron a cobrar a la Corte cosas que no pudieron hacer hace un tiempo, con el traslado de la jueza y lo de la casa de electrodomésticos y demás fueron vulgares chorros, delincuentes comunes, como los que asaltaron, a los balazos y a los gritos de viva Nacional (para disimular) a la pizzería de la calle Rivera a dos cuadras del zoológico, barrio de La Mondiola que se llamaba antes y ahora le dicen de los Pocitos.

La violencia la están fomentando y no fueron los hinchas de Defensor, ni de Nacional, ni de Peñarol.

Fueron agitadores profesionales que trataron de capitalizar para su cosecha, la oportunidad de que había mucha gente en la calle con muy buenas intenciones, con la cabecita en otra cosa y servía de escudo humano para las fechorías y un destrozo en el edificio de la Suprema Corte de Justicia.

Como puede ser que de golpe aparezcan 300 personas a esas horas de la noche y atenten contra el edificio de la calle Ibicuí que ahora la llaman de los Derechos Humanos, los derechos humanos de quien, de los muertos, porque los de los vivos, que también tienen derechos y obligaciones, como ser el derecho de propiedad pueden preguntarle qué opina a la Sra. Del Kiosco, que ya fue.

Gutiérrez tendrá segura contra asonada, pero la señora del kiosco que se lo prendieron totalmente fuego, donde no se salvó nada, ella no había trasladado a ninguna jueza de la patota, o fue porque tal vez vendía algún producto capitalista.

Ahora andan por hacer una colecta para rehacerle el local, y con qué ganas va a atenderlo, porque mirará a los transeúntes y pensará habrá sido este o aquel otro, los que me dejaron en Pampa y la Vía, una noche en que ganó Peñarol y perdió ella.

Sabemos muy bien que los que cometieron estas tropelías, están jugados y no tienen nada que perder, porque no les interesa nada de lo que puedan tener.

No creo que sea el momento para los teóricos, sino que es el momento de hacer, de hacer una buena limpieza dentro de los cuadros de los propios partidos políticos, sean gobierno u oposición y que se queden los que tengan un poco de criterio y los que no, que se vayan o que los vayan.

Al pueblo le falta poco para decir basta!!!

Y cuando el pueblo dice eso, se arma la de San Quintín.

Miremos un poco en la Argentina, la gente ya van cuatro veces que sale a la calle pacíficamente, pero segura de lo que está haciendo y lo hace sin la convocatoria de los partidos políticos y dice que no y por supuesto que no son los cabecitas negras, los que salen, sino gente de trabajo, no soy los cafisios que viven del trabajo ajeno.

La cosa va de mal en peor… no hay un criterio ni se ve alguien con una propuesta clara de parar la cosa…

Espero que todo sea para bien…