20 abril 2024
PERSONALIDADES

Acomodando el cuerpo

Veo que es un tema que me da mucho trabajo, muchas horas de lectura, apuntes, las cuales no se compadecen con el interés de los lectores de El Reporte.
Rita siempre empujando, dando ánimo, hubo hombres interesados en el tema, que ese rumbo lo había trazado para el género femenino y muchos lectores demostrando una versación sobre el tema aportaron lo suyo.

A todos muy agradecidos, porque para hacer esta página, el que aprende más soy yo, porque de los cientos de páginas que leo quedan en unas diez o algo más y a doble espacio, sin perjuicio que escribir es mi hobby no compartido por mi médico, que me rezonga porque no camino ni hago deportes.

Vamos a cerrar esta etapa con dos amantes inmortalizados por el Dante, pero pienso una semana trabajar los Mitos y la historia, Héroes de la historia americana y universal y otra con las mujeres y la historia, creo que va a haber de todo como en botica.
Entrando en tema alguno los llamó amantes dantescos, pero creo que se han separado un poco de su autor, con Uds….

PAOLO Y FRANCESCA

Un episodio que se puede calificar de los más sentimentales en la historia de la literatura es el narrado en el canto quinto del “Infierno” de la Divina Comedia.

Dante, acompañado por Virgilio, visita el círculo segundo del Infierno en el que penan los lujuriosos; allí se encuentran, entre otros, con Semíramis reina de Asiría; Dido, fundadora de Cartago; Cleopatra, reina de Egipto (de la cual hablamos en la Historia a secas y en las Mujeres y la Historia; Elena, esposa de Menelao, origen de la guerra de Troya, la cual la vimos en el Mito de Géminis, era una de las mellizas de los Dioscuros; Aquíles; Paris; Tristán; etc.

A la vista de tantos amantes desgraciados, término que no me gusta porque será desgraciado alguno que no haya sido amante y por tal se merecería ir al Infierno.

Dante se apiada más todavía, cuando de pronto se encuentra con Paolo y Francesca estrechamente unidos.

La historia viene explicada y ampliada por Boccaccio en su comentario a la Divina Comedia escrito en el siglo XIV.
Cuando Dante pregunta a Francesca por qué están en el Infierno, Francesca responde:

… Nesstmmaggiordolore che ricordarsi del tempo felicenella miseria…
(Ningún mayor dolor / que recordar los tiempos felices / en la desgracia.)

Esta frase la tengo grabada a fuego en mi corazón desde mis años liceales.

Recordar los buenos momentos en una época desgraciada puede servir de consuelo cuando se tiene esperanza; pero cuando la desesperanza se ha apoderado del alma nada es peor que recordar la felicidad dijo Byron, “la alegría pasada es pasada, pero el dolor pasado es dolor todavía”.

Malatesta era señor y tirano de Rímini.

Tenía cuatro hijos; el mayor, Giovanni, muchacho inteligente y valiente guerrero, era enano, feo y jorobado y por si fuera poco dotado de mal carácter, tal vez debido a su físico. Mi bisabuela genovesa decía: “Guardatedeimarcati de Dio”.

Giovanni era un marcado por Dios.

El segundo, Paolo, era por el contrario hermoso, también valiente y de dulce carácter.

Los dos hijos siguientes, Malatestino y Pandolfo, tenían más tendencia a vivir y hablar con Paolo que con Giovanni, más conocido por el sobrenombre de Gianciotto.

El viejo Malatesta buscaba esposa para su hijo mayor, heredero de su señorío (igual régimen de herencia que en los amantes de Teruel)y un día Gianciotto, ilmarcato de Dio, se presentó ante él diciendo que en la ciudad de Ravena había encontrado la mujer con la que quería casarse.

Se llamaba Francesca y era hija de Guido da Polenta, señor de Ravena.
Temiendo que si la petición nacía directamente de Gianciotto fuese rechazada, al contemplar Francesca su repugnante e innoble aspecto, se decidió que fuese Paolo quien realizase el viaje hasta Ravena y pidiese allí la mano de la bella Francesca.

Paolo estaba casado con Orabile Beatrice, de la que había tenido dos hijos.

Emprendió el viaje, y llegado que hubo a Ravena pidió la mano de Francesca.

Francesca creyó que su futuro esposo sería Paolo, pero eso no es verosímil por cuanto no es probable que Paolo dejase pasar una equivocación de tal clase.

El caso es que Francesca se prendó de Paolo y éste de ella.
En el viaje de vuelta a Rímini el equívoco fue deshecho, pero la semilla había caído en tierra fértil, el ánimo de los dos jóvenes germinaba un sentimiento amoroso pero culpable.

Cuando Francesca vio a Gianciotto creyó morir.

¿Aquel monstruo iba a ser su marido?

No podía ser, pero fue.

Francesca se casó con Gianciotto y a los nueve meses daba a luz una hija, a la que llamaron Concordia (Paradójico nombre).

Pero si éste era el nombre de la hija, no era precisamente la concordia lo que presidía las relaciones entre los dos esposos.
El violento carácter de Gianciotto hacían la vida imposible al matrimonio y Francesca cada vez se sentía más atraída por su cuñado Paolo.

Éste, por su parte, intentaba disimular su creciente enamoramiento, pero era en vano.

El amor de Paolo por Francesca, que se acrecentó al ver cómo Gianciotto la trataba.

Temperalmente versátil, a veces la colmaba de caricias y otras la trataba como a una esclava.

Poco a poco Paolo y Francesca se iban uniendo a través de una mirada, de una sonrisa o de un gesto de comprensión.

Ninguna palabra de amor se cruzaba entre ellos, pero ambos sabían que estaban enamorados.

Un día se encontraron en el jardín y para distraerse leían un libro que, por casualidad, era la historia de Lanzarote del Lago y de sus amores con la reina Ginebra.

Muchas veces la lectura de aquellas aventuras de amor les impulsó a mirarse a los ojos y sintieron que la sangre fluía por sus mejillas por efecto de la pasión contenida; pero cuando llegaron al punto en el que Lanzarote se atreve a besar a la reina Ginebra, Paolo, tembloroso, la besó en la boca.

Galeotto fu il libro e chi lo scrisse: quelgiomopiü non vi leggemmo avante.’

(Galeot fue el libro y quien lo escribió / aquel día no leimos más.)

En este momento les sorprendió Gianciotto, el cual, desenvainando su espada, les mató a los dos.

Por esto Dante los coloca en el Infierno, ya que no tuvieron tiempo de arrepentirse, pero siente por ellos una piedad tan grande que termina el canto diciendo:

Mentre che uno spiritoquestodisse, l’altropiangea, si che di pietade
tovennimencoslcom’iomorisse; e caddi come corpomortocade.

(Mientras que un espíritu esto decía / el otro lloraba de modo que de piedad / me vino algo así como si muriese / y caí como cae un cuerpo muerto.)

Francesca, como la ha concebido Dante, es más viva y verdadera que no la pueda mostrar la historia.

No tiene Francesca ninguna característica vulgar o malvada, como odio, rencor o despecho, tampoco ninguna especial característica de bondad; parece que en su ánimo no pudiera existir otro sentimiento que el amor.

Éste es su felicidad y su miseria.

Esta omnipotencia y fatalidad de la pasión que se apodera de toda el alma y la lleva hacia el amado con plena conciencia de la culpa, que es lo que caracteriza su amor.

No hay duda de que son pecadores y por eso están en el Infierno y no se sabe qué admirar más en este canto de su inmortal poema, si el amor de los protagonistas o la piedad de Dante.

Pero pienso si Paolo y Francesca se amaban profundamente, si estaban juntos por toda la eternidad, ¿cómo podían creer que estaban en el Infierno?

3 comentarios en «Acomodando el cuerpo»

  • Es un poco antigua pero no deja de ser una muy linda historia de amor la de Paolo y Francesca, pobre Concordia..

  • estimada helen_mau, la comuna se llama “los mitos y la historia” si bien ayer es historia y msñana es futuro, las cosas históricas son por lo general antiguas y no tienen tanto amor y sexo, aunque esta tiene adulterio, muerte e infierno. El Dante lo que tenía era eso manejaba el Infierno a piacere. Perdón la disgresión a tus pensamientos.

  • La comedia de mañana, la comedia de tarde la comedia denoche, son muchas horas de entrenamiento de como ver el mundo….jajajaja…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *