Keith Richards crece en pleno bombardeo y aprende a tocar la Malagueña

El 18 de diciembre cumple años uno de los icono británico de la guitarra y del rock and roll de todos los tiempos

Keith Richards (1943) y Mick Jagger (1943), fueron compañeros de escuela en la ciudad de Dartford (Gran Bretaña). Sin embargo el destino hizo que la familia de Richard se mudara a otra ciudad. Este hecho generó que tanto Mick como Keith quedaran por un tiempo incomunicados.

Quizás los Rolling Stone no hubieran existido como tal, si el destino no volviera a juntar a Keith y a Mick en una estación de Londres esperando el metro. La historia escrita cuenta que ese encuentro se produjo en 1960. Dos años más tarde, Richard y Jagger, junto a Brian Jones, Bill Wyman, Ian Stewart y Charlie Watts, fundaría en Londres una de las mega banda más exitosas y longevas de la historia.

¿Como llega Keith Richards a tocar la guitarra?

Keith es el único hijo de un matrimonio británico que sufriera, como muchos ingleses, los bombardeos por parte de los nazis en la segunda guerra mundial. “Vi muchas manzanas desaparecer, las casas y los edificios se derrumbaban frente a mis ojos”, señalaba en el libro “Vida” el propio Keith Richard.

Aquel momento trágico de su vida, el artista lo registra en las primeras estrofas de la canción ‘Jumpin’Jack Flash’. Esa linea comienza; “Yo nací en un huracán de fuego cruzado…”.

La inclinación por la música llega a su vida a través de su abuelo maternos Augustus Theodore “Gus” Dupree. El abuelo ‘Gus’ integraba la banda de jazz ‘Gus Dupree and his Boys’ y fue quien lo alentó para que aprendiera guitarra.

La anécdota de como logra Richards su primera guitarra y cual fue la primera canción que aprendiera a tocar en ella, son muy son muy divertidas.

Richards cuenta que un día el abuelo ‘Gus’ le mostró una hermosa guitarra mientras le asignaba una tarea; “Keith, ésta guitarra es tuya, te enseñaré a tocarla y te pertenecerá cuando la puedas alcanzar”.

Y el abuelo puso la guitarra en lo alto de un estante ante los enormes ojos llenos de ilusión de su nietito Keith.

Cuentan que Keith tuvo mas de una caída en sus frustrados intentos por llegar a su guitarra. Sin embargo aquel niño nunca se dio por vencido. Su plan consistía en sumar sobre una silla almohadones y libros para ganar la altura del estante sin perder el equilibrio.

Al fin llegó hasta arriba del estante, extendió su mano y saltó de alegría cuando pudo tomar el estuche de su guitarra.

Luego el abuelo ‘Gus’ sin más tareas de por medio, comenzó sus lecciones de guitarra enseñándole a tocar “La Malagueña”, canción andaluza compuesta por Ernesto Lecuona (1895-1963).

En el 2014, se publica un libro junto con un CD, donde Keith Richards homenajea a su abuelo ‘Gus’.