17 abril 2024
CRÓNICAS

La cosa, parece que no era tan así

Se graduó como oficial naval y durante la Primera guerra mundial estuvo al mando de un submarino.

Después de esa guerra mandó un batallón en el Ruhr.

Entre 1919 y 1923 estudió Teología en Münster.

Ya como pastor apoyó al principio la política anticomunista, antisemita1 y alemán nacionalista de Adolf Hitler.

Reaccionó al fin contra el nazismo en 1933 cuando Hitler, en desarrollo de la política totalitaria de homogeneización, denominada oficialmente Gleichschaltung, impuso sobre las iglesias protestantes el “párrafo ario” (Arierparagraph) que excluiría de la iglesia a todo creyente con antepasados judíos.

Niemöller fundó entonces, junto con Dietrich Bonhoeffer, la Iglesia Confesante (Bekennende Kirche), que se opuso a la nazificación de las iglesias alemanas.

Por su oposición al control estatal nazi sobre las iglesias, Niemöller fue arrestado el 1 de julio de 1937 y condenado el 2 de marzo de 1938 a siete meses de cárcel por un tribunal especial.

Como ya había cumplido la condena, al salir fue apresado por la Gestapo y permaneció retenido en los campos de concentración de Sachsenhausen y Dachau hasta 1945.

Luego, se incorporó hasta el final de sus días al movimiento pacifista, fue presidente del Consejo Mundial de Iglesias en 1961 y desempeñó un papel importante en la denuncia contra la guerra de Vietnam.

Desde la década de 1980 es mejor conocido como el autor del poema “Cuando los nazis vinieron por los comunistas”.

Su poema más conocido, “Cuando los nazis vinieron por los comunistas”, trata acerca de las consecuencias de no ofrecer resistencia a las tiranías en los primeros intentos de establecerse.

El orden exacto de los grupos y las palabras están sujetos a disputa, ya que existen muchas versiones, la mayoría transmitidas oralmente.

Martín Niemöller, su autor, menciona que no se trataba originalmente de un poema, sino de un sermón en la Semana Santa de 1946 en Kaiserslautern, Alemania: “¿Qué hubiera dicho Jesucristo?”.

Este poema se le atribuye erróneamente, en muchos idiomas, al dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht.

“Cuando los nazis vinieron por …” de Bertolt Brech?

“Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,

porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.”

El autor al que se le atribuye, exactamente el mismo poema fue conocido como BertoldBretch, fue un dramaturgo y poeta alemán, uno de los más influyentes del siglo XX, creador del llamado teatro épico.

Eugen Berthold Friedrich Brecht nació el 10 de febrero de 1898 en el seno de una familia burguesa de Augsburgo, ciudad de Baviera.
Su padre, católico, era un acomodado gerente de una pequeña fábrica de papel, y su madre, protestante, era hija de un funcionario.

El joven Brecht era un rebelde que jugaba al ajedrez y tocaba el laúd.
Se sentía atraído por lo distinto, lo extravagante, y se empeñaba en vivir al margen de las normas de su tiempo, de su recato y su sentido de disciplina.
En la escuela destacó por su precocidad intelectual y terminó el bachillerato especial (Notabitur), al verse involucrado en un escándalo.

Inicialmente influido por la euforia de la guerra, Brecht la criticó con el ensayo sobre el poeta Horacio (65 a. C.–8 a. C.) «Dulce et decorumest pro patria mori» («Dulce y honorable es morir por la patria»), en el que se considera honorable morir por la patria y que Brecht considera como «propaganda dirigida» en la que sólo los «tontos» caen.

Por ello fue castigado con la expulsión de la escuela.

Sólo la intervención de su padre y el profesor de religión le evitaron el cumplimiento del castigo.

Estos días recibí por mail, esas cosas que se suelen recibir, la mayoría tontas, de repetir oraciones y si no, no voy a sacar a la lotería por diez años y se me caerá el pelo, ese tipo de sandeces y esto se salvó porque el que me lo mandó es un ser muy querido, casi un hermano para mí, y me revolvió todas mis ideas que tenía sobre el silencio y lo relativicé en mi disco duro mental,, ya no siguió siendo para mí, salvo en ciertas circunstancias lo que representaba anteriormente, ahora antes de atribuirle virtudes pienso en qué y para qué.

Léalo y después meditemos silenciosamente sobre lo que leímos y verá que la cosa se las trae.

Agradezco profundamente a mi querido amigo.

El SILENCIO

(El autor de este mensaje es el Dr. Emanuel Tanay, nacido en 1928, judío sobreviviente del Holocausto, y conocido y muy respetado psiquiatra forense radicado en los EUA).

Un hombre, cuya familia pertenecía a la aristocracia alemana antes de la Segunda Guerra Mundial, fue propietario de una serie de grandes industrias y haciendas.

Cuando se le preguntó ¿cuántos de los alemanes eran realmente nazis?, la respuesta que dio puede guiar nuestra actitud hacia el fanatismo
“Muy pocas personas eran nazis en verdad” dijo, “pero muchos disfrutaban de la devolución del orgullo alemán, y muchos más estaban demasiado ocupados para preocuparse.

Yo era uno de los que sólo pensaba que los nazis eran un montón de tontos.
Así, la mayoría simplemente se sentó a dejar que todo sucediera.

Luego, antes de que nos diéramos cuenta, los nazis eran dueños de nosotros, se había perdido el control y el fin del mundo había llegado.
Mi familia perdió todo.

Terminé en un campo de concentración y los Aliados destruyeron mis fábricas…

Se nos dice que la gran mayoría de los musulmanes sólo quieren vivir en paz.

El hecho es que los fanáticos dominan el Islam, tanto en este momento como en la historia.

Son los fanáticos los que marchan.

Se trata de los fanáticos los que producen guerras.

Se trata de los fanáticos los que sistemáticamente masacran cristianos o grupos tribales en África y se van adueñando gradualmente de todo el continente en una ola islámica.

Estos fanáticos son los que ponen bombas, decapitan, asesinan.
Son los fanáticos los que toman mezquita tras mezquita.

Se trata de los fanáticos los que celosamente difunden la lapidación y la horca de las víctimas de violación y los homosexuales.

Se trata de los fanáticos los que enseñan a sus jóvenes a matar y a convertirse en terroristas suicidas.

El hecho cuantificable y duro es que la mayoría pacífica, la “mayoría silenciosa” es intimidada e imperceptible.

La Rusia comunista estaba compuesta de los rusos, que sólo querían vivir en paz.

Sin embargo, los comunistas rusos fueron responsables por el asesinato de cerca de 50 millones de personas.

La mayoría pacífica era irrelevante

La enorme población de China era también pacífica, pero los comunistas chinos lograron matar la asombrosa cifra de 70 millones de personas.
El individuo japonés medio antes de la Segunda Guerra Mundial no era un belicista sádico.

Sin embargo, Japón asesinó y masacró, en su camino hacia el sur de Asia Oriental, en una orgía de muerte que incluyó el asesinato sistemático, a 12 millones de civiles chinos, la mayoría muertos por espada, pala y bayoneta.

Y, ¿quién puede olvidar Ruanda, que se derrumbó en una carnicería?…
¿Podría no ser dicho que la mayoría de los ruandeses eran amantes de la paz?

Las lecciones de la historia son con frecuencia increíblemente simples y contundentes.

Sin embargo, a pesar de todos nuestros poderes de la razón, muchas veces perdemos el más básico y sencillo de los puntos:

Los musulmanes amantes de la paz se han hecho irrelevantes por su silencio. Los musulmanes amantes de la paz se convertirán en nuestro enemigo si no se pronuncian, porque al igual que mi amigo de Alemania, se despertarán un día y encontrarán que los fanáticos los poseen, y el fin de su mundo habrá comenzado.

Los alemanes, amantes de la paz, japoneses, chinos, rusos, ruandeses, serbios, afganos, iraquíes, palestinos, somalíes, nigerianos, argelinos, y muchos otros han muerto a causa de que la mayoría pacífica no se pronunció hasta que fue demasiado tarde.

En cuanto a nosotros, que somos espectadores ante los eventos en desarrollo, debemos prestar atención al único grupo que cuenta: los fanáticos que amenazan nuestra forma de vida.

Por último, cualquiera que duda de que la cuestión es grave y elimina este mensaje sin reenviarlo, está contribuyendo a la pasividad que permite a los problemas expandirse.

Por lo tanto, entiéndete un poco a ti mismo y envía esto una y otra vez!
Esperemos que miles de personas, en todo el mundo, lean y piensen sobre él”.

Y que todo sea para bien…

Un comentario en «La cosa, parece que no era tan así»

  • Guau ese dicho es mas viejo…pero es muy cierto, dice mi abuelo que lo lo decian aca en la epoca de la dictadura cuando los milicos se llevaban a la gente y los vecinos no hacian nada de nada
    Y que para calmarse las culpas estaba el otro dicho que las viejas decian, SI SE LO LLEVARON MIJITA ALGO MALO HABRANHECHO…

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