18 abril 2024
PERSONALIDADES

La Orden del Temple

Si realmente existió un tesoro templario ¿qué contenía?.

Se habla de 1.500 cofres y arcas repletos de metales y piedras preciosas traídos a París desde Oriente por Jacques De Molay.

Entrar en temas esotéricos no es fácil ni tampoco es para cualquiera.

Hay escritores que han hecho fortunas publicando bolazos sobre temas que son para ser estudiados y desarrollados por iniciados en aquellos misterios, claro está que en el siglo XXI, que yo sepa no debe de haber vivo ninguno de los iniciados en tal orden que integraron la primera cruzada en 1119.

Una orden que le fue fiel a la Santa Sede, de naturaleza religioso militar, compuesta por más de quince o veinte mil hombres de los cuales el diez por ciento eran caballeros.

Intervinieron en las Cruzadas como está dicho.

Tratan del Santo Grial, aquel cáliz que uso Jesús en la última cena, del cual parece desprenderse la creencia o excusa que utilizan los maleducados cuanto toman nuestra copa o vaso y dicen que tomando del mismo, se enterarán de nuestros secretos y esa creencia o costumbre o mala costumbre viene de allí.

Resulta que las Cruzadas resultó un gran negocio y al perderse la tenencia de la Tierra Santa, los tesoros quitados a los infieles tuvieron que traerlos para otras zonas donde también por oro y plata también eran capaces de matar y dejarse matar.

La Orden del Temple tuvo que irse a otros lares tal vez más peligrosos que aquellos en que luchaban con los moros y sarracenos, porque es mucho más peligrosa la insidia y la codicia que las lanzas sujetadas en pesadas armaduras sobre ataviados corceles.

Seamos claro el enemigo más peligroso estaba en la propia casa.

El rey francés Felipe IV, El Hermoso, aunque podríamos llamarlo alias “el hermoso”, empezó a presionar al Papa Clemente V contra los Templarios, porque estos tontamente le habían mostrado oportunamente el tesoro, cosa que hasta el día de hoy, muchas especulaciones ha habido pero nadie sabe a ciencia cierta donde está y si lo supiéramos no perderíamos el tiempo escribiendo esto sino que estaríamos en el lugar indicado con un pico y una pala tratando de recuperarlo.

Si me consta que en Portugal hay una pequeña iglesia que es el último reducto de los Templarios, eso si sin los tesoros referidos.

Es innegable que los Caballeros del Temple fueron unos adelantados a su época que crearon lo que hoy en día no dudaríamos en llamar una gran multinacional.

Su habilidad financiera para levantar tan inmenso imperio económico sigue maravillando en nuestro tiempo.

Debido a sus votos, los templarios eran pobres nominalmente, pero la Orden era inmensamente rica.

Son significativas, en este aspecto, las palabras del gran historiador Michelet tras el retorno de los Caballeros Templarios a Europa al caer San Juan de Acre, el último reducto cristiano de Tierra Santa:

“Llegaron a Francia siendo portadores de un inmenso tesoro, compuesto de ciento cincuenta mil florines de oro y diez mulos cargados de plata.

¿Qué se proponían conseguir en tiempos de paz con tantas fuerzas y riquezas?

No existía otro país en el que contasen con mayor número de plazas fuertes, además se hallaban unidos a casi todas las familias de la nobleza…”.

La inquietud de Michelet debió ser compartida también por Felipe IV de Francia, “el Hermoso”.

El monarca debió temer que, al igual que la Orden Teutónica en Alemania, los templarios vieran con buenos ojos el formar su propio estado independiente en suelo francés.

Viéndose incapaz de someter a los caballeros a su mandato, decidió acabar con ellos y terminar así con la amenaza política.

Sin embargo, tras el golpe descargado contra los Templarios, quedó claro que el objetivo principal del rey de Francia era la inmensa riqueza de la Orden del Temple.

El mismo día del arresto, Felipe IV, que debía a la orden una importante cantidad monetaria, irrumpió en el Castillo del Temple en París dispuesto a fundir el tesoro de Francia con el del Temple, que lo triplicaba.

De esta forma no solo solventaba la deuda, sino que conseguía apropiarse de todo.

Pero existe la certeza generalizada de que el rey no logró confiscar todos los bienes que esperaba, ya que después del arresto de los templarios continuó expoliando a los banqueros lombardos y judíos para procurarse algo de dinero.

Es indudable que los templarios, que gozaban de grandes influencias en todas las esferas sociales, estaban al tanto de la inminente operación en su contra.

A un caballero que se retiró de la Orden en aquella época le dijeron que su decisión era extremadamente sabia, ya que se avecinaba una catástrofe.

Inexplicablemente, los caballeros no se resistieron cuando fueron apresados.

A pesar de que se realizaron inventarios en todas las haciendas de la orden en Francia, nunca se encontraron los archivos de los templarios.

También se dice que días antes de la detención, el Maestre Jacobo de Molay había encargado destruir ejemplares de la Regla del Temple que contendrían secretos relativos a la Orden.

Es por ello que la mayor parte de las acusaciones, incluso si contenían visos de realidad, nunca pudieron ser probadas.

No es ilícito pensar que si los monjes-guerreros pudieron salvaguardar sus archivos secretos, pudieron hacer lo mismo con gran parte de su tesoro monetario.

De hecho, no todos los templarios fueron capturados a la vez.
Un grupo, entre los que se encontraba el tesorero de la orden, escapó a la redada y fueron detenidos unos días más tarde.

Al año siguiente, en pleno proceso inquisitorial, un templario llamado Juan de Chalon realizó un sorprendente testimonio, al que hemos aludido en la leyenda anterior.

Según él, algunos dirigentes templarios de Francia huyeron antes del arresto con cincuenta caballeros y, transportando el tesoro de la preceptoría de París y los archivos en tres carros al amparo de la noche, tenían la intención de hacerse a la mar en dieciocho galeras desde el puerto de La Rochelle con destino desconocido.

Nunca se ha podido demostrar este punto, ya que al no haber sido englobada la armada templaria en las requisas ordenadas por Felipe IV en 1307, ningún documento queda sobre la utilización de aquella flota.

Algunas teorías apuntan que el destino final podría haber sido Inglaterra o Escocia, lo que ayuda a enlazar al Temple con la masonería, ya que hemos visto que en tierras escocesas la Orden no se llegó a disolver.

Las especulaciones se disparan en este punto.

Debemos tener en cuenta que los dirigentes templarios fueron finalmente capturados, lo que nos hace pensar que quizás no pudieron sacar el cargamento del país.

También es posible que se tratase de una simple maniobra de distracción, para que el tesoro no fuese buscado dentro del reino francés.

Vista la actitud que tomaron los templarios ante el proceso que se desató contra ellos, da la impresión de que los caballeros esperaban salir airosos del envite.

En ese caso, hubiese sido mucho más lógico ocultar los bienes de la Orden en un escondrijo cercano a la espera de que todo acabase y poder recuperarlos.

Esta es una hipótesis que cobra fuerza con enigmáticos descubrimientos en el suelo francés y que cuenta con aguerridos defensores.

El acontecimiento le quedaría grabado al codicioso monarca, que no cejaría en conspirar hasta hacerse con él.

Pero parece ser, que cuando sus secuaces registraron la Casa Madre, no encontraron nada, por no hallar, no hallaron ni siquiera los cálices de plata.

Lo mismo iría sucediendo en el resto de encomiendas.

Esto hizo que se les acusaran de haber vendido todo aquello de valor.
Testigos, dijeron haber visto en las noches anteriores al arresto, salir del castillo carretas de bueyes rellenas de paja.

Por otra parte historiadores de la línea ortodoxa, creen que el tesoro realmente se encontró, y aportan como prueba el que las obras de edificios oficiales, paradas hasta entonces por falta de liquidez, como por ejemplo la Notre Dame, se pusieran en marcha una vez decidida la cuestión templaria.
Entonces, los informes oficiales que negaban la existencia de tesoro alguno no serían más que una estratagema del monarca para quedarse con todo el botín y dejar para los herederos legítimos, los hospitalarios, únicamente las deudas motivadas por el coste del proceso judicial.

*Si realmente existió un tesoro templario ¿qué contenía?

Se habla de 1.500 cofres y arcas repletos de metales y piedras preciosas traídos a París desde Oriente por De Molay, de documentos de inestimable valor, producto todo ello de años de conquistas y negocios exitosos.
Se habla de la posibilidad de que tuvieran en su poder el Arca de la Alianza, el grial, las tablas de la ley…

En cuanto al arca, se alega que contenía las tablas de Moisés, donde Dios explicaba al hombre los secretos del Universo siendo las catedrales góticas, construidas en la época del Temple, las grandes beneficiarias de ese saber.

Saber recuperado por los templarios del mismo sitio donde estuvo guardada tradicionalmente el arca, del Templo de Salomón.

Hay que tener en cuenta que el Santo Grial, es el contenedor del conocimiento Divino, por lo que el arca puede considerase como un grial, pues contendría las tablas de Moisés, la palabra de Dios.

El grial, como vemos, no es simplemente la copa donde bebió Jesucristo en la última cena o en la que se recogió su sangre cuando estaba en la cruz.

Algunos autores han escrito que el Santo Grial, cuando la II Guerra Mundial estuvo en la casa del Águila, en Atlántida, sí, en Uruguay.

Según documentos del Vaticano donde se recogen la declaración del templario Jean de Chalons, las carretas avistadas las noches previas a la detención, tendrían como destino navíos con dirección a Inglaterra, más concretamente a Escocia, pero se especula con que parte pudo quedarse en el castillo de Gisors.

Se habla de que hoy en día, aún se encuentran allí cofres de hierro enterrados, que no son buscados por ser el castillo monumento nacional y por los destrozos que esta búsqueda provocaría.

Otro lugar donde podría estar escondido sería el Bosque de Oriente (La Champaña), un laberinto de canales y estanques, tanto naturales como artificiales, cuya ubicación estaría señalada, supuestamente, en los graffiti de Chinon.

Aquí se unen la hipótesis escocesa y el misterio de la flota atlántica templaria, confluyendo en la sorprendente hipótesis de que el tesoro fue enviado a las Américas.

En esos difíciles momentos, un grupo de templarios se refugiarían en Escocia para evitar la persecución.

En concreto en las posesiones de la familia Saint Clair, en una capilla de su propiedad al sur de Edimburgo, llamada Rosslyn, allí esconderían parte de su tesoro, incluido el Santo Grial.

En 1338 el conde Henry Saint Clair gracias a la experiencia y documentos de los templarios refugiados en sus dominios, se haría a la mar hacia América con 13 embarcaciones y 300 colonos que arribarían a las costas de Massachusetts.

A partir de ahí la familia Sinclair (nueva grafía para un mismo nombre) gozaría de gran prosperidad económica, supuestamente procedente de las riquezas procedentes del Nuevo Mundo, gracias a los expedicionarios que regresaron.

Todo esto proviene de una vieja leyenda familiar de los Sinclair.

En concreto un miembro actual de la familia Niven Sinclair sería quien habría investigado la veracidad de esta leyenda.

En su travesía por las costas del este de América del Norte, el mismo conde Henry Saint Clair, soberano de las Orkadas podría haber arribado a una pequeña isla canadiense, llamada hoy en día la Isla del Roble.

Lo cierto es estamos ante un paraje muy extraño, tradicionalmente considerado depósito de un tesoro pirata.

Este supuesto tesoro fue descubierto por tres muchachos en 1795, no pudo ser sacado a la luz debido a la complejidad del pozo donde está enterrado, completamente anegado por túneles que comunican directamente con el océano.

Por otra parte en lo que se intuye un pequeño muelle bajo el agua se descubrieron marcas de números romanos.

En el intento de dar con el tesoro se encontró una lápida de pórfido, hoy desaparecida, adornada con signos extraños.

Por suerte los símbolos sí se conservan, pero aún hoy no han podido ser descifrados.

Aquí podría estar el tesoro del Temple y no uno pirata.

La disposición de los árboles que pueblan la isla y la complejidad de las galerías donde se encontraría el tesoro, parecen hablarnos de una considerable obra de ingeniería.

Los franceses que luchaban contra los británicos afirmaron que los árboles estaban plantados de una forma artificial, lo cual dificultaba la protección en la lucha.

Decían que la zona parecía más un jardín que un bosque natural, de hecho toda la isla se parecía más a los jardines de Versalles que a un salvaje pedazo de tierra.

Todas estas historias tienen algo similar o a nadie le corrió por la cabeza, el tesoro de las hermanas Mazzilotti, enterrado en el Cementerio Central por algunos integrantes de las fuerzas de Giuseppe Garibaldi y que habría sido el origen de una fortuna oriental por unos metros de distancia.

Todo puede ser y tal vez no…

2 comentarios en «La Orden del Temple»

  • Que buena que esta! Es super intrigante la historia de los templarios y estaría buenisimo saber mas sobre el famoso tesoro si ser muy materialista, que por algo los mataron a todos – porque no quisieron decir donde estaba el tesoro…bueno los iban a matar igual para que no se vengaran…a-a-a-a-a-a-a-ah….los materialistas….
    Muy bueno

  • Yo lei muchas historias sobre investigadores que encontaban presuntas claves y señales que no llegaban a nada. Debe ser muy dificil encontrarlo o alguien ya lo encontró-hizo mute- mandó fundir todo el oro y adios pinela…que te vaya bien!!! que te garúe finito!!!

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