26 abril 2024
GALERÍAS

Memorias de una hija Oshum

La historia de María Farías, que es el hilo conductor de la película, nos muestra una vida llena de sacrificios, de humillaciones, de vejaciones, por el solo hecho de ser negra y pobre.

La propia protagonista va relatando su vida desde la perspectiva de la edad madura, su relato es claro y directo, a veces desgarrador. María Farías de hoy, orgullosa, digna, un ejemplo de superación, de voluntad, de resistencia y de resiliencia, cuenta como sufrió la esclavitud en el Uruguay de los años ’40 del siglo XX.

Era normal que familias de la alta sociedad se quedaran con niñas y niños de familias más pobres, que tenían dificultades para criarlos, con el fin “altruista” de criarlos y educarlos, pero en realidad se convertían en servicio doméstico barato.

Como cuenta la protagonista de la película, su “madrina” -que así se hacían llamar las Sras. que acogían a estos niños y niñas- decía que los negros no tenían necesidad de aprender a leer y escribir sino que tenían que aprender a trabajar para ganarse la vida. Con 15 años María regresa a casa de su madre, que la emplea como doméstica con lo cual su vida continúa siendo un cúmulo de humillaciones, vejaciones, malos tratos.

María descubre el candombe, siente el llamado de su sangre, de sus ancestros y comienza a bailar.

El baile la hace libre, cuando escucha el redoblar de los tambores y su cuerpo se mete en la música y baila, entonces saca de dentro todo su sentimiento, todo su ser.

El candombe es la música, el canto, el baile que vino con los esclavos desde África y es, junto con la religión, lo que ha sobrevivido de su cultura, a pesar de las prohibiciones que tenían.

Como dice la Mae Susana Andrade “..El cuerpo es lo único que teníamos, el cuerpo es visto como un templo, como elemento de invocación.

A través de las danzas se invoca y se pide protección disfrazando las danzas rituales como danzas profanas o divertimento para eludir las prohibiciones de los amos… Por eso las palabras candombe y candomblé se parecen tanto, porque tienen el mismo origen.”

La película se estrenó en 2009 y sigue recorriendo diversos países de varios continentes y ha participado en numerosos festivales y en eventos de Derechos Humanos.

Ha recibido el Premio Las Cámaras de la Diversidad, otorgado por la UNESCO en el Festival “Santiago Alvarez in Memoriam, de Cuba.

También recibió el Primer Premio en el apartado de “Afrodescendientes” en el Festival de Cine de los Pueblos Indígenas y Pueblos Originarios del Mundo, realizado en Valparaiso (Chile).

Su directora, María Torrellas, es una periodista vasca que reside en Argentina pero se siente una ciudadana del mundo, estuvo radicada durante 3 años en Montevideo, donde conoció a María Farías y se comenzó a interesar por el mundo del candombe y el mundo afro.

“Cuando me enteré de la historia de María y de su hijo adoptivo, que es nieto de su esclavizadora –nos dice Torrellas – me dije: esto hay que contarlo.

Me fui acercando poco a poco a la comunidad y fui conociendo a las gentes que rodean a María y fui escuchando sus testimonios, sus denuncias, con una cámara y un micrófono y me fui haciendo negra, como ya soy palestina, y me imbuí de todo ese mundo.

Después conocí a Gonzalo Abella (historiador) y me dijo que el candombe es religión y fue cuando me metí también en el aspecto religioso que tampoco la gente lo reconoce ni lo ve.”

“Cuando hacemos un documental queremos más que denunciar, queremos cambiar la realidad”…

”Las mujeres afrodescendientes siguen siendo empleadas domésticas, porque no tienen la preparación que deben, porque no acaban la secundaria, porque no llegan a la educación superior, porque no tienen las oportunidades que tienen el resto de las mujeres”….”tenemos que arrancarles al poder y a todos los poderes la justicia aunque no quieran dárnosla, porque es un derecho de los pueblos, tenemos derecho a la justicia, a la reparación.” …”Hay que enseñar el respeto a esta cultura, una cultura que está comercializada, respeto a la religión, que la religión está sojuzgada y no se la trata igual que a la religión católica.”

De esta manera la directora de la película nos explicaba las líneas que traza la película y que hay que traspasar para conseguir la igualdad y la justicia no solo para María, no solo para los afrodescendientes, sino para todos aquellos que sufren la discriminación por razones de etnia, de sexo, de clase social, de religión, etc.

El día del estreno dedicó la película ..“a María y a todas las Marías que desde la discriminación supieron rebelarse, resistir y construir una sociedad solidaria. Solamente el socialismo logrará que mujeres y hombres afrodescendientes vivan en igualdad y justicia social”.

Esta actividad es, según palabras del director del museo: …”la oportunidad para empezar un ciclo claramente orientado a la construcción de la memoria de los afrodescendientes.”

Un comentario en «Memorias de una hija Oshum»

  • ¿Qué más agregarle a esta excelente nota de información acerca de este evento? Además de agradecerl y felicitar a todos aquellos que directa o indirectamente han contribuído a su realización. …Lo que sí nos viene a la mente es que ‘imperativamente’, esta película debería ”recorrer el mundo”, siendo exhibida no sólo al interior de nuestras fronteras, sino que en la mayor cantidad de ciudades donde haya ‘yoruguas’; -preferiblemente-, con el patrocinio gubernamental, canalizado a través de nuestros Ministerios de Cultura y de Relaciones Exteriores.

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