26 abril 2024
CRÓNICAS

En el natalicio de Don José

Conmemorando una parte importante de su vida, en este nuevo aniversario del nacimiento de nuestro prócer don José Artigas, creí oportuno tratar un tema que siempre nos escamotearon, por lo menos en los estudios primarios y secundarios de nuestra época, la vida sentimental del gaucho rebelde que nos dio el ser nacional.

Cuando nosotros creíamos que los libros no mienten, de la vida de Artigas sabemos desde 1811 en adelante y todo lo que fuera bien visto por las familias pacatas de la época.

Debutábamos con HD, el Hermano Damasceno, que en su condición de cura, todo lo que orillara las llamadas buenas costumbres, no aparece en los libros, ni siquiera una etapa en que en que se pasaban ganados o sus cueros al Imperio Luso brasileño, que hasta el propio Eduardo Acevedo, lo califica como un delito pero normal, común y corriente, “ley de la época”, pero Isidoro de María tampoco reveló todo lo que todos sabían, por ser pocos en el pago y todos parientes o vecinos o allegados, tan es así que Isidoro de María, casado con Sinforosa Navarrete Artigas (prima segunda de don José Artigas) y cuya hermana María Josefa de María fue la esposa de Carlos María Artigas Villagrán, hijo del Prócer, que cuando volvió de su visita a su padre en Paraguay, omitió hablar de sus propios medios hermanos paraguayos.
O sea que sabiéndolo bien Isidoro de María político, profesor, historiador y todos los demás atributos de su persona omitió nada más ni nada menos la totalidad de los hijos de don José Artigas menos uno, el que era sobrino de él y era preferible ser pariente del único, que pariente de uno de los catorce hijos de Artigas.
Para descubrir su personalidad y ver aún más allá ese ser se nos presenta como un héroe de bronce lejano y a mí me interesa el hombre de carne y hueso, porque el de bronce, ni siquiera copió la verdadera cara de artigas, menos sus pensamientos ni su ideología libertaria, o libertadora.

Hurgaremos en ese hombre de carne y hueso que convivía con sus semejantes, que tuvo una vida real, problemas cotidianos y familiares.

Que estaba dividido entre su familia, su deber y su amor a la libertad.

Esa libertad tan buscada era primordial para él y un legado para lodos los habitantes de esta tierra oriental; aún más allá, su deseo incluye los derechos de todos los hombres.

Deseos de vivir en libertad e igualdad que se ve reflejado en uno de sus pensamientos.
“Los pueblos de América del Sur están íntimamente unidos por vínculos de naturaleza e intereses recíprocos.”

José Artigas fue un ser humano sincero, leal a sus principios por los que fue traicionado hasta tal punto que pusieron precio a su cabeza, no solamente los monárquicos españoles, sino los monárquicos porteños como Rivadavia, Belgrano, aquellos que querían casar al Infante de Paula con una princesa Inca, algo así como cruzar un hemofílico por herencia con una mujer producto de la cruza entre hermanos, como era la costumbre de los Incas, para continuar su herencia del dios Sol, y le persecución de los integrantes de la Logia Lautaro que en sus orígenes burgueses odiaban todo lo que tuviera chiripá, por su espíritu indómito, falto de disciplina y libertario.

Fue un hombre amante de la justicia y de la razón, pero también musiquero (de guitarra y acordeón), chinero (mujeriego) juerguista y cajetilla (término tan devaluado últimamente) de entrarle al aguardiente y a las comilonas, era lo que había como diversión entonces.

En febrero de 1816 escribió a Sarratea diciéndole:

“Es claro de mi grandeza, sabré llevarla al cabo conducido siempre de mi justicia y razón.

Un lance funesto podrá arrancarme la vida, pero no envilecerme.”

“Es más fácil que ceda Artigas al Imperio de la razón., que al poder de las circunstancias.”

Era un hombre de razón por sobre todo, de lucidez lograda de inteligencia.

Había estudiado en la escuela existente en el Convento de San Bernandino que dirigían los padres franciscanos donde se le enseñó a leer, a escribir, la aritmética elemental, doctrina cristiana, lengua y gramática latina, pero ni bien pudo valerse acható para el campo trabajando en bienes de la familia o ajenos, un día acá y otro acullá y divirtiéndose a lo pobre en juergas y mujeraje, desde muchacho muy joven, nótese que sus primeros hijos siempre fueron con viudas o separadas, era menos complicado y muchas veces por encuentros fortuitos al pasar, aprovechando la buena prosa y la buena pinta del hombre.

Fue además amigo y colaborador del sabio naturista y pensador español Don Félix de Azara; recibió las vivencias y los cuentos de los negros esclavos que servían en su casa.

Entendía que la razón se identificaba con la justicia porque conducía necesariamente hacia ella.

Fue un cultor consciente de la energía, con una voluntad de hierro y sin claudicaciones.

Dijo “La energía es el recurso de las almas grandes”.

Dice Bartolomé Mitre en su “Manuscrito sobre Artigas” ‘Sereno y fecundo, siempre se mostró superior al peligro.

Artigas era verdaderamente un hombre de hierro’.

Cuando concebía un proyecto no había nada que lo detuviera en tu ejecución; su voluntad poderosa era del temple de su alma y el que posea esta palanca puede reposar tranquilo sobre el logro de su empresa… original, en sus pensamientos como en sus maneras, su individualidad marcada hería de un modo profundo la mente del pueblo:

Sobre su carácter da testimonio Doña Josefa Ravia, sobrina de José Artigas, quien a solicitud de Justo Maeso formuló declaraciones de un recuerdo directo: “… En cuanto al carácter personal de Artigas, lo tengo muy presente, desde niña he estado oyendo diálogos de tía Martina Artigas, hermana del tío Pepe, con mi tía Josefina Ravia…

Ellos decían que don Pepe era muy paseandero y muy amigo de sociedad, y de visitas, así como de vestirse bien a lo cabildante (alias cajetilla); y que se hacía atraer la voluntad de las personas por su modo afable y cariñoso…”

Consustanciado con la razón y la justicia está el sentimiento del honor; éste era la base de su hombría; era el hispánico sentimiento del honor que llevaba en sus genes.

Sin embargo no era un ser frío, seco, duro, calculador o un analista rígido e inflexible.

Tenía una inteligencia creadora que se adaptaba a las circunstancias y a las personas.

Artigas amaba a los hombres, a sus amigos, a los humildes, a las cosas bellas del arte o de la naturaleza, sentía la grandeza de la vida y de la muerte.

Otro don característico de su personalidad era el de ser clemente; lo fue en la batalla de las Piedras, de la cual ya hablamos oportunamente, lo fue con los enemigos engrillados que le envió el gobierno de Buenos Aires para que los matara y se negó a hacerlo diciendo “Artigas no es verdugo”.

Su alma generosa estaba dolorida; “Me es bastante doloroso oír los lamentos de mí Padre a quien amo y venero” nos dice con referencia a su padre y a su suegra dice otra vez a mediados de 1809:

“Mi más venerada señora. Aquí estamos pasando trabajos, siempre a caballo para garantizar a los vecinos de los malevos.

Siento en el alma el estado de mí querida Rafaela.

Venga Ud. cuanto tenga tiempo para asistirla que es lo primero, y atender a mi querido José María”.
Aquí nos muestra su preocupación por su esposa enferma y su hijo como cualquier ser humano pide ayuda a su suegra para que cuide de ellos en su ausencia mi querido José María”.

Aquí nos muestra su preocupación por su esposa enferma y su hijo como cualquier ser humano pide ayuda a su suegra para que cuide de ellos en su ausencia.

En sus momentos de sufrimiento cuando su familia lo crítica se refugia en Dios; en otra carta a su suegra le dice José Artigas:

“…Parece que Dios nos ha tenido guardado estos regalos para que en el día todo se me junten; no ignora Ud. la estimación que le he hecho aunque yo he sabido que entre la familia dicen que la he dejado lirada y que yo salí por mi gusto (no) porque me hubiesen mandatado.

Yo con ansias desearía que eso que lo dicen me aliviasen trabajos que yo paso…al fin Dios le alivie sus males…”
Se conduela de los indios y de los pobres, llamándolos a unos y a otros “esos infelices”.

Era un muy buen bailarín que enamoraba a las mujeres y tocaba el acordeón y la guitarra.
Con bailes, música y comilonas se festejabam los triunfos de la patria.

La vida hace 205 años era así no podemos juzgarla de otra forma con nuestra mentalidad del 2015.

Mis estudios sobre el hombre Artigas no terminan acá porque los profundicé estudiando a seres que influyeron fuertemente sobre su persona como el inglés Thomas Paine, (masón), integrante de una de las tabernas “El Ganso y la Parrilla” una de las cuatro tabernas de las cuales salieron las cuatro logias que fundaron la gran logia de Londres.

Donde se formaron Benjamín Franklin, el venezolano Miranda y muchos otros que hicieron la guerra para libertar las 13 colonias, que dieron origen históricamente a los EE.UU., que hicieron la Revolución Francesa, y luego la Revolución latinoamericana, e inclusive intentaron hacer la Revolución Inglesa, pero no pudieron lograrla, Thomas Paine participó en todas ellas y terminó mal en todas, inclusive Robespierre casi lo guillotina y lo salvó Monroe, en Inglaterra se salvó en el anca de un piojo de que lo ahorcaran, en la americana estuvo siempre en el campo de batalla con el “Common Sense” y acá llegó por medio de las letras de esa publicación panfletaria y otros que publicó.

Y Artigas mamó esas enseñanzas y está comprobado.

Miranda es el único latinoamericano que figura en el Arco de Triunfo de la plaza de L’Etoile y también fue traicionado por un ambicioso de poder, emborrachándolo y atándolo de pies y manos y entregado a los españoles quienes rápidamente lo ejecutaron, todo en mérito al símbolo falso de “libertador”, Simón Bolívar que no fue un libertador, sino que como buen aristócrata quiso enseñorearse con el poder y llegó a ser dictador del Perú y no tuvo límites para terminar con su mando sobre lo que fue después Colombia, Venezuela (Nueva Granada).

Volviendo a nuestro homenajeado don José Artigas no fue derrotado como a muchos les gusta llenarse la boca con el término “redota”, sino que fue traicionado, cuando dominaba el protectorado de los pueblos libres por los Ramírez y los López, por orden y cuenta de los porteños y se fue a rearmar sus fuerzas al Paraguay con 250 negros y allí fue apresado por el paraguayo López de Francia e internado en Curuguatí.
Cuando José María Artigas lo fue a buscar era para usarlo acá como caudillo para dominar los problemas intestinos que existían en la República y le contestó a su hijo “¿Pero cómo, aún suena mi nombre en su Patria” y se negó a volver.

Murió en la miseria, no estando entre sus haberes los $ 2.- que cobraba la Iglesia para enterrarlo en el camposanto y fue enterrado en la fosa de los miserables y cuando aparecieron los $ 2.- lo desenterraron y volvieron a enterrar en algo con nombre en la Recoleta.

El que se encargó de traer los “restos” de Artigas fue el megalómano Máximo Santos para usarlos como fundador de la nacionalidad oriental.

No obstante ello estuvieron tirados en un rincón de la Aduana más de cinco años.

Hoy no se festeja como antes su nacimiento los 19 de junio, ni se conmemora su muerte los 23 de setiembre, pero claro también otros símbolos nacionales han ido desapareciendo del uso cotidiano, como ser el escudo nacional que perdió la fortaleza con cerro y todo, la balanza, el caballo y el buey, símbolos de la fuerza, la justicia, la libertad y la riqueza y lo cambiaron por un sol amaneciendo u ocultándose.

El Escudo de Montevideo perdió el cerro, la fortaleza y todo lo demás y se transformó en un acento circunflejo ^.

La bandera nacional sale para los partidos de fútbol en que juega Uruguay y llegó a haber una que abarcaba todo el Estadio Centenario, pero llena de avisos de empresas comerciales.

Perdoná querido padre José Artigas, tu causa no habrá sido en vano mientras haya orientales que te evoquemos y tal vez esto de los símbolos sea cosas de las que los orientales de bien tendremos que volver a hablar…

4 comentarios en «En el natalicio de Don José»

  • Bien dicho. Ya no le damos bola al escudo patrio, a la bandera la llenamos de propaganda y nadie se acuerda cuando murio ni como murio Artigas.

  • Me deja de cara leer que Simón Bolivar -Simón-(como dice la canción), se un acomodado como tu decis y no haya apoyado a Artigas, la cancion que cantan los Olimareños en el verso final dice;
    Simón Bolívar – Simón
    en el sur la voz amiga
    es la voz de José Artigas
    que también tenía razón…
    Pero segun lo que esta escrito aca, era puro verso nom’a.

  • Rebueno. que fenómeno. sos el Intruso. el jorge rial de la historia, le sacaste la careta nada mas que a S. Bolivar jajajaaja, que bien saber tanto,
    Bss Rita

  • QUERIDA RITA: LO QUE PASA QUE TU VALES UN PERU Y COMO BOLIVAR SE DIO EL LUJO DE SER DICTADOR EN EL PERU, Y EN EL RESTO TAMBIÉN. FUE UN VULGAR TRAIDOR QUE LO TRATAN COMO A UN HEROE LATINOAMERICANO. EL HEROE LATINOAMERICANO FUE MIRANDA Y EL PROXIMO ARTICULO SERÁ DEDICADO A TI SOBRE EL PROPIO MIRANDA Y LEELO TRANQUILA PORQUE NO LE FALTA NADA. BESOS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *