8 noviembre 2024
CRÓNICAS

El “Loco” Ramón

El Loco Ramón era loco y barrendero, si, de aquellos que llevaban un tacho con ruedas y el escobillón.

Cada tantas cuadras o manzanas apilaban las hojas y otros deshechos que juntaban y pasaba, un par de veces por semana, un camión también municipal y se llevaba la basura de todas esas pilas.

Qué tiempos aquellos en que los caballos ensuciaban en la calle y en el estiércol, para deleite de los gorriones, había afrechillo, maíz, granos o trozos y los pájaros se hacían la panzada. Nada que ver con los dueños de los caballos que describe Andrea en su sección.

Montevideo no era un jaspe, pero estaba mucho más limpia que ahora si y el trabajo se hacía casi todo a pulmón y poca maquinaria. La señora de la casa o la empleada lavaban la vereda con agua, jabón y cepillo (de paja dura amarilla), no existían los detergentes de hoy, pero existía el orgullo de que esto está a mi cargo y está limpio.

Los perros levantaban la pata igual que ahora y no era para patear y los que los sacaban no iban con la bolsita de plástico para juntar la caca porque no existían –las bolsas de PVC, no los perros- pero cumplían con hacerlo defecar en el cuadrado de tierra que está en los árboles. Accidentalmente algún cristiano tenía que pasar el taco del zapato por el cordón de la vereda y emparejar el asfalto con la planta del pié por algún acto perruno en lugar equívoco.

Las vecinas comentaban entre ellas calificando a la omisa en la limpieza de mugrienta o espesa y el mármol del umbral de la puerta debía estar bien blanco a puro cepillo y pulidor en barra.

El Loco Ramón se había comido una cana por pierna. Una menor escapada del albergue de menores, “El Buen Pastor” que le decían, no tenía donde ir y él le dio abrigo en su pieza y le partieron el Código Penal por la cabeza. No era proxeneta –no pegaba dicha ocupación con la de barrendero-, ni usó, ni abusó de la menor, era Loco y pierna y como, para él, ayudar a alguien era lo normal lo hizo y la quedó.

En verano nos bañábamos en “La Chupadora” (hace unos años lucía pintado en el bloque “Palermo Country Club”) o en el “Ansina Country Club”.

“La Chupadora” era donde estuvieron unos caños que tomaban agua de la costa para refrigerar la Usina del Tranvía y la devolvía caliente a unos diez metros de donde la tomaban. Cuando la Segunda Guerra Mundial, en Gonzalo Ramírez, Vázquez, Cebollatí y Salto, se generaba electricidad para el tranvía quemando maíz y hoy, 70 años después, andan buscando sustitutivos a los combustibles fósiles por combustibles renovables.

Éramos tan pobres que teníamos que quemar maíz en vez de fuel oil y en Europa se morían por una hogaza de pan de maíz.

Las tomas estaban en la Rambla Sur casi donde llegaría Vázquez (hoy Martínez Trueba). Todavía están la doble hilera de bloques y cada bloque medía unos tres metros de ancho por seis metros de largo y un metro cincuenta centímetros de alto y estaban colocados en dos filas una abajo a un nivel más cincuenta centímetros y sobresaliendo hacia el mar un metro y la otra retirada contra el murallón, a nivel un metro cincuenta centímetros, ambos niveles sobre el agua y sin olas (El que no entiende que vaya al lugar y mire, porque lo mío es escribir y no hacer una memoria descriptiva) La primera hilera funcionaba de rompeolas de la segunda y la segunda soportaba las bombas hidráulicas que eran de un buen diámetro y sacaban el agua indirectamente de dos agujeros cuadrados entre los bloques para evitar la fuerza del mar. Había también unos hierros doble T que armaban un levante para limpiar las bombas. Nunca las vi levantadas, ni hacer el trabajo de limpieza de las bombas. Asimismo había una escalera de hierro amurada a la muralla para acceder a la Rambla.

En “La Chupadora” era más tranquilo, porque estaban los pescadores y no se podía “apalear” (acción y efecto de espantar a los peces) y ahí paraban Juancito López (el Director Técnico de La Selección de Uruguay, Campeona Mundial de Fútbol de 1950 en Maracaná), su hermano gemelo Pedro, que lo distinguíamos porque tenía una incrustación de oro en los dientes, Quemada, los hermanos Rolando y Washington Parga, mi hermano y gente tranquila que estaba en lo suyo o sea pescando a flor, el pejerrey o a fondo con aparejo o los primeros reels, la roncadera, el minguito, corvina blanca, burriqueta, bagres y en la época el burel y la anchoa, cazones siempre, algún martillo o tiburón pinta gris pero chico (no peligroso), chuchos, rayas y algún lenguado equivocado. La lisa la pescaban en la salida del caño maestro de la calle Paraguay que venía a comer todas las porquerías que salían por el caño. Yo nunca probé ninguna, ni siquiera las que se pescan en Rocha, por las dudas, y pensar, que la gente de la colectividad las compraba a los “caimanes” que las vendían sobre la rambla y los compradores hacían cola de autos, la mayoría Hillman negros.

Cuando no había pique se bañaban. Ahí me enseñó a nadar Juancito López como a casi todos. La pedagogía era muy sencilla, consistía en tirarte ellos al agua y salías a lo perrito y el estilo lo agarrabas mirando a los que sabían.
Si no agarrabas la onda de salir a lo perrito con más de ocho metros de profundidad no te ibas a bañar nunca, ni en la Ramírez que hay que caminar un par de cuadras para mojarse las rodillas y en la bañera de tu casa lo pensarías un par de veces. Estabas condenado a la ducha de por vida.

Nosotros, los estudiantes, como nos llamaban ellos, nos bañábamos en el segundo bloque del “Ansina Country Club” (rond-point de la Rambla y Minas).
Ahí los concurrentes eran más variados, gente del “rioba”, “chorros”, “yiras”, era más completito y movido el ambiente. El que se ponía a jugar de mano o bobear en el agua lo sacaban a las trompadas y no se bañaba nunca más ahí, todo ello sin apelaciones. Esa ley no escrita no la sabían los de Prefectura, que el orden se cuidaba en casa.

A nosotros nos respetaban y cuidaban a muerte porque éramos los estudiantes. Esa protección nunca me la expliqué. Por qué ese trato especial… porque éramos del mismo origen y mañana podríamos llegar a algo o porque teniendo otra preparación nos dábamos con ellos de igual a igual. Con mi hermano en el Palermo el trato era igual a nosotros. No lo supe ni lo sabré nunca porque aquella gente ya fue y hoy nadie respeta a nadie.

Una vuelta hubo una huelga de los tabacaleros, debido a la cual, no se conseguía una caja de cigarrillos, ni por decreto, aunque algún decreto, hubo sin embargo, porque se importaron cigarrillos americanos a rolete y se vendían al mismo precio que los nacionales. Algún mal pensado dijo que era una huelga arreglada para hacerse la pelotita la patronal con los cigarrillos importados y reventar a los empleados, que les parecía, que ganaban demasiado. Los bagayeros para la Argentina estaban “bigote para arriba”.

Nosotros que como buenos estudiantes, andábamos limpitos y pelados, -como talón de angelito-, y los del “rioba” que conocían la materia con que trataban, nos preguntaban lo obvio, que, más que pregunta, era una confirmación ¿no tienen cigarrillos, no?! Esperen un poco.

El Loco Ramón, quien no fumaba, se iba caminando por unas cordonetas que estaban entre la muralla y el agua, hasta la Playa Ramírez.

Cuando volvía, “¿te gustan estos?” y nos daba los cigarrillos y “¿no querés el encendedor?” que, por aquellos tiempos, era un Ronson o un Íbelo Monopol o un “culo”. Si, se les llamaba así a unos encendedores, creo que austríacos, muy prendedores, porque todo el mundo tenía uno.

A veces veíamos a la víctima mirando el piso como para ver donde se le habían caído los malditos cigarrillos. El encendedor no lo agarrábamos, porque eso, de convite, pasaba a afane, liso y llano, los cigarrillos no se podían identificar y después de fumados eran humo.

Estaba totalmente prohibido bañarse ahí porque había ocho metros de profundidad y también piedras a flor de agua. No olvidar que ese terreno había sido ganado al mar, con lo que hoy es la Rambla, rellenaron lo que habían sido las Playas Santa Ana y Patricios, desde Ejido hasta Gonzalo Ramírez y hasta cerca del Parque Hotel.
Aclaro que esas playas no las conocí. Iba mi vieja cuando era niña.

Contaba el Loco que un día de mucho calor, estaba toda la flota bañándose y pasó un mensajero del Telégrafo Nacional, una especie de antepasado de los E-mail, pero en bicicleta, demoraban más e incluso había que darles propina.
Bajó la bicicleta, la puso contra el muro, se desnudó, calzoncillos incluidos y se zambulló, donde no era.
Ramón decía que ni siquiera hizo los tres piques reglamentarios. El cuerpo apareció a los dos o tres días por los ranchos de Ramírez.

Los ranchos de Ramírez, hoy frecuentados por gente de buen y mejor pasar, en aquella época estaban los “fanintes” (del italiano “fare niente”, vagos).
El terror de mis tíos era que mis primos rumbearan para los ranchos porque vivían de la pesca y de la venta del pescado. Se pescaban cada “merluza”, aunque no se dedicaban a la pesca de altura, lo hacían con la plata del pescado y vino y guitarra toda la noche y con damas también. Lo de damas fue un eufemismo.

Hubo una época en que los marineros usaban un sombrero de corcho, como los de las tropas coloniales inglesas, y uno de ellos quiso llevar en cana a un bañista y el Loco le pegó una piña y hombre al agua (el marinero) y el sombrero flotando y otro hombre al agua (zambullida de Ramón) y marinero afuera del agua, sin sombrero. Fue dicho precedentemente en los bloques los que mandaban eran los mayores y no se admitían juguetes de manos, ni pavadas, era una ley no escrita. Estuvieron toda la tarde los de Prefectura primero a pie y después con una camioneta recorriendo desde Minas hasta Ejido y de Ejido hasta Minas (no existían los botes inflables Zodíaco). El loco Ramón era como un remolcador, una gran resistencia, pero con muy poco estilo, nadaba con la cabeza para afuera como si fuera un pato y parejo con los brazos tipo crowl y las piernas no sé dónde ni cómo.

Se pasaron toda la tarde yendo y viniendo hasta que en la noche el Loco se les perdió, árboles no había en medio del agua, ni mucha cosa para esconderse, pero la red del alcantarillado salía por Ejido, Santiago de Chile, el arroyo de la Estanzuela (entubado frente al Parque Hotel) y las vueltas de rond-points de Ejido, Ansina y Parque Hotel.

Cuando recién se hundió el “Calpean Star” (un “liberty ship” de la Segunda Guerra Mundial transformado en carguero) nadaban hasta el barco y volvían. El barco estaba hundido en el kilómetro 4 y medio del canal de acceso al Puerto de Montevideo, pero fuera del canal y desde la costa hasta el canal, dicen hay unas siete millas aproximadamente.

No lo hacían por deporte ni por ver como era un Liberty Ship, porque la náutica les importaba un bledo. A las pruebas me remito, en una página de Internet actual que se dedica a la venta de cosas inútiles, pero muy útiles para los coleccionistas, aparece una cucharita de plata (¿?) procedente del Calpean Star que supo tener anteriormente el nombre de “Highland Chiefton”, un ex Liberty Ship de los cuales 534, que fueron fabricados por la compañía de automóviles Kaiser. Otro hermano suyo el Chios naufragó en Punta del Este y todavía se ven algunos hierros oxidados, en esa zona de la península en que los muchachos van a hacer surf.

Estos barcos se armaban para que durara lo que les tocara y el record de fabricación fue de cuatro días y medio por un barco. El secreto mucha soldadura y pocos remaches. Resultados, fatiga del metal y hundimientos prematuros, pero por lo general los torpedos alemanes y japoneses llegaban antes que la fatiga de metal.

Cuando fueron a inspeccionar el Calpean Star no le quedaba de bronce nada y todavía por ahí hay faroles de dicho barco.
Las lanchas de los pescadores que se usaban para poner los trasmallos, servían, además, por la noche, para arrimar a la costa, lo que se rescataba de día y juntaba del Calpean Star.

También por el mismo medio venían las bolsas de bagayo que tiraban por la borda de los barcos grandes por el canal de acceso al Puerto. Para los muchachos que se dedicaban a otro tipo de ventas sin impuestos de importación, claro que este matute, era de medio pelo, como ser corta uñas Trim, esmalte de uñas y si venía algo “grosso”, los distribuidores eran otros, no los muchachos del barrio. Ir de noche hasta el canal era para tipos guapos, porque una lancha de 4 o 6 metros, con sus cuatro o seis remos, sea verano o invierno, con calma chicha o marejada, no es cambio chico. Y había que ir o ir porque si se perdía el matute, la cosa se podía poner fea y se ponía. El que pensó en, porque no, motores fuera de borda, está delirando.

En el Ansina Country Club entre el género femenino estaban las kikuyo unas negras flacas, decentemente feas, que hacían la calle, pero ahí era todo amateur y me gustaría saber, si el que les puso el apodo, sospechaba cual era el nombre de los habitantes de Kenya.

Había que zambullirse en el segundo bloque chanfleado para la derecha y no se veía el fondo, estaba todo calculado, ni medio metro para acá ni medio metro para allá, porque nos podía pasar lo mismo que al botija del telégrafo.
Un día que hacía bastante calor y la cola para zambullir era bastante larga, sin perjuicio de estar todo el piso mojado y el miedo a los hongos, pie de atleta, que le dicen, y poco baqueano, me tiré en el primer bloque y derecho, ahí si vi las piedras pasar por abajo mío bien cerquita, aunque en realidad el que pasó por arriba de las piedras fui yo, no me reventé porque dios es grande, de ahí en más hice cola como cualquier hijo de vecino.

El Loco Ramón era fanático de Mar de Fondo.

Una vuelta en que el Marde se jugaba el descenso con Uruguay Montevideo, se colaron en la cancha, la noche de la víspera del partido, el Loco y no se que otro fanático, malgré los perros que ladraban y otros riesgos, le serrucharon los palos a un arco de la cancha, del otro cuadro que oficiaba de locatario. Todo con el fin de que en una carga le pechaban el arco o si tocaba defenderla el golero se apoyaba en la valla y al caerse la misma, el locatario perdiera los puntos por no estar la cancha en condiciones. Eso salió en la prensa y gracias a la misma, hoy se el apellido del loco y que se llamaba Ramón Vila. No tengo muy presente que pasó con el descenso como yo no estaba en la cosa, no le llevé el apunte, pero si tengo muy presente el hecho.

El fanatismo de Ramón fue trágico. Como siempre había pica entre los distintos grupos de hinchas y la cosa era en serio, no había plata de por medio pero sobraban corazones y coraje.
Había dos hermanos boxingdangas, que tenían una bronca con Ramón por cuestiones de primacías en el Mar de Fondo y se la tenían prometida y en cualquier momento se la iban a dar. Ellos a él o él a ellos. No había empate ni cambio chico. Téngase muy claro, ninguno era directivo ni iba nada, eran hinchas y chau.

El loco en el boliche los tres 9 que estaba en Yaro y San Salvador los vio venir y los madrugó.

Peló un revólver y salió a los chumbazos por la calle, uno de los beneficiarios de la cuota de plomo, se metió debajo de un automóvil estacionado y le quedó una pierna para afuera y se comenta que el loco dijo “Vos no caminás nunca más” y le pegó un tiro en la rodilla.

Estas cosas son de tiempo y una noche Ramón se descuidó y lo limpiaron.

Era de avería, tenía sus cosas, pero como era tan pobre, en su generosidad, como lo hizo siempre, le dio al Mar de Fondo todo lo que tenía para dar, su corazón y su vida.

11 comentarios en «El “Loco” Ramón»

  • Que buen nivel!!! Que linda historia. Un tipo bravo pero querido el loco Ramón por lo que leo en el artículo. Se que en aquellos días, al barrio de Palermo se le reconocía entre otras cosas que el artículo cuenta al detalle, por el boxeo. Creo que habían tres academias de box y por cuareim el medio mundo aportando toda la cultura de la época. ¡Había que meterse con los nenes de ese barrio!

  • ahora te saco—- en el barrio palermo no son todos bagayero y chorros como vos desis
    pero ahi pones que vos te juntabas con los chorros y bagayeros y q te regalaban fasos— dime con quien anda y te dire que eres——–
    saludos comuste

  • Pa. q loco lindo ramón. A pesar de la ignorancia del loco sabia ser caballero y estuvo muy bien en proteger a la chica. uno no sabe porque estaba presa pero me gusto como se jugo por ella. Y pienso q lo mejor q tenia Ramón para dar es lo mejor que tienen las personas…..su corazón………..en eso Ramón era rico……..mucho mas q otros q no tienen nada y mucho dinero. Hay q clonar mas ramones!
    saludos

  • Siempre imaginé que la persona que escribía detras de el seudonimo de Comouste deberia ser una persona ilustrada y con experiencia en el periodismo. Hoy lo confirmo. Realmente escribe muy bien, es decir, sabe lo que hace, aunque alguna vez no coincidamos en algunos matises o ideas. Pero dicen que sobre gustos no hay nada escrito.
    Hace un rato estaba mirando un poco de lo que hace Marcelo Hugo Tinelli en TV. Como todos saben arma un jurado de circo para el bailando por un sueño. Lo de circo viene por mi cuenta, el efecto que menos se espera es precisamente que se juzgue la destreza del participante sino la cholulez del sentimentalismos, apelar al lagrimón, mas que la razón en ese juego del escarneo mediatico. Hoy veo sentado como jurado al rey de los chocalates, que es una figura mediatica pero sin recorrido artistico. Y lo ponen a puntera a los artistas con carrera. ¿Me siguen?.Buen, con esa idea lamentablemente leí su articulo Sr. Comuste. Es que lo que hacen, no es un invento, ya existia esa manipulación en los circos romanos dode los bárbaros era los héroes.
    Lo del Loco Ramón, si nadie se ofende, es un poco eso. Una persona con determinados vicios y costumbres que de seguro no serían la referencia de los hijos ni del que escribe este artículo. La historia, como historia está linda y apelando al lagrimón. No hagamos un héroe a alguien que arregla todo a las trompada y a los balazos y que cobijó una delincuente en su casa. Y lo mas grave, es que el que escribe en esta sección sabe que esto es así.
    Saludos

  • Hola, que tal toticianuro!!!. Disculpe que me dirija especialmente a ud. Soy alguien nuevo de este sitio y me motivó el buen nivel de su comentario. No deseo hacer una polémica con ud sobre la analogía del circo romano. Todos sabemos que en ese lugar, los gorditos con ramitas en la cabeza ponían el dedito pulgar para arriba o para abajo. La gente moría. Y ud desliza esa situación impúdicamente de manipuleo intelectual, sin perder una sola gota de sangre. Y aquel que esta leyendo su excelente comentario, lamentablemente estará pensando eso. ¿A que ud no se dio cuenta?.
    Yo leo otra cosa de este buen artículo. Mire, hay algo que se le escapó. Antes que nada, es un relato histórico. Pinta la cultura y la idiosincrasia de ‘aquellos’ días. O sea, es simplemente un pedazo de un barrio, donde también hay personajes y si ud me permite una fotografía a todo color de un momento en la vida de un grupo de adolescentes. Si ud mete la ley, las normas y el buen gusto a juzgar ese momento….usted tampoco recomendaría por lo que dice a que sus hijo miraran a Tinelli; ¿Verdad?.
    Saludos

  • Pido disculpas, la información de si el Calpean Star era un Liberty Ship la obtuve de un alto oficial de la marina uruguaya, la única duda era si el Chios también había sido fabricado por la Kaiser de U.S.A.
    Cuando se fue a pique estaba cargado con carne de ballena, presumo que iba para fabricar comida para perros o para el Japón. El problema grave que tenía mi sobrino nacido en 1958 y que vivía sobre la rambla cerca del puerto de Montevideo era si se iba a esparcir toda la carne de ballena podrida por el río de la Plata. Yo viví los hechos, Ud. los vivió o los leyó?

  • Estimado COMOUSTE, no no vivi los echos pero soy un estudioso del tema El Calpean fue construido en Harland & Wolff, Belfast botado el 21/6/1928. En cuanto a carne de ballena???? nunca fuimos exportadores de ballenas, vacas puede ser.
    Buque Chios era un mercante griego contruido en el astillero Gray Inglaterra botado el 10/11/1938, que el 20/6/1954 varo cerca de Punta del Este. El 8/9/54 lo libero el remocador
    18 de Julio de la ANP. La ANP no logro el pago del rescate, por lo que se lo apropio y tras repararlo paso a formar parte de la fota de ultramar con el nombre de Villa de Soriano, hasta su desguace en Campana Argentina en 1971, eso esta todo documentado… saludos. lo invito a darse una vuelta pomis blog auque esten sin terminar
    http://www.marinamercanteuruguaya.blogspot.com
    http://www.barcosmon.blogspot.com

  • Un articulo de lo mejor que lei ultimamente , te felicito po el buen trabajo .
    Voy a visitar tu blog mas a menudo para leer mas historias interesantes como estas .
    Te mando un saludo

  • Quiero acotar alguna corrección con respecto a que todos los ranchos eran Fanintes (vagos) como dice el artículo, porque no se puede generalizar sin conocimiento de la causa, era la bohemia de ese tiempo, pero no vagos, los Ranchos tenían nombre y, no eran en Ramírez, el inicio de los Ranchos fue por la década del 20 en el barrio Palermo, (Rancho los Fanintes) hay uno sólo y sigue en pie en el día de hoy , no lo forjaron “vagos”, todos los que lo que lo conocen o frecuentaron no fue por el ocio que allí reinara, sino por el espíritu del rancho.

    En la hoy estación Ancap (la Rambla y Ejido) estaba el Rancho de Pedro Ricci, pescadores obviamente, mi tío (paraba) en ese rancho, remero y pecador de alma, se levantaba a la 4 de la mañana, salían al río y remaban una chalana a 4 remos hasta la canal, como lo llamaba ellos, calaban la pieza y volvían a la costa, terminada esta tarea (Faninte) se iba a trabajar a la BAO, hoy desaparecida fabrica de jabón, a cumplir con la obligación de trabajar 8 horas y, a la tarde iban a levantar la pieza para vender lo que el río proveía y, si quedaba, cocinaban en el Rancho.

    Como se le puede llamar a los que de alguna manera marcaron el rumbo y el camino con el trabajo y el esfuerzo de una pasión, (vagos??), yo les estoy eternamente agradecido a todos ellos por su osadía y bravura frente a los desafíos de la vida y el río., mis antecesores no sólo pescaron y fueron de los Ranchos, también soñaron y se cultivaron en ellos, mis amigos son del Rancho y, yo soy del Rancho.
    PD. como dice M. Rosencof, que nunca falte!!.

  • Que buenas historias! Muchas gracias!
    Soy criado en barrio sur y palermo…y siempre me hice preguntas con respecto a lugares específicos de la zona.. ( la chupadora por ej..)
    Mi padre trabajó en la cantina del ” blue star” y frecuentaba los ranchos de Ramirez, club Soriano, bar Palermo y las comidas del Enrique Lopez.
    Mi padre nacido en 1940 Artigas y a los 18 vino a palermo…

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