18 abril 2024
CRÓNICAS

Escritores eran los de antes

Los best sellers son los libros más vendidos lo cual no quiere decir que sean los mejores.

Los libros se eligen por los compradores de acuerdo a los autores, a los temas, a la publicidad, al precio o por las circunstancias como ser un regalo, ir a ver un enfermo y otro montón de elementos que no vienen al caso.

El comprador es una pieza fundamental a varias puntas, porque también tenemos el biblómano (que lo compra por el mero hecho de tenerlo) o el biblófilo (amor a los libros).

El escritor Emilio Oribe decía que el “que roba un libro no es un ladrón sino que tiene sed de conocimiento”. Lo he comprobado en carne propia muchas veces en mi vida, tengo en mi casa muchísimos libros, pero tuve muchos amigos sedientos de los conocimientos que ellos impartían y se quedaron con el conocimiento y con los libros. Asimismo, antes los firmaba y les ponía la fecha. No lo hago más y el que quiera comprobar el por qué, que vaya a la calle Paysandú entre Fernández Crespo y Tristán Narvaja, los domingos de mañana y verá cuántas ilusiones firmadas se venden, que llegaron ahí por parientes u otras personas que ni siquiera tuvieron la delicadeza de borrarle o borronearle el nombre.

El comprador, si está en el “qué dirán”, necesariamente tiene que comprar un best seller.

Si es para regalar está en fijarse el precio, algo que aparente y si al obsequiado le interesa o no, le importa un comino. Cumplí y que vaya y lo cambie. Eso es desaprensivo y liberal, el toque personal del regalo que lo parta un rayo.

Recuerdo un caso de una señora a la cual le regalaron un libro, envuelto como hacían antes, con dedicatoria y todo. El libro vio pasar el tiempo dentro del envoltorio plácidamente. Al tiempo esta señora, no muy aficionada a la lectura, fue invitada al cumpleaños de una amiga y persona devota de la virgen del codo, rumbeó para el envoltorio y muy suelta de cuerpo se lo regaló a la festejada. Si señor, Dios no quiere cosas chanchas, resultó que se lo regaló de vuelta a la que se lo había regalado con dedicatoria original y todo. No es chiste, es real, aunque Ud. no lo crea.

El que compra guiándose por los autores ya va entrando más en la cosa. Por ahí pueden estar muchas veces los compradores de best sellers, en una palabra eligen libros que ya eligió una mayoría de presuntos lectores. Claro que estamos los que creemos ciertamente que por lo general las mayorías no necesariamente tienen razón. Usemos ejemplos de mayorías equivocadas que no despierten suspicacias. La mayoría del pueblo alemán siguió al nazismo de Adolfo Hitler, los italianos, inclusive nuestros abuelos que estaban en América eran hinchas a muerte del Duce Benito Mussolini. No quiero seguir con los ejemplos en tal sentido porque con estos dos alcanza y sobra, pero se podría seguir.
Para citar autores best sellers fáciles, que han hecho fortunas, con las masas compradoras de nombres y no de libros, utilizaré ejemplos foráneos porque no hay necesidad de herir susceptibilidades.

Tenemos a la chilena Isabel Allende, al brasileño Coelho, que producen libros como una fábrica de chorizos porque escriben fácil y al alcance de las masas y venden como decena de miles de libros. La etapa final de Umberto Eco donde terminó embriagándose con sus propias palabras. Una cosa es “En nombre de la rosa” y “El péndulo de Foucault” y los ríos de tinta que vinieron después. Isaac Asimov (1920-1992), un judío ruso que emigró a EEUU donde tuvo distinciones como bioquímico y fue uno de los mayores best sellers de ciencia ficción y últimamente historia de los Estados Unidos. No me cierran los tiempos de cómo hizo para adaptarse del ruso, al inglés, cursar sus estudios científicos y escribir todo lo que escribió. Creo, es una suposición mía, que tenía una empresa con escritores free lance y el movía los temas comerciales de las editoriales.

Esto vale para todos, un escritor que haga las cosas en serio no puede sacar más de un libro por año o uno y fracción, salvo que tenga proyectos inéditos en los cajones.

Honorato de Balzac con su “Comedia Humana” no solo no la terminó sino que ésta y las deudas terminaron con su vida. Vivía a café, no dormía ni dormía, ni se vestía, siempre con una especie de camisón como los que se utilizaban en la época y todavía estar metido en todos los chusmeríos de París, que creaba su mente.

Tampoco es el caso de la española Corín Tellado, que escribía sin pensar y a un ritmo de 150 páginas por libro uno cada día y medio (por imposición de los editores ni una más ni una menos) y escribió 1500 novelas (de alguna forma hay que llamarlas) y se vendieron más que los cuentos de Callejas. Claro está que esta señora no figura ni en el Petit Larousse Ilustrado.

Hay escritores o escribidores con faltas de ortografía, que se plagian a si mismos, bah… eso no es plagio, es como si comieran ajo abundante y lo repitieran. Tengo un caso en tal sentido, de un autor nacional al cual no lo nombraré que al principio de un capítulo afirma una cosa que se contradice con el final del mismo (atención que estoy hablando de media docena de páginas) sin perjuicio de que ambas cosas son un disparate mayúsculo, que con doscientos pesos de ómnibus lo podría haber comprobado. Pero la gente no es tonta, pero sus libros de hace un par de años se pueden comprar por menos de lo que vale el papel, en esos puestos de libros de ocasión en Piriápolis, Punta del Este y La Paloma.

Si Ud. quiere escribir un libro que se venda solo, escriba sobre esoterismo y ciencias ocultas, Masonería, Alquimia, Templarios, aunque estén escritos por mujeres (que se sabe no integran esas órdenes) se venden como pan caliente y todos dicen más o menos lo mismo porque si estamos hablando de órdenes secretas, los integrantes de ellas ni hablan ni escriben sobre el tema y los que lo hacen tocan de oído. Cuántos años hace que Ludovica Skirriú se nutre del horóscopo chino y otros del Feng Shui. Eso sí, con el I Ching no se mete ninguno porque requiere mucho pienso.

El vernisage forma parte de alimentar los perejiles y que en algún medio de prensa se publique algo. Los presentadores del libro, una especie de padrinos, son fundamentales. Se podría hacer una lista de versados en la nada.

La encuadernación, en lo que me es personal, no incide, (los prefiero en rústica porque son más baratos), pero hay gente que necesita libros de determinado grosor y colores para decorar el estante que está en el living o arriba de la estufa. De biblioteca mejor no hablamos.

He notado también en algunos autores que tienen necesidad de publicar y tienen poco texto y serán los libros en los que descansará mejor la vista porque el tamaño de la letra ocupa el espacio suficiente como para con veinte carillas a máquina o cuerpo siete, después de pasadas a ese tamaño, logran llenar cuatro o cinco pliegos más el colofón, la portada y la portadilla y la dedicatoria y el prólogo del amigo, ya está. No hablemos de índice porque no da para tal herramienta.

También tenemos el escritor rémora. La rémora es un pez que con una especie de ventosa se pega a la parte inferior del tiburón y con este viaja y se alimenta de los restos que va dejando el escualo. Hay escritores de esta categoría que se pegan a uno no muy conocido pero que está trabajando un tema que puede andar y le agrega un par de capítulos (sin pena ni gloria) y en el libro sale como coautor. No edita porque ese riesgo se lo deja al amigo editor.

De todos los casos de picardías y sutilezas, tengo los nombres de los autores, personas de mi conocimiento o del medio a quienes no quiero identificarlos, porque me gusta sobremanera que se vean ellos mismos, se reconozcan y por lo menos le transpiren las manos.

Queridos lectores, no compro best sellers por el mero hecho de serlo, sino que prefiero equivocarme solo, cosa que me pasa frecuentemente, pero es por mi propia y exclusiva culpa.

3 comentarios en «Escritores eran los de antes»

  • Vaya!!! Entré de nuevo por casualidad por el artículo del sol que presagia mala cosa. Y en lugar de contestar ese articulo veo el suyo…tengo una colección de Pablo Cohelo. Usted no leyó el alquimista de cohelo? le está dando para atrás y capaz que no lo leyó. Si lo leyó digame que piensa. Fue best seller y era la historia de un niño en busca de la piedra filosofal, algo que todos buscan en la vida. No compare a Corin tellado con Cohelo. Corin escribía novelas rosadas…pero el brasilero “como usted lo describe” no…leyó el ángel número 12…es la historia de un chico enfermo terminal deportista y un ejemplo de vida para la gente. Otra cosa, los escritores escriben en diferentes rubros. Las editoriales, tengo entendido, que cuando contratan piden como mínimo 1 libro al año. En el rubro ‘Fantasia’, la inglesa que escribió Harry Potter escribio tres libros en un solo año, estaban todos agotados antes de que los libros llegaran a las librerías. ¿Que opina de Harry Potter?. En lo demás creo estar de acuerdo con usted.

  • Estoy de acuerdo, yo tampoco compro best sellers. Y no me venga que haciendo cuentos y ciencia ficción se hace buena literatura porque eso es entretenimiento. Que premien esa clase de libros de otra forma, por ejemplo un oscar – – – después de todo holywood pasa a cine a esos libros bien promocionados.

  • A parte de ser buen crítico se nota que sabe del tema. Abrás leído algun que otro libro y por lo visto debes de tener una linda biblioteca. Estaría bueno que nos mostraras que obras para ti son buenas. Que nos recomiendes material de lectura y también algún Best Seller que hayas leído, Estoy bastante de acuerdo con lo que dices y te faltó mencionar a Michael Moor!!!!!!

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