Estúpido o similar
El mayor problema que tiene un estúpido es que no se da cuenta que es un estúpido y para peor se cree vivo. No me estoy refiriendo en términos gruesos a un enfermo, no simplemente le estoy diciendo estúpido al que padece de estulticia y todavía para reventarla tiene que ir a buscarla al diccionario, doblemente estúpido.
Ese individuo que tiene el don de decir o hacer pavadas sin inmutarse o aquel que abre la boca, dice algo y le cae mal a todos los que están en la vuelta y a un par de cuadras a la redonda.
Hay tipos, que llegan a una reunión y caen como peludo de regalo, ya de pique le dicen a la señora de la casa, que la encuenra repuestita, porque tuvo la sutileza de percatarse de que la señora está algunos kilos pasada en la balanza y se lo dice a contrapelo.
Ese tipo no tiene arreglo, caerle mal a la dueña de casa de pique, es como patada en ojo tuerto, pero no el vacío, el que sirve para ver, el que está.
El de vidrio ni ve venir la patada, aunque recuerdo a un veterano que siempre estaba dándole a la con alcohol y del bueno porque era coimero viejo, si capicúa “viejo coimero viejo” y si le daban menos de lo que él pensaba que se merecía se calentaba y armaba lío y era capaz de llevarse la merca de vuelta a la oficina.
No sólo era un ser sobornable, sino que exigía el monto del soborno, además era funcionario público, y estando en una comida con los que mandaban, o sea con sus jerarcas los cuales se hacían los chanchos rengos y hacían como que no lo veían y el tuerto se daba el lujo de sacar la mercadería objeto de la coima y entregarla a domicilio y nadie notaba la cosa y si no le servía la cometa, marcha para atrás con todo a la vista y paciencia de sus jerarcas, todo ello sin perjuicio de haber insultado previamente al sobornador escaso.