25 abril 2024
CRÓNICAS

Haiga curtura

El idioma que hablaban los antiguos, los que los siguieron, nosotros y los que nos seguirán es cambiante, es una lengua viva.

Como decía un reo de mi barrio “hablar bien no cuesta un carajo y da un resultadao de la gran puta” y cuanto se habla con faltas de ortografía, se puede llegar a altos cargos de gobierno.

Tenemos que aprender a decir “puédamos”, “nabos” a las personas y no a las hortalizas y otras variedades lingüísticas.

A contrario sensu, tenemos lenguas muertas como el latín, que a esta altura de la vida, ni en la misa lo usan.
Algún abogado en sus escritos para darse dique en el foro, entreverar a algún juez desprevenido y cobrarle más caro a su cliente de forma que vea que difícil es su trabajo, todo tiene su jeito en la vida.

Que nos quede bien claro que “res non verba”, no quiere decir, la vaca no habla.

Uno de mi barra de muchachos decía “dominus obispum, en el culo te pellizcum”, pero eso lo hacía cuando ya estaba bastante mamadito, y en el “patois” de los mamados ni las mujeres más beatas lo entendían, nosotros le habíamos puesto de apodo “Murmullo” porque hablaba en “borrador” y dificultaba entender lo que decía, otros le decía “Morisqueta”, por la carita que ponía cuando quedaba mormoso y quedaba como manco cazando moscas, porque no agarraba una.

Un pan de Dios, que se tomaba hasta el agua del perro y murió con unos muchos años, si tenemos en cuenta los malos presagios de los que lo veían chupando y decían a este tren en dos o tres meses se pela y lo hizo, como lo vamos a hacer todos, pero se tomó además de las grappas, más tiempo que muchos y no fue de cirrosis como presagiaban muchos ni esas pavadas de las que mueren los mamados, sino de meningitis.

El idioma que hablamos últimamente, para ser franco, no tengo muy claro como se llama.

Cuando le decían español o castellano empezaron las discusiones, si venía de España o de Castilla y ahí tenemos Castilla La Vieja y Castilla la Nueva.

Cuando entraron a hacer sus propias academias del lenguaje, las ex colonias y empezaron a tallar sus opinólogos rentados, ahí se arma el berrodo.

Le llamo opinólogos rentados, porque para que un neologismo, palabra nueva, pase a integrar el DRAE, Diccionario de la Real Academia Española, pasa más tiempo, de lo que demora la Santa Iglesia en canonizar a un santo por más bueno que haya sido.
A Juan XXIII y a la Madre Teresa de Calcuta, les llevó toda una vida de santos, para que luego se juntaran esos señores que usan unos sombreros como del Ku Klux Klan (capello que le dicen en tano), o gorritas de vasco parecidas al kipá (no sé como se escribe en hebreo) pero colorado y no negro o bordado.

En una asamblea, que le dicen Consilio (Consiglio), más larga que los Congresos o Asambleas del Frente, le sacan los trapitos al sol al finado y si la cosa anda bien lo santifican, aunque lo tienen en una etapa previa con el grado de beato.

Si les aclaro los términos les miento porque de esas cosas no sé nada y si le pregunto a los que dicen que saben estamos en las mismas porque nos están cantando errado.

Beatas les decían en el barrio a las viejas que se pasaban metidas en la Iglesia, arrancaban de madrugada, con toda la prole menuda, a los maitines (busque en el diccionario nomás, porque esta palabrita me la aprendí anoche).

Cuando éramos muchachos usábamos la escarapela que podía ser del colegio o del club de nuestros amores, pero ahora ni los viejos le dicen escarapela o insignia, ahora es “disti” decirles “pins”.

¿No les parece que queda más fashion?.

Cuando me pongo reo, soy reo, pero cuando me hago el fino soy fino y pico y no digo “finoquio” (finochio en tano) porque hacía les llaman a los distintos en el bajo.

Me cuesta mucho decirle pins a la escarapela del viejo Rampla y peludo y más en el ex parque Nelson, hoy estadio Olímpico, con la gente del cerro, que me va a mirar como pato al arreador.

Mi viejo cuadro un tanto veleidoso, porque la cancha se llamaba Nelson, en homenaje al Almirante Nelson, porque el terreno lo había donado el frigorífico inglés y después le pusieron Olímpico, porque el estadio lo donaron los griegos del varadero Tsarkos, y con la malaria en que anda la cosa no sé francamente que nombre le vamos a tener que poner para salir de la B.

Claro que el pins es como un alfiler con un topecito atrás para que no se caiga, aunque igual uno lo vive perdiendo, con escarapela y todo y la bendita escarapela necesita de un ojal, que al que hace el saco le cuesta más y ahora cada vez son menos los ojales, botones, bolsillos y demás accesorios que lleva un saco, o americana como le dicen los españoles, porque hay que bajar los costos, un ojal y un bolsillo llevan más mano de obra y un botón, aunque viene pegado como si fuera con moco, también cuesta.

Aunque con los chinitos no hay que pueda.

Hay palabras que dan lugar a problemas y esto que sea tomado como lo escribo y con ningún ánimo en especial, sino el de llamar al pan pan y al vino vino y los “maricones” de antes ahora son “gays” y dicen que es discriminatorio llamarles de la otra forma o la clásica de cinco letras, claro que si se visten de forma femenina son “travestis” o “travestidos” y si se operaron con “trans” y dejémosla ahí, pero me pregunto cuando van al b año en un boliche, a cual de los dos entran.

El término “brisco”, que los porteños no lo entienden, porque es de nuestro uso exclusivo, aunque ha caído en franco desuso la palabra, no el hábito, porque los llaman con un montón de nombres más, como ser “trolos”, “jatos”, y paro acá porque daría para varias columnas por lo frondosa que es la imaginación de la gente cuando empieza a poner nombretes.

Brisco, viene del durazno llamado Prisco, será porque se parte al medio, no sé como nació esa palabra que es bastante más vieja que yo, no que la costumbre, porque los griegos y los romanos, le daban a los alumnos como quien lava y no plancha.

Miren que lo de Aquiles con Patroclo no era chiste era un chiste liceal, sino una costumbre muy arraigada en aquella sociedad.
Lo que si parece chiste es llamarle “amor platónico” al que profesaban los alumnos por los profesores en la magna Grecia, porque si los profesores lo practicaran hoy en día, saldrían en los diarios como “repudiable sujeto”.

Hoy le dicen gata a una mujer ligera de cascos, creo que el felino se merece tal distinción, porque cuando empiezan el concierto amoroso de noche debajo de la claraboya no hay cristiano que duerma.

Son bien distintos a los humanos porque parece que pelean cuando hacen el amor y los humanos pelean cuando no lo hacen.

Cuando caía la barra más o menos de sorpresa a una casa del barrio y venía a ser como una especie de chupe y morfe lluvia, le llamaban “asalto”, eso era en carnaval u otro tipo de festejo, hoy si llegas a decir asalto y un nabo llama al 911 y si por esas casualidades de la vida, vienen, termina alguno en cana o con algún chumbo en el cuero.

Otra variedad de asalto moderna, es el pijama partie, que lo hacen hasta las veteranas para cuerear abierto y darle al escabie sin contralor marital.

Cuando una vecina cocinaba para afuera mandaba la “vianda”, un utensilio de cocina con varios pisos, que un chiquilín del barrio llevaba, al que iba a comer sin cocinar él o la doña de la casa, hoy al tacho le dicen lunchera.

Pareciera que una milanesa con papas fritas y un par de huevos fritos son un lunch.

Pero queda más fino.

Hoy largar la vianda es cuando se descompone del estómago el beneficiario y arroja lo que le cayó mal.

Como diría un reo de mi barrio, se arrojó a los pies.
Pegarse el viandazo es pasarse algo perfumado, como ser la barra de antisudoral por los sobacos, para tapar el olor a segundo tiempo del homenajeado.

Cuando estamos saturados de tanto trabajo o estudio decImos que estamos a full.

Le llaman zorra a la mujer que le roba el galán a otra y pensar que ese bichito simpático, el único defecto que tiene, es hacerse la muerta, para chapar del cogote a la gallina desprevenida que andaba bobeando, curioseando que le dicen, alrededor de ella.

Otro término que si lo analizamos no tiene nada que ver con nada. Le dicen “mosquita muerta, a la mujer que parece que no, pero sí”.

Cuando en una reunión de trabajo hacen un cuarto intermedio para tomar un café, le dicen break, igual que el juez en el boxeo cuando los boxeadores necesitan aire y entran en clinch y el juez les grita break, para que se separen, no hagan más sebo y vuelvan a pelear, para deleitar a las masas con sangre humana.

Antes cuando una mujer andaba de compras era porque estaba embarazada o preñada o se le había llenado la cocina de humo, o de huesos, hoy si está de compras no se preocupe le llaman salir de shoppings, es simplemente la inocente salida de compras.

También tenemos el término bicocas, es una forma que tienen los comerciantes de sacarse los clavos de encima haciéndole creer a la gente que le están regalando lo que les venden, a precios rebajados, que habían sido aumentados, la semana anterior.

También está lo de que en determinados días, comprando con una determinada tarjeta de crédito, la tarjeta o el dueño de la tarjeta y la casa asumen el IVA.

A las galletitas y otros dulces les dicen cookies, como las no se qué son, que llenan de entradas a los discos duros de nuestro PC.
Las entradas pasaron a ser tickets y al viejo soplamocos se les llama “kleenex”.

Cuando los comerciantes se sacan los clavos que habían quedado en el depósito, esas ventas se les llaman “out lets” en lugar de “liquidaciones” como antes y también se están sacando un clavo sin tenaza, sino con dinero.

Cuando los juegos se desarman y se vende más de una cosa que de la otra, se empareja haciendo una seudo liquidación y al lote que arma el comerciante se le llama “combo”.

Puede ser desde un par de frankfurters, mal llamados panchos y una gaseosa o chopp, hasta dos o tres pares de calzoncillos con alguna corbata.

Perdón, dije calzoncillos, que ahora son sleeps o boxers.

Lo de los talles es todo un problema, antes la cintura del individuo dividida entre dos daba el talle del pantalón por ejemplo 0.80 de cintura era talle 40 y la medida del cuello de la camisa 0.37 daba el talle 37.

Hoy con las letras X L M, me pierdo como vieja en el centro.
Si me diera la cabeza, haría una cinta de medir, con números de un lado y letras del otro, porque total las pulgadas que traen las cintas métricas nadie las usa.

Otro detalle si la ropa viene de Panamá, súmele diez números a su talle.

Van a tener que hacer una universidad para ir a aprender a comprar la ropa o los zapatos.

Otra forma de vender es crear el “Día de…”
Tenemos el día de reyes, el día del niño, el día de los enamorados, el día del amigo, el día de la secretaria y así seguimos.

En los días sentimentales como el de los enamorados, la secretaria y otros por el estilo los precios de las flores aumentan más que en el día de los muertos y estese seguro que a la salida del laburo, las casas que antes llamaban de tolerancia, amuebladas y hoy hoteles de alta rotatividad o moteles están llenos.

No se lo tome a mal, pero no olvide que la realidad se impone.

Que todo sea para bien…

2 comentarios en «Haiga curtura»

  • jajaja es que las letras x l m en la ropa la inventaron los americanos primero para exportarlas “tu no buscabas que la ropa americana te entrara tu buscabas que te entrara la ropa americana” si tenias que estirarte te estirabas, si tenias que adelgazar adelgazabas, o engordar o hacerte mas taponcito, etc. a medida que se te acomodaba en el cuerpo en vez de un 38 o 42 (que pedias antes) ahora sos un L pero si te gusta el modelo que tiene el M tambien lo compras, lo ajustas un poco de los costados y te queda…

  • Estimado Gerardo: Mi viejo (que era muy jodón) llevaba a un primo mío (que era buenazo y su sobrino predilecto) a la feria de T. Narvajas, a la altura del Puente devGalicia donde vendían ropa de cuarta mano. Se arrimaba al vendedor y le pedía un saco para mi primo. Agarraba el hombre un saco y le aplicaba el tratamiento que tu dices, con una mano del lado d atrás apretaba la tela que sobraba. Mi viejo le daba púa al vendedor que con su mano oculta le había aplicado como tu dices el abecedario al saco y le decía, mirá te queda fenómeno y ahí dejaba a mi primomtratándose de sacar de encima al vendedor, que quería sacase el clavo de encima y embolsarse la guita. Claro que teníamos un bandido por un lado y mi viejo disfrutando la maldad y mi primo sufriendo por tratar de sacárselo de arriba. Era otra gente. Hoy con el curro de las letras te lo llevás y después lo cambias por uno mas grande o más chico. A mi siempre me pasó que tuve que cambiar por uno más caro, porque de mi talle barato o del mismo precio no había. Le disparo a los Supermercados para comprar ropa. Pagaste y fuiste.

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